Desde hace más de una década, cada 28 de agosto al mediodía, durante mi travesía de Caranca a Umpay, acarician mis sienes plateadas los recuerdos de aquellos dorados sesentas, cuando en Chiquián nos decían: "No irán al cielo si se pierden un solo detalle de la fiesta de Santa Rosa".
Todo empezaba el 15 de agosto buscando pallas al son del arpa, junto a otros chiuchis “vaqueros”. La tarea extracurricular finalizaba el 4 de setiembre con la última avellana entregando su tributo de humo al calentamiento global. Un diplomado en "Huaylisheadas con banda, trago y jacalocro gratis", mérito insuperable de un curriculum A1 para acceder a un escaño de congresaurio.
Así, entre baches y curvas desciendo por la angosta carretera, contemplando la plaza de toros de Jircán, aquel lugarcito mágico donde caminando bajo las palincas distraía mis pupilas con paraísos ocultos entre los pliegues de coloridos faldellines. Curso súper intensivo de “Voyeurismo y Orzuelo”, con el que los chiuchis “zapallos” nos convertíamos en aquellas tardes taurinas en los hijos más degenerados de “papalindo”.
En estos últimos años entrada la noche mientras asoma la Salva, un puñado de paisanos de medio siglo para arriba, vestidos de poncho, sombrero y “chapapulgas”, nos sumergimos en interminables tertulias festivas que aumentan sus decibeles minuto a minuto con chistes de chinacos anegados en chinguirito, trago sabrosón que suelta la lengua viperina hasta extremos inconfesables. Noche memorable donde la chispa chiquiana salpicada de carcajadas y lágrimas de emoción con su pichida de risa, enciende pasiones encontradas con shaplacadas hasta en quinto sentido, sobre la tía, la prima, la sobrina o la servilleta de algún vecino domilón. No faltan las santas ocurrencias de tío Cali, Shaprita, Chihui y Servillón.
Entonces: ¿Cómo no ir a Chiquián por un buen sorbo de dicha al llamado de Santa Rosita?, sobre todo si Roberto “Sopón” Barrenechea Martel hará de Inca al compás del Sinchirunay, premiarán a Pepito Alva Valverde por su relato “Antacasha”, y la dama chiquiana Carmen Rosa Ríos Ortiz, quién, durante el lanzamiento de la fiesta en el Congreso de la República, cautivó a la audiencia con su palabra, su belleza y su sencillez campechana, representará al Capitán de la fiesta; pensé, y dejando asuntos pendientes en Junín y Cusco, decidí viajar a CHIQUIÁN, en caravana con mi querido viejo y mis hermanos.
“Sopón es un ser humano telúrico por dentro y por fuera; además, como dice el diplomático Montoya, es un veterano amansador de potrancas con dueño”, cavilaba mientras alistaba mi maleta con nudo y recordé la última vez que me topé con él, por puente “Cantucho”. Sopón cabalgaba contento, llevando sobre las ancas de su mulita a una amazona de Utha - USA. Cuando le pregunté: ¿Adónde bueno?, contestó sonriente: “Nos vamos a Pancal, donde el tálamo de Luis Pardo aguarda un encuentro internacional con dos goles de chalaquita y uno de taco...”. Son cosas del fútbol, murmuré, emulando al filósofo “Rogacóndor”, y seguí mi camino…
VIAJE DE IDA
Salimos de Lima a las 7.30 de la mañana de ayer sábado 28 de agosto del 2010. A las 10 tomamos un desayuno marino en el restaurante “Cornejo” de Pativilca, punto de encuentro familiar en la ruta. Continuamos el viaje, y de un solo aliento llegamos a Cajacay, cuna de mi viejo. En este bello lugar estiramos las piernas y nos deleitamos media hora caminando y tomando fotografías.
Arribamos a Chiquián a la hora del almuerzo, con el cielo nublado. En nuestra casa de Jircán mi hermana Mirtha ya tenía tendida la mesa con los mismos potajes chiquianos con los que mi mamá nos sorprendía al abrir la puerta del comedor.
Durante el trayecto, desde Paramonga hasta Conococha, mi papá nos iba describiendo sus experiencias de chofer rutero en sus años mozos, en tanto los automóviles, omnibuses y las veloces camionetas 4 X 4 hacían de las suyas intentando pasar a los pesados camiones y los convoys mineros que suben lentos por la renovada pista que ya muestra signos de deterioro, sobre todo en las curvas que se multiplican palmo a palmo.
Si bien es cierto que los convoys de Antamina portando material inflamable transitan con vehículos de seguridad; también es cierto que estos últimos solamente avisan a sus unidades sobre los riesgos potenciales en la ruta, no así a los vehículos particulares o de servicio público que hacen hasta lo imposible por adelantarlos y "ganar tiempo". Mi hermano Felipe, desde cuyo carro venía tomando fotografías, tuvo que frenar en siete oportunidades para dejar espacio a los vehículos ligeros que en su afán de adelantar antes de una curva no lo lograban, ayudándolos así a ponerse a buen recaudo y evitar un accidente fatal de grandes proporciones.
En esta dirección electrónica una pequeña Guía del Viajero. Hacer clic:
CHIQUIÁN: GUÍA DEL VIAJERO - FIESTA PATRONAL "SANTA ROSA DE LIMA" - 28 AGO / 04 SET 2010
.
Dicen los entendidos que cada imagen vale por mil palabras, pues dejemos que en esta oportunidad sumen miles.
.
Un fuerte abrazo,
.
Nalo (Jircan, 29 de agosto de 2010)
IMAGENES: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
PATIVILCA
PATIVILCA
RECORRIDO: TRINCHERA / CAJACAY
CAJACAY
RECORRIDO: CAJACAY / CHIQUIÁN
Entrada editada por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)