domingo, 13 de mayo de 2012

UN SALUDO A LAS MADRES EN SU DÍA - POR DARIO MEJIA (MELBOURNE, AUSTRALIA)



UN SALUDO A LAS MADRES EN SU DÍA
 
Dario Mejia

Hace un mes, conversando con uno de los gerentes de mi trabajo, me preguntó si iba a viajar a Perú este año. Sí, le constesté, viajo a pasar el Día de la Madre con mi mamá. El gerente no sabía que mis padres estaban vivos todavía, por lo que aprovecho para contarme de su padre, quien ya bordea los 92 años y es una persona saludable y lúcida.

Durante la conversación le señalé que mientras mi madre estuviese viva iba a hacer todo lo posible por pasar el Día de la Madre con ella, porque algún día llegará el momento en que ya no esté con nosotros, y ninguna lágrima ni lamentación va a poder revivirla ni podrá recuperar ese tiempo que pude pasar con ella, ni nada vale más que ver ese brillo de felicidad en sus ojos al abrazar a sus hijos.

Mi madre trabajó mucho para brindarnos educación adecuada a mis hermanos y a mí. También nos corrigió y llamó la atención cuando nos equivoc
ábamos. Recuerdo que detrás de la puerta de la cocina tenía colgado su 'San Martín de tres puntas' que lo utilizaba más conmigo, ya que era el más travieso y mataperro de la familia. Tal vez en ese tiempo no comprendía o no quería entender bien los consejos de mi madre, pero con el tiempo me di cuenta que todo lo que nos aconsejaba era por nuestro propio bien.

Recuerdo que cuando tenía seis años de edad mi madre se enfermó y descansando en su cama me pidió que lleve la tina de lavar la ropa. Ella desde su cama me fue indicando como debía lavar mi ropa. A partir de allí lavé mi ropa y la planché también. Después me enseñaría otras labores recalcando siempre que tenía que aprender a desenvolverme por mí mismo, pues no era eterna. Algo que siempre le he agradecido a mi madre ya que cuando terminé la universidad y tuve que trabajar en provincias, y después vivir en el extranjero, las enseñanzas y consejos de mi madre me han ayudado mucho.

Actualmente, mi madre sufre los achaques propios de la edad, pero sigue siendo una mujer activa a la cual le encanta cocinar, especialmente cuando la visito. Ella se esmera por prepararme los platillos que más me gustan, aunque siempre le digo que ella me enseñó a ser muy buen pobre y a comer de todo, y que todo lo que ella cocina me encanta.

Un abrazo a todas las madres que celebrarán su día este domingo y quienes tengamos la dicha de tener a nuestra madre aún con nosotros, no nos olvidemos nunca de ella. La vida podrá llevarnos por otros rumbos, tal vez a una vida mejor, pero nada debe hacernos olvidar el lugar de donde vinimos ni por quien estamos en este mundo.

Saludos,

Dario Mejia



Melbourne, Australia

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