lunes, 23 de abril de 2012

BEETHOVEN MEDINA ENTRE 2 MITOS - POR SEGUNDO J. LLANOS-HORNA



BEETHOVEN MEDINA ENTRE 2 MITOS

Por Segundo J. Llanos-Horna

“Ulises y Taykanamo en alta mar”, el más reciente poemario de Beethoven Medina Sánchez (Trujillo, 1960), sorprende al especialista y, con mayor intensidad, al lector común de buena poesía, como es mi caso: primero, por la audacia de asociar, desde la revaloración de nuestra identidad ancestral, al mítico Ulises de la epopeya homérica, con el “indio” Taykanamo, aún perdido en los intríngulis históricos. Y, segundo, porque otorga al discurso poético esa consistencia argumental que, sin caer en el prosaísmo, se sobrepone al simple manejo de los tropos propio de la versificación cadenciosa.
  
Hay también, por cierto, excepcionales vates que, preservando la preceptiva clásica, aportan mensajes revolucionarios  de fondo y forma. Son pocos, pero son, diremos  evocando al más grande de la historia del Perú.  Su presencia en esta hora de  crisis ética y estética, como él mismo lo diría, nos hace una falta sin fondo para contrarrestar el exacerbado sensualismo y la  superficialidad que, aderezados con el consumismo, fabrican ídolos de arena.
 
La poesía siempre será el arte de evocar, sugerir y/o motivar sensaciones, emociones e ideas mediante el empleo artístico del lenguaje, como, de hecho, lo demostró Beethoven Medina desde su auroral “Necesario silencio para que las hojas conversen”, publicado en la emblemática revista Cuadernos Trimestrales de Poesía ( 1980) por Marco Antonio Corcuera, el paradigmático fundador del concurso Poeta Joven del Perú, entre cuyos ganadores estuvo nada menos que Javier Heraud.
   
“Ulises y Taykanamo en alta mar” es, desde esta perspectiva, una confirmación del artista que – como apunta Roger Santiváñez- despliega toda su capacidad imaginística sobre el mar, las aves y la naturaleza en su conjunto, en el contexto espaciotemporal elegido para enraizar una obra que se visualiza trascendente.  Pero se percibe algo más que imaginación transhistórica y evocación étnica: un sutil mensaje frente al escenario concreto y el drama ecológico que estremece a la humanidad.
 
Comienza  el libro  (Universidad Antonio Urrello, Cajamarca, 91 pp.), con una “cantata” explicatoria del paralelismo entre el legendario retorno de Troya del héroe griego y la llegada desde ultramar a nuestras costas, en su caballito de totora, de Taykanamo, hijo del dios Kon,  con la misión de fundar la dinastía  de Chimor Capac en el reino Chimú. Los poemas resultan, a la vez, ilustrativos en lo conceptual e innovadores por su estructura no convencional.
   
La crítica especializada se encargará, sin duda, de enjuiciar con propiedad la nueva obra de  Beethoven Medina, cuya producción precedente ya está acogida en antologías nacionales e internacionales. Evidentemente la  fraternidad de las dos historias y el tácito paralelismo entre el héroe homérico y el coetáneo mochica de Naylamp, constituyen  pretextos lícitos  para poetizar; pero el poeta reincide en el lenguaje  que lo individualiza y que, años ha, le procuró merecidos lauros en los juegos florales universitarios y otros certámenes.
   
Saludo con fruición “Ulises y Takaynamo en ultramar” con el pronóstico de que, dados el talento y la lozanía de su autor, pronto  nos sorprenderá con entregas de consolidación de su  creatividad poética.

Segundo J. Llanos-Horna