TIEMPO NUEVO
Año 4 No. 160 - Miami 18 de febrero de 2012
por Addhemar Sierralta
¡ BASTA YA !
Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).
Las cosas no ocurren por casualidad. La izquierda extremista y terrorista en el Perú no está quieta y viene buscando por todos los medios desestabilizar al gobierno y causar el caos. El objetivo es atentar contra el desarrollo del país y la democracia.
Hay gente que todavía no se da cuenta o no quiere percatarse de los métodos que obedecen a una estrategia radical muy clara. Y hay quienes aún dicen que no existen comunistas en el país. ¡Qué ingenuidad!. Es lo mismo que pensar que Sendero Luminoso está derrotado y el Movadef se quedará quieto.
La destrucción de campamentos mineros , las marchas por el agua, los disposiciones de algunos gobiernos regionales por encima de sus atribuciones, las infiltraciones en educación y salud, las huestes narcoterroristas en el VRAE –incluyendo sus asesinatos- y la participación de autoridades edilicias y regionales en delitos communes como toma de careteras y violencia contra la propiedad privada. Asimismo una orquestada campaña, por las redes sociales, en contra del proyecto del Conga, atacando el presidente Humala y al ministro Valdés, en la cual participan politicos e intelectuales de izquierda que están en Perú y en el extranjero.
Otro aspecto que llama la atención son publicaciones de cierta prensa extranjera que se inmiscuyen descaradamente con problemas netamente locales del Perú, para desprestigiar a nuestro país.
Y las declaraciones del Presidente del Congreso y la Vicepresidenta de la República, muy lamentables, evidencian que todavía hay quienes desde el propio partido de gobierno actúan como “caballos de Troya”, ya sea intencionalmente o por ignorancia.
Si a todo esto se agrega la escalada de programas radiales vinculados a los velasquistas y chavistas que atacan al sistema democrático y al gobierno, podemos pensar que es una “casualidad” muy curiosa.
La ciudadanía debe tener memoria y recordar lo ocurrido en décadas pasadas. No debe cederse un milímetro a esta violencia –con tinte ya conocido- que trata de agredir al pueblo peruano con el engaño a la gente. Usan la mentira, el insulto, para tratar de “vender” una ideología cruel y dirigida a destruir lo que se ha conseguido en los últimos años.
¡ Basta ya !. No nos dejemos sorprender, no permitamos que traten de amilanar a nuestras fuerzas armadas, a nuestra policía, e intenten implantar nuevamente el miedo a través del terrorismo. Quienes hemos trabajado por el país y hemos sufrido en carne propia la insanía senderista –tres miembros de mi familia fuimos heridos por las bombas de Tarata, se destruyó nuestra vivienda y auto- pero no estamos dispuestos a volver a ser sorprendidos. El pueblo tiene derecho a ser protegido y debe cautelarse la marcha del país hacia el progreso, defender nuestra democracia y evitar masacres como las ya vividas. No seamos ingenuos y tomemos la iniciativa con inteligencia y con energía.
“PREFIERO NO VERLO, PARA MÍ ESTÁ MUERTO”
Nota aparecida en El Comercio “on line” y que cobra actualidad ante la captura del criminal y asesino senderista, Artemio. La compartimos con ustedes.
Hermenegilda Hala y su esposo viven en una humilde vivienda en Arequipa. Su hijo desapareció en 1980 en Lima y recién en el 2010 supieron que se había convertido en cabecilla senderista
“Esto es como una maldición, como un mal aire. Prefiero no verlo, no saber nada de él. Para mí, está muerto. Me gustaría que ese recuerdo se despeje de mi mente”, murmura Hermenegilda Hala (70) cuando se le pregunta por su hijo Florindo Eleuterio Flores Hala, camarada “Artemio” (51). No lo ve desde 1980 cuando llegó a Lima para trabajar, pero al poco tiempo desapareció sin dar explicaciones a su familia.
En el 2010 se enteró que el segundo de sus ocho hijos se convirtió en el camarada “Artemio’, líder senderista que controlaba el Alto Huallaga en alianza con el narcotráfico y que pronto podría ser condenado a cadena perpetua.
Según informó “Perú.21”, la mujer vive en estado convaleciente en una casa humilde de El Pedregal Sur, en Caylloma, donde vende menú a los pobladores de la zona.
“NO ME INTERESA SU VIDA” Ella vive con su esposo y padre de “Artemio”, Juan Flores, quien también está enfermo. Este último de algún modo se siente responsable porque fue quien llevó a su hijo Florindo a Lima para que trabaje en una tienda que vendía tinas.
“Solo estuvo trabajando tres meses y, de pronto, desapareció. Si hubiera sabido que se metería en eso, no lo habría dejado ir”, dice el anciano.
“No me interesa su vida, a él no le interesó la nuestra. Si le hubiera interesado, no habría entrado en ese camino, pero entró y nadie lo obligó. Ahora todo lo dejo en manos de Dios, él verá su suerte”, agregó en declaraciones al referido diario.
Pero no solo los padres sino también los hermanos viven avergonzados. Luis Fernando, el penúltimo hermano, tiene un taller para reparar autos y asegura que no lo llegó a conocer bien. “Sé quién es ese ‘brother’ y tendrá que pagar”, expresó.
Mientras que Ángel, otro de sus hermanos, fue más radical. “No quiero hablar de ese tema, ese señor no existe”.
En entrevista a “La República”, la madre de Artemio dijo que no cree que su hijo quiera que sus padres lo visiten en el Hospital de la Policía Nacional, en todo caso descartó esa posibilidad.
DE CARLOS GARRIDO CHALÉN Y BELLA CLARA VENTURA.
El escritor y crítico peruano José Beltrán Peña, dijo la noche del 15 de febrero, que la novela "La Voz de la violencia", escrita al alimón por el peruano Carlos Garrido Chalén y la colombo mexicana Bella Clara Ventura, y editada por la prestigiosa editorial colombiana "Oveja Negra", es un libro que "sale de lo común" y "dará mucho que hablar en el consenso de la literatura mundial", por la diversidad de propuestas que contiene.
Ante el numeroso público congregado en la Casa Mariátegui, Beltrán Peña en presencia del co autor Carlos Garrido Chalén, del co editor Santiago Risso, de Alejo Editores, y del escritor Juan Benavente, hizo un minucioso análisis de "La Voz de la violencia", asegurando que difiere de muchas de las novelas escritas en los últimos tiempos, por que a partir de la originalidad de personificar a la violencia, como si fuera un ser truculento y vil dotado de voz y sentimientos, entra con valentía y gran versatilidad, en espacios histórico geográficos de tremenda repercusión social, desde el principio de la creación hasta nuestros días, que otros no se han atrevido a transitar.
El poeta Carlos Garrido Chalén, autor de una veintena de libros publicados, que ganara en el 2009, el Premio Mundial "Andrés Bello" de Literatura, de Venezuela, expresó su satisfacción por el respaldo dado a esa novela escrita "a cuatro manos" con Bella Clara Ventura, y dio a conocer cómo se desarrolló el proceso coordinado de dar vida al personaje de la violencia y el tratamiento que sistemática y disciplinadamente se le dio a cada tema tratado en esa obra, hasta lograr el libro final.
ENTREVISTA A GASTON ACURIO.
Una transcripción de la entrevista realizada a Gastón Acurio en Chile.
“¿Qué sector político lo identifica?”, fue la pregunta lanzada a boca de jarro por la periodista chilena Sabine Drysdale.
La respuesta de Gastón Acurio chef de cocina, fue inmediata: “Pienso que en el Perú es una obligación moral ser de izquierda”.
En una de las mejores entrevistas concedidas a la prensa chilena por Acurio, el famoso cocinero peruano amplió su respuesta:
“Una izquierda no entendida como el control de la actividad productiva por parte del Estado, no una izquierda que le quita al rico para darle al pobre, sino que como una serie de acciones del Estado para darles herramientas a los no favorecidos para que puedan ser creadores de riqueza”.
El reportaje mereció la portada del suplemento “Sábado”, del influyente diario El Mercurio, de Chile. Drysdale y su reportero gráfico acompañaron a Gastón en su diario trajín, desde la hora del desayuno hasta el anochecer, pasando por su obligada visita al mercado de Surquillo y el recorrido por sus principales restaurantes de Lima.
La periodista chilena le consultó si, “como quería su padre (el ex senador acciopopulista Gastón Acurio Velarde) usted se transformó en un político”. A lo que Gastón respondió afirmativamente:
“Sin duda, sí. política gastronómica. No tenemos miedo en decirlo: los cocineros del Perú somos un movimiento que lo único que busca es hacer de la gastronomía un instrumento de desarrollo económico y social. Ser exportadores de tendencias de consumo”.
Gastón Acurio también descartó su voceada candidatura presidencial. “Me proponen a cada rato que sea candidato a la Presidencia y siempre digo que la gente está loca... Con qué descaro voy a hacer uso de ese respaldo popular para alimentar mi vanidad y querer ser presidente si no estoy preparado. Es absurdo, eso no va a ocurrir jamás”.
En otro momento de la entrevista, la periodista de El Mercurio preguntó por qué “los peruanos tenemos baja autoestima”. A lo que Gastón respondió: “Antes; ya no, gracias a la cocina”. Pero Sabine Drysdale insistió:
–¿Alguna vez usted caminó con la cabeza gacha?
Sí, porque nos enseñaron a ser tercermundistas. Ciudadanos de segunda categoría, exportadores de materias primas, importadores de productos terminados... entonces la cocina emerge como una reacción a eso y contagia a todo el país con ese sentimiento y hoy el peruano se siente orgulloso de serlo.
Los chilenos y el Perú
En el reportaje, la periodista recuerda que el Astrid & Gastón fue el primer restaurante abierto en Santiago de Chile, seguido por el Tanta y pronto con La Mar. Enseguida preguntó:
–¿Qué piensa de los chilenos?
–Yo vivo en un mundo de permanente peligro en ese punto que me has tocado. Ando muy confundido en el sentido de cómo puede haber esta doble cara de una relación entre dos países, que por un lado se acusan mutuamente de una serie de cosas y, por otro, dan demostraciones de amar lo que hace el otro. Me explico: el mejor restaurante de Chile, que acaba de ser premiado, es de cocina peruana (Astrid & Gastón), ese es un aprecio hacia la cultura del Perú. Y, por otro lado, aquí (en Lima) las tiendas más exitosas, donde los peruanos acuden a comprar masivamente, son chilenas. Eso me confunde. Hay una herida abierta, el tema limítrofe, la guerra, hay gente que utiliza eso para exacerbar y ganar puntos políticos maquiavélicamente. Creo que hay mucha manipulación de personas que tienen intereses en que esta rivalidad, esta herida, continúe abierta.
La clave
El imperio es de los sentidos. El imperio del cocinero Acurio está formado por los restaurantes Astrid & Gastón, La Mar, La Pepa, Panchita, Tanta, Pascuale y Chicha, repartidos en 14 sucursales en Perú y otras 14 en América Latina, España y EEUU, con planes de abrirse mercado en Inglaterra. El año pasado facturaron US$ 75 millones de dólares; atienden a 5 mil personas al día. Y no termina ahí: su última aventura es una cadena de hoteles boutique llamada Nativa.
Aprendí a usar zapatos, pero sin corbatas.
En algún momento del reportaje, Gastón comentó una fotografía publicada en una revista local: “Aprendí a usar zapatos después de que fui al Palacio de Gobierno con zapatillas. En la revista Caretas aparece una foto en que sale el presidente Alan García, yo y un ministro mirando mis zapatillas con la cara así (hace una mueca de entre asco e impresión). Desde ahí salgo en el ranking de los peor vestidos. Pero cuando ves la lista de los 10 mejor vestidos, menos mal que no estoy”.
Con respecto a las responsabilidades de la clase alta, Gastón aseguró que “La clase trabajadora es muy amable, de una bondad y una paciencia a prueba de todo... La clase dominante no tanto, ese es el problema del Perú. La clase dominante nunca ha estado a la altura de sus responsabilidades”.
Consultado sobre si le avergüenza haber nacido en la clase alta, Gastón respondió: “Puede ser. Lo que sí tengo claro es que mi generación no está dispuesta a ser igual que la anterior. No estamos dispuestos a que nos acusen de no haber estado a la altura de nuestras responsabilidades”.
NARRADOR QUE FUE ORGULLO DE PISCOBAMBA, ANCASH.
Por Elmer Neyra Valverde (Perú).
El 10 de febrero, a las diez de la mañana, en el Hospital Rebagliati de Lima, ha fallecido el laureado escritor ancashino Guido Vidal Rodríguez. Esta nota se publicó en el blog Chiquián y sus amigos de Nalo Alvarado.
Guido Vidal Rodríguez vino al mundo en Piscobamba, antigua capital histórica de la Sierra Oriental de Áncash, el 9 de marzo de 1924 .
Después de abandonar su tierra natal y el centro poblado de Masqui, donde atendió sus primeras clases de Primaria, se viene a Lima, junto a su modesta familia. Por la penuria económica tuvo que enrolarse, a los 14 años de edad, de ayudante en una fábrica de tejidos, enseguida en una de vidrios. Posteriormente, se emplea en el Consulado General de Suecia en Lima.
Haciendo un denodado esfuerzo comparte su trabajo productivo con la consecución de sus estudios secundarios en el colegio Lima San Carlos. Dicho plantel fue dirigido por el educador Jorge Castro Harrison.
Después de terminar su Secundaria con notas sobresalientes, ingresa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a la facultad de Letras y Educación en el año 1945. Al año siguiente gana una beca en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Simultáneamente trabaja de docente en el colegio particular Gimnasio Peruano. En seguida, en 1953, recuperando algunos años perdidos, concluye sus estudios en San Marcos, de la cual egresa después de optar el título de profesor de Educación Secundaria en la especialidad de Letras.
En 1955, por su entusiasmo juvenil, la colonia piscobambina le encarga la presidencia del Club Juventud Evolucionista Hijos de Piscobamba. Fecha en la cual viaja a la ciudad de Montevideo después de adjudicarse una estadía en Educación en el Instituto de Estudios superiores de Montevideo. Participaron en el concurso 300 postulantes del Perú.
A su retorno, participa en la Secretaría de Cultura del Instituto José Carlos Mariátegui en Lima; siendo él uno de sus fundadores. En 1960 funda el Instituto Comercial Amauta, el cual realizó una efectiva labor en las aras de la juventud sobre todo provinciana. Por la vinculación de su familia y sus ancestros a familias migrantes, ha estado vinculado a las instituciones representativas de Llumpa y Piscobamba. Tal es así, que en 1965, bajo su coordinación, sale a luz la revista ilustrada “Piscobamba”.
En 1968, gana el premio internacional auspiciado por la Tertulia Literaria “Las 13 pipas” de la ciudad de Manizales en Colombia. Y se hace acreedor de la única Mención Honrosa en el género del cuento, al relato “El arriero”, presentado bajo el alias de “Amauta”.
En 1996, en el concurso “Horacio Zevallos Gámez” gana un premio con su narración “Fin de semana en el paraíso”. Por razones económicas no ha podido publicar una gran cantidad de relatos de sabor andino y otros de ambiente urbano, los que se encuentran hasta el momento inéditos.
Era miembro honorario de AEPA. Sin embargo, ha sido un entusiasta animador de los encuentros de esta asociación. Bajo su intervención directa se realizó el encuentro de escritores de AEPA, en 1994 en Piscobamba y Pomabamba, que tuvieron como epónimos a Víctor Rodríguez Blanco y Alfonso Ponte Gonzáles, respectivamente.
Con el auspicio de las municipalidades de los distritos de la provincia de Mariscal Luzuriaga y la Municipalidad provincial con su alcalde Marino Pastor, se editó los anales de dicho encuentro, denominadas “Tropel de sueños”, producto del trabajo de un equipo en encabezado por Guido Vidal, salió a luz en enero de 1998. Se presentó en una reunión de los alcaldes provinciales de la Sierra Oriental de Áncash. De la presentación se encargó Elmer Neyra Valverde, en Piscobamba, con motivo del aniversario provincial el 12 de enero de 1998.
Sus obras
En 1968 nos entrega “El arriero”, a través de la editorial YachayHuasi. Este pequeño volumen incluye una presentación de Francisco Bendezú, como también el discurso de Ebel Botero Escobar de Colombia, pronunciado al hacer entrega del premio correspondiente en Manizales.
El volumen involucra el cuento “El arriero” que narra las peripecias de un peón de la Sierra Oriental que retorna desde una hacienda de la Costa de Áncash, después de haber trabajado varios años y con magros recursos. El desfiladero de Llanganuco abruma el torna viaje del arriero. Y en una noche tétrica, sucede una inimaginable pelea, en una gruta de rocas, incomprensible si el ataque es de espíritus malignos o de asaltantes de ruta.
También otro relato se refiere a “Nicanor Julca” quien dirige su mirada hacia la floresta oriental y sueña que es atacado por alimañas y trenzándose entre lianas.
“El mamón” se refiere a un personaje que oscila entre humano y monstruo. A ratos con reacciones extremas e impredecibles.
Finalmente, “SupaypaHuahuan” sobre una criatura repugnante, que fue exorcizada por un cura que confundía la misión de los evangelistas y las supuestas actividades de comunistas, que por entonces solamente cabían en la mente de un fundamentalista.
En 1994, Guido hace entrega de “El juramento”, relatos de carácter urbano que incluyen narraciones breves.
Esta publicación fue prologada por Gustavo Alencastre Montúfar. También en 1994 publica el “Un charco de sangre”, donde vuelve a incluirse “El arriero”. Además aparece el relato”Un charco de tinta”, narración que trata de restituir el prestigio disminuido a su tierra natal, lugar donde, antiguamente, había una activa vida cultural provinciana, matizada por la bohemia profesoral y las veladas literario-musicales.
Finalmente, la última obra que publica es la que ganó el premio “Horacio Zevallos Gámez”. Corresponde a la narración de los esfuerzos del ingenioso Tojsho Llushaco, que proyecta la posibilidad de irrigar terrenos de la Costa o los de la Sierra con pocos recursos, esfuerzo mancomunado y voluntad de hacer lo mejor.
(Cuento).
Por José Caballero Blanco
(Cuba).
Este cuento que es la realidad constante en Cuba, no sólo está bien logrado por José Caballero, sino que emociona y toca la herida de todo un pueblo (Xiomara Pges).
Sin que el guardia que estaba a cargo de vigilar esa galera se diera cuenta, Roberto, quien estaba limpiando el pasillo, se acercó a la celda 214 y con el palo de la escoba dio unos golpes en la puerta de metal, queriendo que pasaran inadvertidos para todos, pero asegurándose, fueran escuchados por el prisionero que la ocupaba. Casi sin mover los labios preguntó:- ¿Me escuchas? Una débil voz, respondió:- si. ¿Quién eres? .- Mi nombre es Roberto, un preso común que está a cargo de la limpieza. Mientras decía esto, sus ojos no se separaban del final del pasillo, donde el guardia se fumaba un cigarro despreocupadamente. .- ¿Qué quieres? Inquirió la persona que estaba al otro lado. .- Me enteré que estás en huelga de hambre y tengo pan en el bolsillo, si quieres en un descuido del guardia, te lo paso con la escoba por la pequeña ranura debajo de la puerta. .- No gracias, dijo la voz, ahora con cierta firmeza, estoy plantado, tengo principios y mi huelga de hambre no es de mentira. Roberto con cierto enojo, pero todavía en voz baja dijo:-Eso es lo que me jode de Uds. los políticos. Coño, uno se la juega al quererlos ayudar y siguen con eso de no querer jamar. Se apartó rápidamente al ver que el “combatiente” miraba en su dirección, no queriendo llamar la atención. Aquí le dan dos patadas a cualquiera por el más simple motivo y si este tipo me coge hablando con el de la 214, me meto en candela, pensó, caminando lentamente y se dirigió hacia el hombre vestido de verde olivo el cual al verlo le franqueó la puerta de barrotes metálicos que separaba esa zona de máxima seguridad con las otras partes del penal. Roberto en su camino hacia la celda que ocupaba con otros cinco reclusos, dejó la escoba en el lugar asignado y conversando consigo mismo (costumbre que se adquiere en esos lugares, donde conversar con alguien puede dar motivo a cometer alguna indiscreción), repetía.- O los tiene bien puestos, o es un imbécil. Esa noche en su camastro no dejaba de pensar sobre la frase: “estoy plantado, tengo principios”. Sabía por comentarios que decían otros presos, que el tipo de la 214 era un opositor pacifico, a quien habían metido preso por participar en varias actividades donde gritaron en medio de la calle consignas contra el gobierno; dando vivas a los derechos humanos y diciendo, abajo Fidel. ¡Están locos! Seguro mañana cuando le apriete el hambre, se olvida de eso y le mete mano al plato de chicharos con gorgojos, al arroz con gusanos o a los espaguetis hervidos con patas y alas de cucarachas, pensaba mientras el sueño lo vencía. Al otro día al entrar al pasillo que le correspondía limpiar observó unas manchas oscuras frente a la celda 214. El había aprendido que a los celadores no se les puede preguntar, pero los abusadores son por naturaleza bocones y el guardia al verlo frente a las manchas del piso le dijo:- hoy vas a tener que trabajar más porque al come mierda este (señalando con el garrote hacia la celda), hubo que darle un jarabe de “componte” anoche, pa’ que comiera y aunque le partimos dos dientes, no probó bocado. Roberto sabía que se estaba refiriendo a una paliza y las manchas no eran otra cosa que sangre. En cuatro patas y con un trapo húmedo le tocó limpiar el piso, pero aprovechó para conversar con el prisionero .-¿Qué te hicieron? Preguntó en el mismo tono que había usado el día anterior, casi imperceptible. La misma voz, pero más débil le respondió.-Ah, eres el mismo de ayer. Nada, sólo que me querían alimentar a la fuerza. .-¿Por qué no comes, no seas bobo? Te vas a morir. Dijo Roberto Como un susurro salido de la celda le contestó.-Estoy en huelga de hambre pidiendo que se respeten los derechos humanos de todos los prisioneros. Libertad para los acusados injustamente, para que no hayan más abusos. .-Chico, te matan a palos o te van a dejar morir de hambre, tú conoces a esta gente, ellos no aflojan ni un poquito, dijo Roberto entre dientes, mientras con el rabo del ojo vigilaba los movimientos del guardia y con sus manos restregaba el piso. .- No me importa, me han quitado la libertad, han roto mi familia, pero mi vida es mía, ellos no me la pueden quitar, yo la doy por lo que creo. Dios está conmigo. Roberto vio al guardia avanzar hacia él y se apuró en levantarse, recogiendo los enseres de limpieza antes de que pudiera darse cuenta de su conversación, haciendo ruido para avisar al otro lado de la puerta que todo se interrumpía. La noche era la peor enemiga de Roberto, cuando las palabras de ese desconocido de la celda 214 le daban vueltas y más vueltas en su cerebro. Yo estoy preso por robo, pero a este hombre sólo por hablar y pedir algo que todo el mundo desea, lo quieren reventar. Es un abuso, pero eso no es asunto tuyo Roberto. En un final, tú no conoces el nombre de ese individuo. Ni siquiera le has podido ver la cara, al estar en la tapiada. Sólo has hablado con él en dos ocasiones. Verdad que el tipo es duro, dispuesto a morir por lo que cree. En Cuba harían falta unos cuantos como él, a ver si esto se acoteja. Mientras todo eso pasaba por su mente, su admiración por el desconocido de la 214 crecía. Esta mañana lo detuvieron en la puerta de barrotes que da acceso al pabellón de las tapiadas, el guardia no lo dejó pasar. Por el pasillo cuatro guardias, traían arrastrando por las manos a un individuo que más bien parecía una de esas fotos tomadas en los campos de concentración de la Alemania Nazi. Flaco, demacrado, era hueso y pellejo, con el rostro marcado con verdugones de los golpes. Su espalda y pecho, donde sobresalían las costillas mostraban manchas violáceas. Era el preso de la celda 214. Todavía en ese estado, alguno de los desalmados le propinaban patadas en sus escuálidas piernas Al trasponer la reja, se escuchó ese despojo de ser humano decir.- El morir por la patria es vivir, con un pequeño hilo de voz, pero con la gallardía de un hombre que es capaz de pagar el justo precio de su ideal Lo que sucedió a continuación nadie lo hubiera esperado. Se escucharon gritos en la prisión, ¡asesinos, abusadores, esbirros! proyectados con toda fuerza, haciendo eco en todas las paredes y que sólo callaron cuando un genízaro descargó su garrote sobre la cabeza del preso que gritaba su furor ante el crimen. El opositor en huelga de hambre murió, no titubearon sus asesinos para ejecutar la orden de dejarlo morir. Pero la celda 214 está ocupada por otro prisionero, quien se pasa el día cantando el himno nacional y levanta su voz de barítono en la estrofa que dice: “Morir por la patria es vivir”. Su nombre es Roberto.
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Fuente:
TIEMPO NUEVO
Addhemar SierraltaAño 4 No. 160
Miami, 18 FEB 2012