El oropuquino Mañuco Ñato Allauca, conocido en el mundo virtual como Shaprita, fue uno de los depositarios de la tradición oral chiquiana, que trasmitía con sana picardía en los cincuentas, durante las tertulias sabatinas en el bar “Penco”.
Shaprita contaba, que la madrugada del jueves 28 de diciembre de 1905, Shaplaco y sus áulicos, deseosos de cobrar una recompensa por la cabeza, el tronco y las extremidades de Luis Pardo, fueron a Pancal. A las 8 de la mañana se apostaron en la entrada de la hacienda del bandolero, y Shaplaco envió esta nota con su emisario: "Lucho, estás rodeado, somos 40, es mejor que te entregues. Shaplaco".
Luis Pardo leyó el mensaje intimidatorio y escribió con pulso sereno: "Shaplaco, los he visto subir gateando la cuesta, y no son 40 sino 4. Te acompañan el curcu Ipicho, el huiscu Ishico y el chinaco Cachizada quien me ha entregado la nota. Mis peones y yo estamos armados hasta los molares. Con un tiro en el rabito de la alegría bailarás como trompo cacaranchero. Y si no te vas volando, el segundo será entre ceja y ceja, no sufrirás nadita, te lo prometo. Lucho"
Shaplaco leyó la respuesta, y antes de salir despavorido escribió: "Luchito, hermanito del alma, ha sido una broma por el día de los inocentes. Shaplaco".
Pancal
VOCES NATIVAS:
Cacaranchero:
Saltando como taladro romo sobre dura roca.
Curcu :
Jorobado
Chinaco:
Afeminado
Huiscu:
Tuerto
Relato recreado por Armando Alvarado Balarezo (Nalo) - Huaraz, 19 de agosto de 1982
Fuente:
Anecdotario "UPIACUSHUN SHAY"
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