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LA POESÍA TELÚRICA DE NORA GAMARRA RAMÍREZ (HUARAZ)
El martes 18 de marzo de 2009, Luis Albitres Mendo, a quien tuve el privilegio de conocer en Chiquián, con ocasión del XVIII Encuentro Escritores y Poetas de Ancash “Alberto Carrillo Ramírez (3, 4 y 5 ENE 2009), me obsequió el poemario “AMARANTA: Delirio de Amores” de Nora Rosa Gamarra Ramírez (Editora Katequilla – 2008), que leí sin interrupciones hasta la madrugada, confirmándose así lo dicho por Luis al despedirnos: “Son versos que atrapan, disfrútalo shay”.
Abrigado por el inicio del prólogo de Carlos Toledo: “Es un ramillete de poemas en los que Nora Gamarra (1959), recorre los intrincados senderos del amor”, incorporé el mismo día en el blog ‘CHIQUIAN Y SUS AMIGOS”, los poemas “Flor de Roca” y “Paloma Mensajera”, que desde aquel entonces reciben la visita de miles de cibernautas del orbe.
Hace unos días, desde Huaraz, llegó a la bandeja de mi correo el poemario virtual de Nora: “EL LIBRO DE ESTUARDO Ó HISTORIA DE UNA GENERACIÓN” con 30 creaciones, cada una de ellas de singular belleza como sus gemelas del poemario “AMARANTA: Delirio de Amores”.
Dar clic:
POEMAS DE NORA ROSA GAMARRA RAMÍREZ
En ambos poemarios fluye el son nostálgico de la autora, cual latidos de ese supremo amor de carne y hueso que tiene las horas contadas al final de cada jornada, y quiere dejar constancia de su fe, pero también de sus temores por tantas auroras cercenadas antes de tiempo, esperanzas juveniles muchas veces fallidas, fragmentos de vida en su mayoría agridulces. Sinsabores del alma dolida que se agita en las honduras del pensamiento con melancólica ternura.
En cada estrofa la autora expresa su rebeldía ante la indiferencia y los traumas que se suman como galgas en la forja diaria, como si el grito desgarrado de todos los que anhelan un mundo mejor se condensaran entre verso y verso; fluyendo segundo a segundo como los deshielos del Huascarán cuando el viento ruge. Creaciones sin remiendos, aderezos, comba ni cincel, tal como fueron engendrados. “Al natural”, como reza un huayno chiquiano.
Lenguaje coloquial de comienzo a fin, con acento apasionado y arrollador, como la voz del río Santa en épocas de aguacero, encabritado y gimiendo bronco bajo el puente Calicanto, por saciar cuanto antes la sed del Callejón de Huaylas. Temple y sensibilidad con imágenes elocuentes del cotidiano drama humano.
En suma, un poder expresivo, reflexivo y bravío, propio de las altas cumbres marginadas; emoción y razón sin cortapisas del espíritu telúrico que señala el derrotero a seguir por las generaciones venideras.
Disfrútenlo esta noche que aguarda poética…
Nalo
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LA POESÍA TELÚRICA DE NORA GAMARRA RAMÍREZ (HUARAZ)
El martes 18 de marzo de 2009, Luis Albitres Mendo, a quien tuve el privilegio de conocer en Chiquián, con ocasión del XVIII Encuentro Escritores y Poetas de Ancash “Alberto Carrillo Ramírez (3, 4 y 5 ENE 2009), me obsequió el poemario “AMARANTA: Delirio de Amores” de Nora Rosa Gamarra Ramírez (Editora Katequilla – 2008), que leí sin interrupciones hasta la madrugada, confirmándose así lo dicho por Luis al despedirnos: “Son versos que atrapan, disfrútalo shay”.
Abrigado por el inicio del prólogo de Carlos Toledo: “Es un ramillete de poemas en los que Nora Gamarra (1959), recorre los intrincados senderos del amor”, incorporé el mismo día en el blog ‘CHIQUIAN Y SUS AMIGOS”, los poemas “Flor de Roca” y “Paloma Mensajera”, que desde aquel entonces reciben la visita de miles de cibernautas del orbe.
Hace unos días, desde Huaraz, llegó a la bandeja de mi correo el poemario virtual de Nora: “EL LIBRO DE ESTUARDO Ó HISTORIA DE UNA GENERACIÓN” con 30 creaciones, cada una de ellas de singular belleza como sus gemelas del poemario “AMARANTA: Delirio de Amores”.
Dar clic:
POEMAS DE NORA ROSA GAMARRA RAMÍREZ
En ambos poemarios fluye el son nostálgico de la autora, cual latidos de ese supremo amor de carne y hueso que tiene las horas contadas al final de cada jornada, y quiere dejar constancia de su fe, pero también de sus temores por tantas auroras cercenadas antes de tiempo, esperanzas juveniles muchas veces fallidas, fragmentos de vida en su mayoría agridulces. Sinsabores del alma dolida que se agita en las honduras del pensamiento con melancólica ternura.
En cada estrofa la autora expresa su rebeldía ante la indiferencia y los traumas que se suman como galgas en la forja diaria, como si el grito desgarrado de todos los que anhelan un mundo mejor se condensaran entre verso y verso; fluyendo segundo a segundo como los deshielos del Huascarán cuando el viento ruge. Creaciones sin remiendos, aderezos, comba ni cincel, tal como fueron engendrados. “Al natural”, como reza un huayno chiquiano.
Lenguaje coloquial de comienzo a fin, con acento apasionado y arrollador, como la voz del río Santa en épocas de aguacero, encabritado y gimiendo bronco bajo el puente Calicanto, por saciar cuanto antes la sed del Callejón de Huaylas. Temple y sensibilidad con imágenes elocuentes del cotidiano drama humano.
En suma, un poder expresivo, reflexivo y bravío, propio de las altas cumbres marginadas; emoción y razón sin cortapisas del espíritu telúrico que señala el derrotero a seguir por las generaciones venideras.
Disfrútenlo esta noche que aguarda poética…
Nalo
DEDICATORIA
“A ESTUARDO Y SUS AMIGOS”
PALABRAS DE LA AUTORA
ENTREGA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Por haber nacido
aquí en mi tierra,
por haber morado
un rato con las fieras;
por creer en ti
como una niña,
que madura tu flor
como madura en la ostra
una perla;
tal vez un día
ame más otra tierra,
acaso volviéndome tigresa
devore los recuerdos
de tus ovejas,
acaso ya no importe
verte algún día crecido
como collar de perlas.
No.
Si hoy te entrego
un arcón de mi riqueza
es porque supe
que no sabía cuánto había de durar
mi estancia aquí en la tierra.
Y tuve tristeza
de sepultar celosamente
todo lo que no sólo,
a mi pertenecía.
HISTORIA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Tú, fuiste un planeta desorbitado.
Sólo un infante trozado
por la precoz garra
de tu propia rebelión.
Y sin embargo fuiste
aquel muñón que se alzaba
contra todo lo que significaba
una coaccionada resignación.
Tú, descubriste
la encubierta paz que te señalaban.
Por eso te incendiaste,
al ver que dentro moraban
birrias de cómodo proceder.
Y porque amputaste el hecho
de que tu ser lisiado
era sólo el producto
de una general confusión,
por ello siendo dueño
de sabias soluciones
ante ti nada sabías.
Por eso,
la llama de protesta
que tu ser engendraba
cuando la desterrabas
sólo te quemabas,
o también la enfilabas
hacia un lascivo furor.
Y tú estuviste ciego,
manco y también sordo…
Yo lo sé.
Porque le cerrabas la boca
a la verdad que te insinuaba
que eras sólo el exponente
de una social frustración.
Pero el mundo no sabía
porque vendabas tu herida
con antenas de dulzura,
porque mordías tu alarido
con tu lengua de primor.
Y te erigías en líder
y fuiste el galán del pueblo;
todas te rodeaban
todas se disputaban
¡tu rajado amor!
Te he visto, bohemio,
repartir tus huérfanas ternuras
cuando ¡tú carecías
de propio corazón!
BOHEMIO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Bohemio
que en la noche te oscureces,
nadie sabe que te abrillanta:
¡Ese tu sordo clamor!
Bohemio que luces
cintura deshojada,
nadie sabe que es tu mirada:
¡El cigoto de tu rebelión!
Y si los ojos
hoy te han cerrado,
nadie sabe que el día de mañana
tu propia garra
te hará:
¡Invalorable corazón!
Nadie sabe
que tropezando
llegarás a la cima.
Nadie sabe
que de bichos está poblada:
¡Tu aparente disipación!
Nadie sabe,
ni yo sé
el tamaño de la llama
que se esconde:
¡En ese tu oculto fulgor!
Habla.
Habla para que te halle,
habla para que rebase:
¡El río de mi admiración !
ALABANZA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Porque has andado en la sentina
resbalándote,
sólo con el cayado
de tu rebelión,
porque teniendo primicias
las arrojabas a todas
para hundirte en la búsqueda
de tu propio embrión .
Porque para ti
significaba el todo
esa inaudita nada
que era para los que veían
prodigarte no siendo rico
y orfandarte estando rodeado
y mas bien abrazarte
al topo y a la araña
y a todo lo invalorado
de la sabia creación…
Porque has desterrado la herencia
de cómoda aceptación
y porque mendigo has buscado
tu verdadero valor.
Por todo,
así para el tiempo
impropiamente ajado
y algo velado de sombras
en lo que debiera ser albor.
¡Ay!
por toda esa ciencia labrada
con tus denodadas experiencias,
por todo eso:
¡Oh! privilegiado
que naciste para ejemplo
de los exploradores que buscan
la sangrante virtud.
¡Yo te alabo!
¡Yo te alabo!
Porque habiendo nacido
en nuestra pródiga tierra
sabrás hacerte águila:
¡Antes que un oscuro ratón!
HIMNO A ESTUARDO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
En tu marcha denodada
hacia la quebrada y los tolmos,
en tu peregrinaje
azul de madrugada,
tendrás el sol eterno
que brilla en tus predios,
floreado de rosas esperanzas.
Y cuando el cayado que te alienta
se haya roto,
no precisarás de más
porque en tu alma
morará el solemne salmo.
Será basto el panorama
que alumbre de tu pecho,
a ti que aún vas alimentado
te bastará sentir bajo tus pies
el cúmulo de hambrientos
que se postran enla cañada.
Y cuando el pie
que te encamina esté cansado,
mires en derredor
y no halles bancos,
acuérdate del gras
y de toda la yerba que silvestre te espera
en la sierra que es tu patria.
Y cuando tengas frío,
te tiemble la mirada
y no halles rebozo femenil
que entibie tu alma,
acuérdate varón
de tu madre santa
que con su amor
pereciera llevarte
aun en su entraña.
Y cuando, solapado,
alguna vez
en la bohemia llores:
¡Oh! Arroja ese cristal lúbrico
que empaña tu mirada
y deja sin vergüenza
deslizarte esa lágrima,
porque lloran también
las cumbres más altas con sus ríos…
¡Y lo sabes !
y cuando tropieces y caigas
teniendo delante de ti
los bichos que se arrastran:
¡Oh! varón del Ande,
mira hacia arriba:
¡Mira hacia las águilas!
EN NUESTRA GENERACIÓN
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
En esta generación
de cordilleras tan vastas,
donde se retuercen
los climas plañideros,
dejando caer
serpentinas de ríos,
pero también aludes y huaycos.
En esta generación
tan orientada al caos,
donde se inmolan inocentes víctimas,
hacen falta
jinetes de la palabra,
hacen falta:
¡Colosos del alma!
En esta generación
donde todos ignoramos
que somos arlequines y polichinelas
que vamos actuando
sobre una cuerda floja
y todavía lisiamos más el peso
arrastrando los pesados collares
de una cara frivolidad comprada,
para sólo huir desesperados
de lo que nadie escapa.
En nuestra generación
que bulle en menopausia,
hace bien mirarnos las caras
y ver serenos nuestra faz pulida,
hecha de pétalos y de joven savia.
En esta generación alicaída,
haces falta tú:
¡Oh, joven de fecundos ideales!
Porque tienes la despensa llena
Y acaso no lo sabes.
Detén el torbellino
que hoy pareciera derribarte,
o pón la lianas de tu estirpe:
hombre, hijo del Perú eres
y llevas acero
de voluntad en las venas.
Erígete antes de la guerra
como pacificador de tu raza,
ya no oprimas el cuello desalentado
y ahora quejoso de tus ancestros;
antes bien,
limpia el sudor
de sus frentes con la tuya
y recibe sobre tus hombros de roca
todo el engranaje que ya les pesa
y verás cesar sus letanías.
Luego enfila la lanza del trabajo
y debuta,
debuta en la guerra de tu destino
como el labrador debuta cada día
al son de su azadón
cuando nace el sol en la campiña.
YO TE HAGO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Yo te hago irreconocible
para que no te vean
y sigas creciendo
con una roca en tu mirada
y ya no sientas el dardo
que hoy te clava
la felona estancia.
Yo te hago de púas,
de acero refulgente,
sordo como un tabique,
todo tuyo
para clavar tu triunfo
en el infinito clamor.
Yo te hago de espadas,
rodeado de cizañas
y viviendo con la araña.
Yo te hago así
terriblemente fuerte.
Yo te hago Atila,
para que los cascos
de tu caballo,
¡aplasten de este mundo
todo su lacerante furor!
Yo te hago de cardos y de espinas,
todo un león ante la vida:
¡Para clavarte el estigma del campeón!
LEÓN Y CORDERO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Tú, de tronco espigado
y el andar sereno,
alto como el álamo
y frondoso como el cedro.
Tú llevas en la copa
pajarillos muy tiernos.
Pero,
siendo sensible y suave
como el vellón de un cordero,
por vivir ahora
dentro de la maraña de fieras,
ora eres dulce,
ora despiadado
como el huracán cruel
que las flores asola.
Por eso,
yo te sé
y quiero verte
cual león invulnerable
con invencibles garras,
fuerte y bastado a ti mismo.
Entonces,
dejarás vivir
también a tu cordero
y te sabré
siempre generoso,
con un mar de espíritu
para los sedientos,
con mano poderosa que trabaje
los edificios sin cimiento.
Y en tu puesto blandirás
el verbo y la vara de Salomón
ante cualquier injusticia.
Tú,
harás todo eso,
porque eres
el hombre de la época
y asumirás tu herencia
que ya bulle
¡con fiebre de primavera en las venas!
TE ESPERAN
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Se espera silenciosamente
acallandas,
con la presencia de un vidrio
que nos separa
de lo que será en el mañana.
Se espera…
con fe y esperanza,
se espera de quien
supo un día decir
susprimeras palabras,
se espera de ese tierno niño
que es ahora un hombre.
Esperan.
Esperan con ansias
los que menos dicen que te aguardan.
Y te esperan más
aquellos que nunca
se quejan de ti
ni te reclaman.
Te esperan, pues, muchos
si eres muy amado,
aguardan de ti
que fuiste afortunado.
De ti que eres fuerte,
de ti que eres sano,
de ti que te ungiste
con tanto conocimiento.
De ti que como pocos
eres un privilegiado
y sabes bien lo que es
el polvo del tiempo,
el sacrificio del puño
y el afán
en una cátedra universitaria.
Esperan te ti
y tu más que nadie
esperas de ti mismo.
Sabes el sacrificio del estudio,
conoces el trajinar apurado
en la atestada metrópoli
y el deambular eterno
con tu insatisfacción de provinciano.
Ha llegado la hora
de eliminar
el tóxico de los carros.
Ha llegado la hora
de retornar a tu pueblo
con un brillante honor
no sólo en la mano,
sino también
con retumbante tamborilleo
en toda tu alma.
ASÍ NO QUISIERA VERTE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Como palomas del destierro
en abandonado vuelo,
cometa ciego que sin timón explora,
huracán enfurecido
en rebelde bramido…
Así no quisiera verte.
Como tronco y malla
de ladrillo indiferente,
cascos de potro en el andar, embrutecido
suspiro que dura un veleidoso beso,
golondrina negra que jamás retorna.
Así no quisiera verte.
Como vaso lleno sediento de tu boca,
pupila cerrada ansiosa de tu luz,
pan del alma que hambriento te provoca,
inconsciente y frívolo…..
Así no quisiera verte yo.
ASÍ QUIERO VERTE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Como ramazón del mar
que a la playa estremece
y en su sentido abrazo
le regala un caracol…
Así quiero verte.
Como aurora boreal
que acaricia infatigable
el piélago sublime, de la azul constelación
lleno de fe, que embellece hasta la muerte…
Así quiero verte.
Altivo en el torreón
que tus brazos protegen,
guerrero formidable
que vence en el dolor,
valiente y ceñido de laureles…
Así quiero verte.
Con broche de mesura
pausado en lontananza,
sereno y sosegado
del barco en el timón,
dulce y seguro de guiar al horizonte…
Así quiero verte yo.
Y cuando grande
Y untado de primicias,
el tisú de tus orlas se desplieguen,
quiero ver al humilde pastor
que hoy ronda en la pradera,
magnánimo y sabio:
Todo un hombre
en su mirífico esplendor.
NO SÉ QUE HACER
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
No sé,
no sé qué hacer pudiera ,
para que tú,
con esos dos soles en la testa
y el azadón infinito de tu mente,
trasluzcas la arena
que duerme
secretamente con las algas.
No sé que hacer
para que despierte,
el infatigable coloso
que hoy parece vendarte
con su mirada ciega durmiente.
No sé cómo
ni cuándo,
has de envolver
tu corazón de infante
en sarga gruesa que te abrigue,
con pilares de fe
y ya no tiemble.
No sé cuándo
el sentido de tu vida
tomará un rumbo aparte.
No sé cuándo
se enfilará tu planeta
en la elipse vigorosa
que desde siempre
señala tu alma.
No sé cuándo
te inclinarás hacia tu diestra,
para oír
lo que el corazón te reclama.
Y veas lo que mires,
sientas lo que toques
y des paso al aroma
de la flor de tu alma,
que a grandes voces
te pedirá no ya luz,
sinomas bien:
ESPACIO.
UN NUEVO SOL
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
No sé
si te has mirado en el espejo
de una cerrada meditación,
porque te están brotando
no lentes gruesos
para que mires mejor…
No,
pues lo que está alumbrando
es un gigantesco sol.
Por ello,
tú que fuiste un excéntrico pintor
que defraudado del paisaje del mundo,
abigarraste
todos los cuadros que hallabas,
con tu brocha despiadada
en busca de la perfección…
¡Oh! escéptico pintor,
ahora sabes
que no se puede destruir
la belleza de la creación.
Y yo te pregunto:
Si te pidiera que pintes la noche,
aunque la hicieras
sin luna y sin estrellas.
¿Acaso no lo harías,
para exponerla luego
como sólo una heredera
del espléndido sol ?
Por eso,
no sé,
si alguien más te ha mirado
en el espejo de la meditación,
pero yo sé que se van borrando:
¡Los tiznes de la decepción!
YO, ALEGRE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Alegre por tu aparte
y luego por tu enrollado vivir,
yo, alegre por tu calma de sereno
aparentemente encarcelado.
Alegre por tu lejanía
tejida de esperanza,
alegre sí,
porque estás hilando
la madeja del vigor.
Alegre por tu andar
ahora levantado,
como si buscaras en el horizonte
invisible cinta descartada
del frívolo y oscuro montón.
Alegre por tu jaula,
por tu canto apenas escuchado,
alegre porque vas criando:
ráfagas de panderetas
y de real rebelación.
YO SÉ
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Sé que aceptas tu reto
y tu llama
que de tan secreta
tú mismo no la cuentas.
Pero empiezas a dispersarte
rebelde como tu causa
y tu ademán
ya no es de marioneta:
tú ya no ríes
para que te vean reír,
tú ya no lloras,
para que una mano
entibie tu sufrir.
No, tú te has unido
y los varios seres de tu alma
ya no son almas gimientes,
hoy son la hordas que encierran
todo un común sentir.
Y eres la expresión de tu pueblo,
porque has trajinado con sus muecas,
porque que te has untado con su saliva,
porque tú ya hueles
a verdadera revolución.
Y BIEN
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Y bien,
yo prefiero sentirte como al Huántar
a primera visión inmutable y fiero,
pero al oír la catarata
febril y tan fresca de tu verbo,
se desmoronan mis dudas
y sé que no has cambiado.
Estás igual en tu esencia
en tu volcán sediento de fraterno,
de ese fraterno que tu ardiente deseo
transmutará en agua fresca
y tú serás río infinito.
La otra noche
recogiendo en mi cesto tu palabra
he visto la gran profundidad
de tu tierra arada,
inacabable pero clara
porque pude andar sobre ella
y no me he perdido.
He visto sí ,
cuánto maíz joven
va naciendo
como oro en tus entrañas.
Y tú dices que te inyecte
Tal vez un poco de alma.
¡Ah! sólo te digo:
“Mira bien quien de los dos,
va ascendiendo desde la primera grada,
que yo me quedaré recordando
los granos de tu despensa,
que acaso algún día
acuda a ti en busca de alimento.”
CREDO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Creo,
en el embrión que madura
al amparo de un sol
de ignorados rayos.
Creo,
en el torso circunspecto
que va afilando espuelas de cruzado.
Creo en la lanza
y en la coraza
a toda prueba
invencible y fiera.
Creo en los hilos de oro
que va tejiendo tu mañana.
Creo sobre todo
en el susurro azul
que amplía tu pecho
aún cuando tu boca
cerrada no cantara.
Creo en tus pilares
de dórica esperanza.
Creo en ti
cuando riendo,
creo en ti cuando rodando
tu piedra milenaria
se rajara.
Creo en ti cuando llorando.
En ti,
creo en ti…
Estuardo.
YA NO ERES UN SOLITARIO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Ya no eres un solitario,
tú que fuiste siempre
rodeado de tantos,
no estarás más en todos
sin estar en ti mismo.
Pero, no es de decir
que recién ahora
te has hallado.
No,
porque tú
siempre te conociste,
sabías que sólo eras
la guadaña escéptica
que recortaba
tu inmaculado albor.
Y ahora,
ya no eres un solitario.
No,
porque has leñado tu cizaña,
porque has podado la maleza
que te fuera arbitraria,
porque has izado
a tu esclava razón,
de aquel patrón social
que de tanto comercializarse,
te había dado la herencia,
de una total confusión.
TÚ QUE FUISTE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Tú, que fuiste
el predio abandonado,
tú, que fuiste el solar alquilado
al invierno de la frustración.
Tú, que fuiste
la estatua famosa
y muy dentro
de tu pecho de loza
se enfriaba
un huérfano gorrión.
Tú, que fuiste el soldado
que guerreaba ferozmente
contra su propio batallón.
Tú, oveja desterrada
sólo por tener
diferente color,
sólo por lucir el estigma
de los que buscan la revolución.
Tú, que fuiste un solitario,
hoy has hallado al fin:
¡Las riendas de tu timón !
PORQUE CREO EN TI
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Si alguien me dijera
tomando tu palabra:
“Moriré coronado
de ángeles menudos “…
Dudo que lo hicieras.
Dudo que un brillo refulgente
te haga dorar el abismo
y mansamente
en su brillo banal te sepultes.
Si alguien me dijera
que tu frente taciturna
renegará los senderos
de la mortal primavera
habría yo de poner
el pie en esos suelos
para ver la tierra
que no se desmorona.
Y así tú
lacio, vivo pero incongruente,
no serás un recuerdo
ni harás las balas
que asesinen
mi fe de amarte
por todo lo que tú no tienes.
Pero si el destino me dijera:
“El tiene ya la virtud
que enamora y vuela,
pues es halcón
que hacia arriba asciende”.
Muerto el temor repicará la guerra
Y te veré si es posible:
¡Escarbar los cielos!
YO TE QUIERO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Yo te quiero
como un rosado halo
alrededor de tu luna
distante y fría.
Yo te quiero
con cariño de infantes,
yo te quiero
con cariño de auroras
y veo tus pupilas
como dedos de mi diestra.
Yo te quiero
porque antaño ,
siendo yo un corazón ignorado,
algunas veces
el eco de tu voz
rompía mi soledad
y pude en el silencio
y a así tan sosegadamente
que ningún viento lo supo:
Rozarte con el abanico
de mi apacible ternura.
GUÁRDAME UNA FLOR
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Guárdame una flor
la más lozana,
aquella que desde tu jardín
perfume con su dulzor
la herrumbre de mi estancia.
Dame una flor
muda y callada,
flor sin espinas que corone
sólo de perfume mis helechos.
Dame una flor
que me sienta ,
que tenga un cáliz tierno
en medio de su pecho
y no un hoyo profundo
por el cual resbale mi amor
a otro firmamento.
Dame una flor,
espíritu sagrado,
no temas,
no tengo ya
ni gota de sangre,
soy tal vez
otro espíritu sin nombre
que no quiere sembrar
zarzamoras en su huerto…
Dame una flor,
sólo una flor guárdame.
NO VAYA A SUCEDER
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
No vaya a suceder
que ahora tú
en eterno concierto
con tus propios pajarillos,
a todas horas entonándote
el gorjeo de su aceptación.
No vaya a suceder
que después
de haberte hallado,
ahora seas
más huérfano que ayer.
Porque antaño
teníasun barco temerario,
como todos aquellos
que sin mapa alguno,
exploran los mares borrascosos,
en desventaja con los títeres
cómodos del montón.
Y ahora
que ya no eres más un solitario,
no quisiera verte
lucir uniforme
de Almirante veterano,
llevando en los ojos
no ya la flor tierna
que se prodigaba,
sino más bien los lentes:
¿De un parametrado corazón?
TUS PALABRAS
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
El arco de terciopelo
que forra tu garganta
con arpegios divinos se ha formado.
Yo adoro tu voz
y tu acento tibio y manso,
como la paz de un lago
sereno y claro.
Tu palabra dulce y suave
es cojín de organza
donde reposan mis ansias.
¡Ansia!, ansia de oír
tu verbo que me engendra
alma, vida y esperanza
y corazón de amor ilusionado.
Ya…ya no destiles más
tu licor profundo y sabio
que lejos de ti enfermo y callo
porque se anidan en mí
alfileres tan ufanos…
¡Eres dulce!,¡ eres dulce!
y para guardar tus mieles:
¡Mi amor tan cercado
no me alcanza!
INCÓGNITA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Para no extender
mi soledad a tu ribera,
traspasaré el canon
nombrado del romance
y llegaré a tu invernadero
enfundada en corazón de párvulo.
Resurgiré
como cristal de una campana…
Purísima,
sin pies ni huellas,
incluso sin repicar
incesante de palabras.
Se habrá enjaulado para ti
mi fragor de catarata,
adherida al guante
caprichoso de tu incógnita.
LOS RIZOS DE MI NOCTURNO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Oscuros rizos,
ricito de una nostalgia,
cuando en oropeles
de champaña saturada,
la grieta profunda
de tu mirada
tal vez se empaña,
yo distante la imagino,
en ella me confundo
y por ella también resbalo.
¡Ay!
cabellera oscura
de apuntada cresta resbalada.
¡Ay!
tu cabellera mi nocturno,
que no la vea deshojarse
que no vea
tu melena desparramarse,
porque me duele tu frente:
¡Me duele!
no dejes que hoy la vea.
¡No! mi bohemio.
¡Porque me matas!
FLOR DE MAYO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
A mí,
sólo flor de mayo
que crece libremente
con el rebelde perfume
de una gran ternura.
A mí,
desparramada
y ausente de tu mesa
como flor silvestre.
A mí,
me has llamado cantora
y me has pedido
que acaricie mi arpa
dejándome sin embargo a ciegas
para sólo presentirte.
Y yo,
joven profundo y dulce
me acojo a un libro de antaño
y abriendo sus paredes,
leo en él mis versos
y hallo venia para entonarte.
Yo de ti,
que semejas para mis ojos
sólo el halcón pasajero,
siendo sin embargo
para la memoria eterno.
De ti, supe siempre
a despecho de los ayes,
que eran vaporosas tus alas
y tu tronco muy fuerte.
Y adivinaba
por la cadencia sensible de tu verbo ,
que dentro de ti
bullían resinas
anhelantes de prender
la antorcha de luz
para la oscuridad cernida .
y aquellos surcos
de tu voz que bamboleaba
y tiernamente se quebraba
sin llegar a caerse,
deseaba siempre comulgar
con la mirada de tus ojos, que buscaba
soñar desesperadamente
con lo verdadero.
Y pasaron los días
como aguas de un arroyo,
el tiempo me dio su mano
y pude mirarte en el reflejo .
te vi más alto ,
con lejanía de tolmo huraño,
pero más claro ,
con luz de plata…
como escarcha de una burbuja
que reverbera feliz en el estanque.
SÓLO LA DULZURA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Sólo la dulzura
de tu mirada me basta.
Debes saber lo más cierto:
Para mí fuiste siempre
blanca ternura
que en mi pecho
se anidaba.
Si hubieras sido destinado
para hoy incendiarte,
desde el principio,
no mis actos,
en mis versos lo más cierto,
hubiera sentido
el rubor de una pasionaria.
Eres tú la esquina
del mudo reflejo
de un cielo que descansa,
violeta y celeste,
a veces rosado
hacia mí reflejabas.
Como desear pues
que tu ser albo:
¿Se tiña con el color escarlata?
Camina pues
a perseverar en sólo
lo que tu mano alcanza.
Reposa en inocente calma,
pues a mí
me pareciera verte,
suspendido y monástico
mi serafín dormido,
como alumbrado del pincel
de un Miguel Ángel.
CELESTE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Cordero
con jaspes de titán desmayado,
cordero del alma mía
que pastas en ignoto prado,
dime:
¿Tu trébol guardaste?
¿Tu apetito saciaste?
¿O es un bostezo carnicero
el que hace dormitar tu casa?
Cordero ,
corazón que escapas
de la rutinaria empalizada,
que no nos diga la sombra
que vamos olvidando nuestra estancia.
En un icerberg
no quiero verte partir hibernando;
por eso,
el faro que en medio
del mar te reclama,
es el trocito más blanco,
guijarro pequeño,
luz de mi luz
toda mi alma;
es la mano abierta
que acaricia tu retiro,
el aura sutil para velarte.
Y soy la que susurra
al numen celeste
de un amor paradisíaco.
Soy yo
y no me llamo
pues quisiera morar para ti
en todas partes
y llevar un nombre blanco,
imperceptible por lo alto,
que sólo se adivina
por lo esperado,
así como el tuyo…
Soy sólo yo,
la voz de un sueño
por ti creado
y te veo dormir dulcemente,
dulcemente…
Mi Estuardo.
DECÁLOGO DE ESTUARDO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
1º
No tiñas con juicios mezquinos,
los lirios que blancos lucen
a la luz del día.
No descorras el telón que cubre
a cada corazón en su probidad.
Si lo haces,
hallarás la rosa más blanca
también con espinas.
2º
No rumies el por qué
de las buenas acciones de los demás,
quedando tú indiferente,
porque crees que en el fondo
está su propia egolatría.
3º
No ostentes ser Juez
si no te han elegido,
recuerda que antes de nada
y después de todo;
eres un hombre.
Y al juzgar
habrás de ser implacable,
carente de compasión en el pecho.
4º
Siembra,
siembra más bien,
así cristianamente
como la abnegación y el consuelo
sabe hacerlo.
Te harás un pájaro
y tu nido jamás será ajeno.
5º
Sé grato,
retorna siempre
al paraje tal vez apartado,
donde tu mejilla
con trinitarias ungieron.
Importa poco
si en el tiempo ya eres grande,
recuerda que nunca serás lo suficiente
ante quien compartió contigo
el mayor pan de día,
o el mejor rincón… de su alma.
6º
Jamás temas al sol,
de ser pobre ante él
y quedar deslucido,
porque ante ti mismo
puedes quedar a salvo,
pero ante el prójimo
quedarás muy pequeño,
no importa
si en aquel momento
estás pobre y tienes miedo .
7º
Álzate,
en toda tu estatura de hombre libre,
libre dentro de ti mismo.
Sé amo de la insensatez
que a veces nos domina .
8º
Abre,
desabrocha la alforja
profunda de tu río,
y da lo mejor de ti mismo:
Tu fe sincera en el otro.
Así al entregarte
hasta el enemigo temblará
sabiéndote invencible.
9º
Vive ,
vive y también sueña,
no mutiles esas alas
increíbles de ti mismo.
No hables por boca
de los libros escépticos .
Antes de nada
y después de todo
sé siempre genuino.
10º
Mírate joven,
tú eres albor de la mañana
y por ello…
¡La roca más fuerte
de la alta montaña!
.
“A ESTUARDO Y SUS AMIGOS”
PALABRAS DE LA AUTORA
Dios mío, dame tu fuerza para silenciar mi ego y ser tan humilde como Jesús. ¿Qué soy? Al igual que María, Francisco de Asís y tantos seres de luz, soy únicamente un instrumento de tu amor y de tu paz. Por eso quiero dejarme usar y ser un canal de tu bondad. Solamente eso, un canal.
"A la señorita América Estrella, mi agradecimieto". Nora Gamarra Ramirez
ENTREGA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Por haber nacido
aquí en mi tierra,
por haber morado
un rato con las fieras;
por creer en ti
como una niña,
que madura tu flor
como madura en la ostra
una perla;
tal vez un día
ame más otra tierra,
acaso volviéndome tigresa
devore los recuerdos
de tus ovejas,
acaso ya no importe
verte algún día crecido
como collar de perlas.
No.
Si hoy te entrego
un arcón de mi riqueza
es porque supe
que no sabía cuánto había de durar
mi estancia aquí en la tierra.
Y tuve tristeza
de sepultar celosamente
todo lo que no sólo,
a mi pertenecía.
HISTORIA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Tú, fuiste un planeta desorbitado.
Sólo un infante trozado
por la precoz garra
de tu propia rebelión.
Y sin embargo fuiste
aquel muñón que se alzaba
contra todo lo que significaba
una coaccionada resignación.
Tú, descubriste
la encubierta paz que te señalaban.
Por eso te incendiaste,
al ver que dentro moraban
birrias de cómodo proceder.
Y porque amputaste el hecho
de que tu ser lisiado
era sólo el producto
de una general confusión,
por ello siendo dueño
de sabias soluciones
ante ti nada sabías.
Por eso,
la llama de protesta
que tu ser engendraba
cuando la desterrabas
sólo te quemabas,
o también la enfilabas
hacia un lascivo furor.
Y tú estuviste ciego,
manco y también sordo…
Yo lo sé.
Porque le cerrabas la boca
a la verdad que te insinuaba
que eras sólo el exponente
de una social frustración.
Pero el mundo no sabía
porque vendabas tu herida
con antenas de dulzura,
porque mordías tu alarido
con tu lengua de primor.
Y te erigías en líder
y fuiste el galán del pueblo;
todas te rodeaban
todas se disputaban
¡tu rajado amor!
Te he visto, bohemio,
repartir tus huérfanas ternuras
cuando ¡tú carecías
de propio corazón!
BOHEMIO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Bohemio
que en la noche te oscureces,
nadie sabe que te abrillanta:
¡Ese tu sordo clamor!
Bohemio que luces
cintura deshojada,
nadie sabe que es tu mirada:
¡El cigoto de tu rebelión!
Y si los ojos
hoy te han cerrado,
nadie sabe que el día de mañana
tu propia garra
te hará:
¡Invalorable corazón!
Nadie sabe
que tropezando
llegarás a la cima.
Nadie sabe
que de bichos está poblada:
¡Tu aparente disipación!
Nadie sabe,
ni yo sé
el tamaño de la llama
que se esconde:
¡En ese tu oculto fulgor!
Habla.
Habla para que te halle,
habla para que rebase:
¡El río de mi admiración !
ALABANZA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Porque has andado en la sentina
resbalándote,
sólo con el cayado
de tu rebelión,
porque teniendo primicias
las arrojabas a todas
para hundirte en la búsqueda
de tu propio embrión .
Porque para ti
significaba el todo
esa inaudita nada
que era para los que veían
prodigarte no siendo rico
y orfandarte estando rodeado
y mas bien abrazarte
al topo y a la araña
y a todo lo invalorado
de la sabia creación…
Porque has desterrado la herencia
de cómoda aceptación
y porque mendigo has buscado
tu verdadero valor.
Por todo,
así para el tiempo
impropiamente ajado
y algo velado de sombras
en lo que debiera ser albor.
¡Ay!
por toda esa ciencia labrada
con tus denodadas experiencias,
por todo eso:
¡Oh! privilegiado
que naciste para ejemplo
de los exploradores que buscan
la sangrante virtud.
¡Yo te alabo!
¡Yo te alabo!
Porque habiendo nacido
en nuestra pródiga tierra
sabrás hacerte águila:
¡Antes que un oscuro ratón!
HIMNO A ESTUARDO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
En tu marcha denodada
hacia la quebrada y los tolmos,
en tu peregrinaje
azul de madrugada,
tendrás el sol eterno
que brilla en tus predios,
floreado de rosas esperanzas.
Y cuando el cayado que te alienta
se haya roto,
no precisarás de más
porque en tu alma
morará el solemne salmo.
Será basto el panorama
que alumbre de tu pecho,
a ti que aún vas alimentado
te bastará sentir bajo tus pies
el cúmulo de hambrientos
que se postran enla cañada.
Y cuando el pie
que te encamina esté cansado,
mires en derredor
y no halles bancos,
acuérdate del gras
y de toda la yerba que silvestre te espera
en la sierra que es tu patria.
Y cuando tengas frío,
te tiemble la mirada
y no halles rebozo femenil
que entibie tu alma,
acuérdate varón
de tu madre santa
que con su amor
pereciera llevarte
aun en su entraña.
Y cuando, solapado,
alguna vez
en la bohemia llores:
¡Oh! Arroja ese cristal lúbrico
que empaña tu mirada
y deja sin vergüenza
deslizarte esa lágrima,
porque lloran también
las cumbres más altas con sus ríos…
¡Y lo sabes !
y cuando tropieces y caigas
teniendo delante de ti
los bichos que se arrastran:
¡Oh! varón del Ande,
mira hacia arriba:
¡Mira hacia las águilas!
EN NUESTRA GENERACIÓN
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
En esta generación
de cordilleras tan vastas,
donde se retuercen
los climas plañideros,
dejando caer
serpentinas de ríos,
pero también aludes y huaycos.
En esta generación
tan orientada al caos,
donde se inmolan inocentes víctimas,
hacen falta
jinetes de la palabra,
hacen falta:
¡Colosos del alma!
En esta generación
donde todos ignoramos
que somos arlequines y polichinelas
que vamos actuando
sobre una cuerda floja
y todavía lisiamos más el peso
arrastrando los pesados collares
de una cara frivolidad comprada,
para sólo huir desesperados
de lo que nadie escapa.
En nuestra generación
que bulle en menopausia,
hace bien mirarnos las caras
y ver serenos nuestra faz pulida,
hecha de pétalos y de joven savia.
En esta generación alicaída,
haces falta tú:
¡Oh, joven de fecundos ideales!
Porque tienes la despensa llena
Y acaso no lo sabes.
Detén el torbellino
que hoy pareciera derribarte,
o pón la lianas de tu estirpe:
hombre, hijo del Perú eres
y llevas acero
de voluntad en las venas.
Erígete antes de la guerra
como pacificador de tu raza,
ya no oprimas el cuello desalentado
y ahora quejoso de tus ancestros;
antes bien,
limpia el sudor
de sus frentes con la tuya
y recibe sobre tus hombros de roca
todo el engranaje que ya les pesa
y verás cesar sus letanías.
Luego enfila la lanza del trabajo
y debuta,
debuta en la guerra de tu destino
como el labrador debuta cada día
al son de su azadón
cuando nace el sol en la campiña.
YO TE HAGO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Yo te hago irreconocible
para que no te vean
y sigas creciendo
con una roca en tu mirada
y ya no sientas el dardo
que hoy te clava
la felona estancia.
Yo te hago de púas,
de acero refulgente,
sordo como un tabique,
todo tuyo
para clavar tu triunfo
en el infinito clamor.
Yo te hago de espadas,
rodeado de cizañas
y viviendo con la araña.
Yo te hago así
terriblemente fuerte.
Yo te hago Atila,
para que los cascos
de tu caballo,
¡aplasten de este mundo
todo su lacerante furor!
Yo te hago de cardos y de espinas,
todo un león ante la vida:
¡Para clavarte el estigma del campeón!
LEÓN Y CORDERO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Tú, de tronco espigado
y el andar sereno,
alto como el álamo
y frondoso como el cedro.
Tú llevas en la copa
pajarillos muy tiernos.
Pero,
siendo sensible y suave
como el vellón de un cordero,
por vivir ahora
dentro de la maraña de fieras,
ora eres dulce,
ora despiadado
como el huracán cruel
que las flores asola.
Por eso,
yo te sé
y quiero verte
cual león invulnerable
con invencibles garras,
fuerte y bastado a ti mismo.
Entonces,
dejarás vivir
también a tu cordero
y te sabré
siempre generoso,
con un mar de espíritu
para los sedientos,
con mano poderosa que trabaje
los edificios sin cimiento.
Y en tu puesto blandirás
el verbo y la vara de Salomón
ante cualquier injusticia.
Tú,
harás todo eso,
porque eres
el hombre de la época
y asumirás tu herencia
que ya bulle
¡con fiebre de primavera en las venas!
TE ESPERAN
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Se espera silenciosamente
acallandas,
con la presencia de un vidrio
que nos separa
de lo que será en el mañana.
Se espera…
con fe y esperanza,
se espera de quien
supo un día decir
susprimeras palabras,
se espera de ese tierno niño
que es ahora un hombre.
Esperan.
Esperan con ansias
los que menos dicen que te aguardan.
Y te esperan más
aquellos que nunca
se quejan de ti
ni te reclaman.
Te esperan, pues, muchos
si eres muy amado,
aguardan de ti
que fuiste afortunado.
De ti que eres fuerte,
de ti que eres sano,
de ti que te ungiste
con tanto conocimiento.
De ti que como pocos
eres un privilegiado
y sabes bien lo que es
el polvo del tiempo,
el sacrificio del puño
y el afán
en una cátedra universitaria.
Esperan te ti
y tu más que nadie
esperas de ti mismo.
Sabes el sacrificio del estudio,
conoces el trajinar apurado
en la atestada metrópoli
y el deambular eterno
con tu insatisfacción de provinciano.
Ha llegado la hora
de eliminar
el tóxico de los carros.
Ha llegado la hora
de retornar a tu pueblo
con un brillante honor
no sólo en la mano,
sino también
con retumbante tamborilleo
en toda tu alma.
ASÍ NO QUISIERA VERTE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Como palomas del destierro
en abandonado vuelo,
cometa ciego que sin timón explora,
huracán enfurecido
en rebelde bramido…
Así no quisiera verte.
Como tronco y malla
de ladrillo indiferente,
cascos de potro en el andar, embrutecido
suspiro que dura un veleidoso beso,
golondrina negra que jamás retorna.
Así no quisiera verte.
Como vaso lleno sediento de tu boca,
pupila cerrada ansiosa de tu luz,
pan del alma que hambriento te provoca,
inconsciente y frívolo…..
Así no quisiera verte yo.
ASÍ QUIERO VERTE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Como ramazón del mar
que a la playa estremece
y en su sentido abrazo
le regala un caracol…
Así quiero verte.
Como aurora boreal
que acaricia infatigable
el piélago sublime, de la azul constelación
lleno de fe, que embellece hasta la muerte…
Así quiero verte.
Altivo en el torreón
que tus brazos protegen,
guerrero formidable
que vence en el dolor,
valiente y ceñido de laureles…
Así quiero verte.
Con broche de mesura
pausado en lontananza,
sereno y sosegado
del barco en el timón,
dulce y seguro de guiar al horizonte…
Así quiero verte yo.
Y cuando grande
Y untado de primicias,
el tisú de tus orlas se desplieguen,
quiero ver al humilde pastor
que hoy ronda en la pradera,
magnánimo y sabio:
Todo un hombre
en su mirífico esplendor.
NO SÉ QUE HACER
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
No sé,
no sé qué hacer pudiera ,
para que tú,
con esos dos soles en la testa
y el azadón infinito de tu mente,
trasluzcas la arena
que duerme
secretamente con las algas.
No sé que hacer
para que despierte,
el infatigable coloso
que hoy parece vendarte
con su mirada ciega durmiente.
No sé cómo
ni cuándo,
has de envolver
tu corazón de infante
en sarga gruesa que te abrigue,
con pilares de fe
y ya no tiemble.
No sé cuándo
el sentido de tu vida
tomará un rumbo aparte.
No sé cuándo
se enfilará tu planeta
en la elipse vigorosa
que desde siempre
señala tu alma.
No sé cuándo
te inclinarás hacia tu diestra,
para oír
lo que el corazón te reclama.
Y veas lo que mires,
sientas lo que toques
y des paso al aroma
de la flor de tu alma,
que a grandes voces
te pedirá no ya luz,
sinomas bien:
ESPACIO.
UN NUEVO SOL
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
No sé
si te has mirado en el espejo
de una cerrada meditación,
porque te están brotando
no lentes gruesos
para que mires mejor…
No,
pues lo que está alumbrando
es un gigantesco sol.
Por ello,
tú que fuiste un excéntrico pintor
que defraudado del paisaje del mundo,
abigarraste
todos los cuadros que hallabas,
con tu brocha despiadada
en busca de la perfección…
¡Oh! escéptico pintor,
ahora sabes
que no se puede destruir
la belleza de la creación.
Y yo te pregunto:
Si te pidiera que pintes la noche,
aunque la hicieras
sin luna y sin estrellas.
¿Acaso no lo harías,
para exponerla luego
como sólo una heredera
del espléndido sol ?
Por eso,
no sé,
si alguien más te ha mirado
en el espejo de la meditación,
pero yo sé que se van borrando:
¡Los tiznes de la decepción!
YO, ALEGRE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Alegre por tu aparte
y luego por tu enrollado vivir,
yo, alegre por tu calma de sereno
aparentemente encarcelado.
Alegre por tu lejanía
tejida de esperanza,
alegre sí,
porque estás hilando
la madeja del vigor.
Alegre por tu andar
ahora levantado,
como si buscaras en el horizonte
invisible cinta descartada
del frívolo y oscuro montón.
Alegre por tu jaula,
por tu canto apenas escuchado,
alegre porque vas criando:
ráfagas de panderetas
y de real rebelación.
YO SÉ
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Sé que aceptas tu reto
y tu llama
que de tan secreta
tú mismo no la cuentas.
Pero empiezas a dispersarte
rebelde como tu causa
y tu ademán
ya no es de marioneta:
tú ya no ríes
para que te vean reír,
tú ya no lloras,
para que una mano
entibie tu sufrir.
No, tú te has unido
y los varios seres de tu alma
ya no son almas gimientes,
hoy son la hordas que encierran
todo un común sentir.
Y eres la expresión de tu pueblo,
porque has trajinado con sus muecas,
porque que te has untado con su saliva,
porque tú ya hueles
a verdadera revolución.
Y BIEN
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Y bien,
yo prefiero sentirte como al Huántar
a primera visión inmutable y fiero,
pero al oír la catarata
febril y tan fresca de tu verbo,
se desmoronan mis dudas
y sé que no has cambiado.
Estás igual en tu esencia
en tu volcán sediento de fraterno,
de ese fraterno que tu ardiente deseo
transmutará en agua fresca
y tú serás río infinito.
La otra noche
recogiendo en mi cesto tu palabra
he visto la gran profundidad
de tu tierra arada,
inacabable pero clara
porque pude andar sobre ella
y no me he perdido.
He visto sí ,
cuánto maíz joven
va naciendo
como oro en tus entrañas.
Y tú dices que te inyecte
Tal vez un poco de alma.
¡Ah! sólo te digo:
“Mira bien quien de los dos,
va ascendiendo desde la primera grada,
que yo me quedaré recordando
los granos de tu despensa,
que acaso algún día
acuda a ti en busca de alimento.”
CREDO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Creo,
en el embrión que madura
al amparo de un sol
de ignorados rayos.
Creo,
en el torso circunspecto
que va afilando espuelas de cruzado.
Creo en la lanza
y en la coraza
a toda prueba
invencible y fiera.
Creo en los hilos de oro
que va tejiendo tu mañana.
Creo sobre todo
en el susurro azul
que amplía tu pecho
aún cuando tu boca
cerrada no cantara.
Creo en tus pilares
de dórica esperanza.
Creo en ti
cuando riendo,
creo en ti cuando rodando
tu piedra milenaria
se rajara.
Creo en ti cuando llorando.
En ti,
creo en ti…
Estuardo.
YA NO ERES UN SOLITARIO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Ya no eres un solitario,
tú que fuiste siempre
rodeado de tantos,
no estarás más en todos
sin estar en ti mismo.
Pero, no es de decir
que recién ahora
te has hallado.
No,
porque tú
siempre te conociste,
sabías que sólo eras
la guadaña escéptica
que recortaba
tu inmaculado albor.
Y ahora,
ya no eres un solitario.
No,
porque has leñado tu cizaña,
porque has podado la maleza
que te fuera arbitraria,
porque has izado
a tu esclava razón,
de aquel patrón social
que de tanto comercializarse,
te había dado la herencia,
de una total confusión.
TÚ QUE FUISTE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Tú, que fuiste
el predio abandonado,
tú, que fuiste el solar alquilado
al invierno de la frustración.
Tú, que fuiste
la estatua famosa
y muy dentro
de tu pecho de loza
se enfriaba
un huérfano gorrión.
Tú, que fuiste el soldado
que guerreaba ferozmente
contra su propio batallón.
Tú, oveja desterrada
sólo por tener
diferente color,
sólo por lucir el estigma
de los que buscan la revolución.
Tú, que fuiste un solitario,
hoy has hallado al fin:
¡Las riendas de tu timón !
PORQUE CREO EN TI
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Si alguien me dijera
tomando tu palabra:
“Moriré coronado
de ángeles menudos “…
Dudo que lo hicieras.
Dudo que un brillo refulgente
te haga dorar el abismo
y mansamente
en su brillo banal te sepultes.
Si alguien me dijera
que tu frente taciturna
renegará los senderos
de la mortal primavera
habría yo de poner
el pie en esos suelos
para ver la tierra
que no se desmorona.
Y así tú
lacio, vivo pero incongruente,
no serás un recuerdo
ni harás las balas
que asesinen
mi fe de amarte
por todo lo que tú no tienes.
Pero si el destino me dijera:
“El tiene ya la virtud
que enamora y vuela,
pues es halcón
que hacia arriba asciende”.
Muerto el temor repicará la guerra
Y te veré si es posible:
¡Escarbar los cielos!
YO TE QUIERO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Yo te quiero
como un rosado halo
alrededor de tu luna
distante y fría.
Yo te quiero
con cariño de infantes,
yo te quiero
con cariño de auroras
y veo tus pupilas
como dedos de mi diestra.
Yo te quiero
porque antaño ,
siendo yo un corazón ignorado,
algunas veces
el eco de tu voz
rompía mi soledad
y pude en el silencio
y a así tan sosegadamente
que ningún viento lo supo:
Rozarte con el abanico
de mi apacible ternura.
GUÁRDAME UNA FLOR
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Guárdame una flor
la más lozana,
aquella que desde tu jardín
perfume con su dulzor
la herrumbre de mi estancia.
Dame una flor
muda y callada,
flor sin espinas que corone
sólo de perfume mis helechos.
Dame una flor
que me sienta ,
que tenga un cáliz tierno
en medio de su pecho
y no un hoyo profundo
por el cual resbale mi amor
a otro firmamento.
Dame una flor,
espíritu sagrado,
no temas,
no tengo ya
ni gota de sangre,
soy tal vez
otro espíritu sin nombre
que no quiere sembrar
zarzamoras en su huerto…
Dame una flor,
sólo una flor guárdame.
NO VAYA A SUCEDER
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
No vaya a suceder
que ahora tú
en eterno concierto
con tus propios pajarillos,
a todas horas entonándote
el gorjeo de su aceptación.
No vaya a suceder
que después
de haberte hallado,
ahora seas
más huérfano que ayer.
Porque antaño
teníasun barco temerario,
como todos aquellos
que sin mapa alguno,
exploran los mares borrascosos,
en desventaja con los títeres
cómodos del montón.
Y ahora
que ya no eres más un solitario,
no quisiera verte
lucir uniforme
de Almirante veterano,
llevando en los ojos
no ya la flor tierna
que se prodigaba,
sino más bien los lentes:
¿De un parametrado corazón?
TUS PALABRAS
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
El arco de terciopelo
que forra tu garganta
con arpegios divinos se ha formado.
Yo adoro tu voz
y tu acento tibio y manso,
como la paz de un lago
sereno y claro.
Tu palabra dulce y suave
es cojín de organza
donde reposan mis ansias.
¡Ansia!, ansia de oír
tu verbo que me engendra
alma, vida y esperanza
y corazón de amor ilusionado.
Ya…ya no destiles más
tu licor profundo y sabio
que lejos de ti enfermo y callo
porque se anidan en mí
alfileres tan ufanos…
¡Eres dulce!,¡ eres dulce!
y para guardar tus mieles:
¡Mi amor tan cercado
no me alcanza!
INCÓGNITA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Para no extender
mi soledad a tu ribera,
traspasaré el canon
nombrado del romance
y llegaré a tu invernadero
enfundada en corazón de párvulo.
Resurgiré
como cristal de una campana…
Purísima,
sin pies ni huellas,
incluso sin repicar
incesante de palabras.
Se habrá enjaulado para ti
mi fragor de catarata,
adherida al guante
caprichoso de tu incógnita.
LOS RIZOS DE MI NOCTURNO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Oscuros rizos,
ricito de una nostalgia,
cuando en oropeles
de champaña saturada,
la grieta profunda
de tu mirada
tal vez se empaña,
yo distante la imagino,
en ella me confundo
y por ella también resbalo.
¡Ay!
cabellera oscura
de apuntada cresta resbalada.
¡Ay!
tu cabellera mi nocturno,
que no la vea deshojarse
que no vea
tu melena desparramarse,
porque me duele tu frente:
¡Me duele!
no dejes que hoy la vea.
¡No! mi bohemio.
¡Porque me matas!
FLOR DE MAYO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
A mí,
sólo flor de mayo
que crece libremente
con el rebelde perfume
de una gran ternura.
A mí,
desparramada
y ausente de tu mesa
como flor silvestre.
A mí,
me has llamado cantora
y me has pedido
que acaricie mi arpa
dejándome sin embargo a ciegas
para sólo presentirte.
Y yo,
joven profundo y dulce
me acojo a un libro de antaño
y abriendo sus paredes,
leo en él mis versos
y hallo venia para entonarte.
Yo de ti,
que semejas para mis ojos
sólo el halcón pasajero,
siendo sin embargo
para la memoria eterno.
De ti, supe siempre
a despecho de los ayes,
que eran vaporosas tus alas
y tu tronco muy fuerte.
Y adivinaba
por la cadencia sensible de tu verbo ,
que dentro de ti
bullían resinas
anhelantes de prender
la antorcha de luz
para la oscuridad cernida .
y aquellos surcos
de tu voz que bamboleaba
y tiernamente se quebraba
sin llegar a caerse,
deseaba siempre comulgar
con la mirada de tus ojos, que buscaba
soñar desesperadamente
con lo verdadero.
Y pasaron los días
como aguas de un arroyo,
el tiempo me dio su mano
y pude mirarte en el reflejo .
te vi más alto ,
con lejanía de tolmo huraño,
pero más claro ,
con luz de plata…
como escarcha de una burbuja
que reverbera feliz en el estanque.
SÓLO LA DULZURA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Sólo la dulzura
de tu mirada me basta.
Debes saber lo más cierto:
Para mí fuiste siempre
blanca ternura
que en mi pecho
se anidaba.
Si hubieras sido destinado
para hoy incendiarte,
desde el principio,
no mis actos,
en mis versos lo más cierto,
hubiera sentido
el rubor de una pasionaria.
Eres tú la esquina
del mudo reflejo
de un cielo que descansa,
violeta y celeste,
a veces rosado
hacia mí reflejabas.
Como desear pues
que tu ser albo:
¿Se tiña con el color escarlata?
Camina pues
a perseverar en sólo
lo que tu mano alcanza.
Reposa en inocente calma,
pues a mí
me pareciera verte,
suspendido y monástico
mi serafín dormido,
como alumbrado del pincel
de un Miguel Ángel.
CELESTE
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
Cordero
con jaspes de titán desmayado,
cordero del alma mía
que pastas en ignoto prado,
dime:
¿Tu trébol guardaste?
¿Tu apetito saciaste?
¿O es un bostezo carnicero
el que hace dormitar tu casa?
Cordero ,
corazón que escapas
de la rutinaria empalizada,
que no nos diga la sombra
que vamos olvidando nuestra estancia.
En un icerberg
no quiero verte partir hibernando;
por eso,
el faro que en medio
del mar te reclama,
es el trocito más blanco,
guijarro pequeño,
luz de mi luz
toda mi alma;
es la mano abierta
que acaricia tu retiro,
el aura sutil para velarte.
Y soy la que susurra
al numen celeste
de un amor paradisíaco.
Soy yo
y no me llamo
pues quisiera morar para ti
en todas partes
y llevar un nombre blanco,
imperceptible por lo alto,
que sólo se adivina
por lo esperado,
así como el tuyo…
Soy sólo yo,
la voz de un sueño
por ti creado
y te veo dormir dulcemente,
dulcemente…
Mi Estuardo.
DECÁLOGO DE ESTUARDO
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ
1º
No tiñas con juicios mezquinos,
los lirios que blancos lucen
a la luz del día.
No descorras el telón que cubre
a cada corazón en su probidad.
Si lo haces,
hallarás la rosa más blanca
también con espinas.
2º
No rumies el por qué
de las buenas acciones de los demás,
quedando tú indiferente,
porque crees que en el fondo
está su propia egolatría.
3º
No ostentes ser Juez
si no te han elegido,
recuerda que antes de nada
y después de todo;
eres un hombre.
Y al juzgar
habrás de ser implacable,
carente de compasión en el pecho.
4º
Siembra,
siembra más bien,
así cristianamente
como la abnegación y el consuelo
sabe hacerlo.
Te harás un pájaro
y tu nido jamás será ajeno.
5º
Sé grato,
retorna siempre
al paraje tal vez apartado,
donde tu mejilla
con trinitarias ungieron.
Importa poco
si en el tiempo ya eres grande,
recuerda que nunca serás lo suficiente
ante quien compartió contigo
el mayor pan de día,
o el mejor rincón… de su alma.
6º
Jamás temas al sol,
de ser pobre ante él
y quedar deslucido,
porque ante ti mismo
puedes quedar a salvo,
pero ante el prójimo
quedarás muy pequeño,
no importa
si en aquel momento
estás pobre y tienes miedo .
7º
Álzate,
en toda tu estatura de hombre libre,
libre dentro de ti mismo.
Sé amo de la insensatez
que a veces nos domina .
8º
Abre,
desabrocha la alforja
profunda de tu río,
y da lo mejor de ti mismo:
Tu fe sincera en el otro.
Así al entregarte
hasta el enemigo temblará
sabiéndote invencible.
9º
Vive ,
vive y también sueña,
no mutiles esas alas
increíbles de ti mismo.
No hables por boca
de los libros escépticos .
Antes de nada
y después de todo
sé siempre genuino.
10º
Mírate joven,
tú eres albor de la mañana
y por ello…
¡La roca más fuerte
de la alta montaña!
.