lunes, 28 de noviembre de 2011

TEMA DE ACTUALIDAD: DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA EN LA TIERRA DE VALLEJO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina


2011, AÑO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

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NOVIEMBRE

MES DE LA GESTA DE TÚPAC AMARU; LOS DERECHOS DEL NIÑO;


VIDA Y EJEMPLO DE J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA




CONFERENCIAS Y SIMPOSIOS SOBRE CULTURA ANDINA

AULA CAPULÍ:

Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República


Planta de capulí, florece a la entrada del Aula Capulí


TEMA
DE ACTUALIDAD

EL AGUA PARA LA VIDA




PLAN LECTOR
PLIEGOS DE LECTURA

EL AGUA EN LA TIERRA DE VALLEJO


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Por Danilo Sánchez Lihón

1. En defensa de las lagunas de Callacuyán

Capulí, Vallejo y su Tierra en mayo del presente año llevó a cabo su 12º peregrinación, que realiza anualmente a Santiago de Chuco, ocasión en que el agua fue el asunto central de reflexión, y acerca de la cual se hicieron alusiones en cada una de las conferencias, como en los conciertos de música andina que se desarrollaron en el escenario levantado en plena plaza de armas.

El agua para la vida es el tema para de este año, como para los años venideros, para lo cual organizamos eventos previos y posteriores a la Telúrica de Mayo que contaron en esta oportunidad con la participación de diversos expositores y panelistas, entre ellos la presencia fortalecedora del Ing. Antonio Morillo García, quien trabaja sobre proyectos de agua para la Comunidad Económica Europea, y quien vino expresamente desde París para participar en este encuentro.

El siguiente es un texto mío que circuló en dicha oportunidad, mayo del 2011, y cobra actualidad por la acción organizada de los pueblos y comunidades de Cajamarca. Lo difundo a fin de que en Santiago de Chuco adoptemos decisiones en defensa de las lagunas de Callacuyán enajenadas por una empresa minera, tal y como lo expongo a continuación.


2. Hielo que arde

El agua sana, da vida y salva. Es dócil, es buena, es entrañable y servicial al hombre.

Sin embargo las aguas que calman la sed de mi pueblo acaban de ser vendidas, rematadas al martillo, han sido enajenadas y puestas tras las rejas.

Han sido encarceladas tras alambres de púas, para servir a las minas, quitándolas y arrebatándolas de su función de calmar la sed de la gente y hacer que fecunde la tierra con sus frutos, racimos y espigas.

Y siendo así esta es una hora aciaga, en que yo debo denunciar. Y denuncio. Y hago de esta una condena a un hecho criminal y macabro.

Hay una mano perversa en todo esto. Y lo perpetra a todas luces alguien que fue elegido para defender el bien público.

¿Quién es? El gobierno.


3. La condena del Dante

Quizá por eso Dante Alighieri confinó en el círculo más atroz y vergonzoso del infierno, enterrándolos en hielo que arde, mucho peor que el fuego, a todo tipo de traidores, desde Caín.

Pero mucho más, hizo una alquería especial, más espantosa que todas las imaginables, para los que traicionan a la Patria.

Y es verdad, porque quienes traicionan al pueblo son los peores felones.

Y lo son porque primero rogaron nuestra confianza, nos aseguraron todo tipo de recompensas, en este caso si votamos por ellos.

Y aún así te dieron las espaldas, tramaron nuestra muerte vendiendo hasta nuestro aliento, como en este caso han vendido el agua.


4. El noveno círculo

Para esos pérfidos Dante vislumbró un lago, para hundirlos eternamente y condenarlos, porque son los peores perversos, porque reclamaron primero nuestra confianza, votamos por ellos y luego maquinaron contra nosotros para dejarnos incluso sin agua.

Ese lago helado del noveno círculo del infierno es el Cocito, hecho precisamente de la preferencia de nuestros gobernantes actuales: el “agua de minas”.

Dante los hundió en lo que tanto les entusiasma: en los relaves; que aquí los están creando por todas partes.

A los traidores a la patria los hunde en el círculo más feroz y abominable.

Y si lo puso allí el Dante es porque la actitud de ser traidores no es nuestra, sino que nos ha venido de Europa, porque así no es el comportamiento del mundo andino.


5. Ahora son propiedad privada

Aquella agua que servía para nuestro pueblo ya no podremos verla ni beberla ni tocarla por esta traición. Se la ha enrejado y levantado un cerco de alambres de púas en torno a ella.

En el caso de Santiago de Chuco alrededor del complejo de lagunas que tenemos en la parte alta del pueblo denominado este sitio con el nombre rijoso y frígido pero a la vez traslúcido de Callacuyán. Aducen que ahora es propiedad de las minas. Y la muestran presa tras las alambradas.

Por esas aguas, antes veneradas, sagradas e intangibles alguien ha recibido una bolsa muy repleta de dinero. Por esos espejos traslúcidos, con esta política de liberalismo alguien tiene las arcas llenas de plata.

Así: los cauces de los ríos, los espejos de las lagunas, el brote de los manantiales, ahora son propiedad privada de las compañías mineras.


6. El agua que es soplo vital

Y esto es macabro, tanto que parece una maldición. Pero que lo hayan hecho autoridades y estando conscientes es lo increíble.

Y de parte de quien no tiene ningún derecho para hacerlo, porque no le pertenece. Y como gobierno debieran más bien salvaguardarlas.

El agua ha sido vendida a las empresas que registran los peores antecedentes de contaminación. ¡El agua que es vida, es luz, es autenticidad!

¡El agua que es poesía, soplo vital, presencia mágica, hálito sagrado! Ha sido ahora envilecida por el vil metal. Ha sido convertida en bolsa de dinero.

El agua, a quien la besábamos cada día, a quien la adoramos en un vaso de cristal, o en el borde esclarecido de una botella que llevamos a la jornada diaria.

Se la ha vendido para hacerla relaves de las minas. Aquella que en recipientes de barro o de calabaza la alzaron nuestras manos fervorosas, ha sido escarnecida.


7. Con alambres de púas

Yace circundada, encadenada, cercada por una valla de alambres de púas.

Las lagunas de los picachos nevados de Callacuyán que son tiernas, inocentes y candorosas, han sido infamemente apresadas, corrompidas, vendidas para las minas.

El agua, cuya presencia reverenciaban nuestros antepasados, cuyas acequias se limpiaban bajo el compás de tinyas y pincullos en el trabajo comunal.

Por ella salíamos a bailar como ella baila en las cascadas. Esa doncella, esa niña, esa madre ha sido objeto de negocio y compraventa.

Y alguien ha recibido dinero a cambio de ella. ¿Para enriquecer a quién? ¿Para ir a qué bolsillos?

Hemos sido informados en el Aula Capulí, Vallejo y su Tierra, que las lagunas alto andinas ahora están cercadas con alambres de púas.


8. Martilleros y viles subastadores

En el caso de mi pueblo, han sido vendidas por este gobierno para explotar las minas ahora a cargo de una compañía extranjera.

Las pacarinas que proveen de agua a nuestros caseríos, con las cuales conecta la acequia legendaria denominada Vicente Jiménez y de cuyo cauce he bebido agua durante toda mi niñez, y que era de inviolable propiedad comunal, han sido vilipendiadas por cheques y monedas subrepticias.

Pero, ¿quién remata de ese modo? ¿Quién negocia con el Perú?

Y la respuesta es: el poder ejecutivo, el Congreso de la República, el partido político de turno.

Venden los funcionarios del estado que han pasado a ser rematistas, martilleros y viles subastadores.

Quienes creen que el Perú, por el hecho de haber salido elegidos, es su presa, su botín y su mesada.


9. Evidencias contundentes

Se reúnen en alguna cueva y allí transan. Y extienden las bolsas, como los ladrones de los cuentos y de las fábulas. Y como tienen el poder en sus manos emiten entonces resoluciones, dictámenes y contratos amañados.

Todo esto hay que suponerlo, porque nada es claro. Nada se conoce, todo es oscuro. Hay una cortina de humo entre los hechos y las miradas. Pero las evidencias son contundentes:

a. Las lagunas altas que dan agua a mi pueblo, Santiago de Chuco, están cercadas por alambradas en donde se ostenta el rótulo de ser ahora propiedad privada.

b. Todo se acalla con amenazas, con desapariciones, con:

– “Vas a ver lo que le pasa a tu familia”.

– “Cuida nomás a tus hijos cuando van o salen del colegio”.

– “No creas que los accidentes son casuales”.

Siendo así este es un Estado delictivo, una mafia y un cartel del delito.


10. Se pierden en el horizonte

En el Aula Capulí un ex magistrado ha expuesto y trazado el siguiente suceso y panorama:

Viajó en misión oficial a establecer varias judicaturas por el Departamento de La Libertad. Entonces le dijo al chofer:

– Ya que estamos por aquí, quiero conocer donde queda la Laguna del Toro, que tanto he oído hablar de ella en mi infancia.

Es día está nublado, con llovizna en plena jalca. Los campesinos le orientan, le indican la ubicación y lo ponen en la ruta exacta a seguir. Y allá va, con el chofer y los dos guardaespaldas que lo acompañan.

Llegan a un campamento desde el cual se extiende a ambos lados un cerco alto de alambres de púas, que se pierden en el horizonte, detrás de los cerros.

Hay allí una maquinaria impresionante, volquetes cuyas llantas son más altas que un hombre puesto de pie.


11. Es tierra de la comunidad

Y nos refiere de un espectáculo dantesco: cerros cortados, altozanos hechos pedazos, trochas abiertas hacia uno y otro lado.

Camiones y unidades motorizadas que llevan y traen no sé qué, ni hacia qué sitios. Y todo parece una movilización impresionante para una guerra.

– Quiero conocer la Laguna del Toro. –Le dice a uno de los guachimanes, que cuida la entrada–. ¿Me han dicho que queda por este sitio, es cierto?

– ¿Quién es usted?

– Le estoy preguntando, primero, si queda por aquí la Laguna del Toro, para yo después decirle quién soy.

– ¡Sí, queda! Pero no puede pasar.

– ¿Cómo que no puedo pasar? ¡Esta es tierra de la comunidad!

– ¡Y quién es usted!


12. ¡Retírese o lo detenemos!

– Yo soy hijo de Santiago de Chuco.

– Entonces no puede pasar.

– ¿Y qué debo ser, entonces? ¿Gringo? ¡Pero si esta es propiedad comunal!

– Ahora es propiedad privada; todos estos terrenos han sido comprados, con todos sus aires y sus aguas Ahora son propiedad de la compañía minera.

– ¡Pero si la Laguna del Toro es propiedad del pueblo! ¡Siempre ha sido del pueblo! Y son las lagunas que proveen de agua a la ciudad de Santiago de Chuco.

– ¿Cómo van a apagar su sed mis paisanos? ¿Qué agua van a beber ahora niños, jóvenes, hombres y mujeres de mi pueblo?

– ¡Retírese o lo detenemos!


13. Y luego lo desaparecen

Ante esta insolencia los guardaespaldas de este ciudadano, que en ese momento ejercía un alto cargo de magistrado de la República, sacaron sus armas. Y uno de ellos le dijo al guachimán:

– ¡Más respeto! Estás hablando con una de las máximas autoridades del Perú.

– ¿Quién es?

– Comuníquele a quien sea, que vamos a pasar. –Dijo el otro guardaespaldas.

Apuntaron sus armas. Y pasaron. Y solo así pudo conocer este ciudadano el hermoso complejo de lagunas que antes eran libres y ahora son esclavas.

Pero si eso le sucede al titular de uno de los poderes del Estado, ¿qué le ocurrirá a un ciudadano común y corriente que ose acercarse? Seguramente lo ofenden, lo agreden, lo apalean y luego lo desaparecen.


14. Sin importarles la vida

La Laguna del Toro y el rosario de lagunas que lo secundan es un bello y encantador paraje.

Una maravilla natural, ahora enajenada, y que desde siglos ha sido propiedad de las comunidades y del pueblo, ahora tratada como mercancía y vendida a oscuras.

El agua límpida, el agua clara, el agua cristalina ha sido capturada para volverla agua contaminada en los relaves, sucia e infame.

Si se ha vendido el agua de la cual se provee un pueblo y que es alimento de la gente, ¿entonces qué ya no se podrá vender?

¿Qué otras cosas no se habrán vendido a espaldas de sus legítimos dueños y herederos?

¡Y sin importarles la vida de las personas que han de ser afectadas!


15. Y juntar gota a gota

Por eso:

¡Ciudadanos! ¡Pobladores!

¡Estar alertas! ¡Cuidemos nuestro patrimonio!

Echemos de menos todo lo que puede perderse y nos falta.

Estamos ante una banda de ladrones, de forajidos, de arranchadores de pacotilla. Y que es la gente que nos gobierna.

Es gente que no tienen ningún tipo de escrúpulos.

Sin embargo mi pueblo, Santiago de Chuco, ahora muere de sed.

No tenemos agua. Solo una hora al día llega por los caños gorgoteantes.

Y se ve a las personas echar de mano a cualquier recipiente. Y juntar gota a gota lo que ahora no solo parece sino que ya es diamante y esmeralda.

Llenan sus baldes, sus tinajas, sus jarras, sus lavatorios. Y todo lo que sea.


16. Mi pueblo muere de sed

Porque a partir de las 9 de la mañana ya no gotea una sola lágrima, siquiera doliente, de aquella sustancia ¡humilde como nosotros!, durante todo el día.

Digo: ¿Se puede ahogar de sed a un pueblo para darle el agua a una compañía minera?

¿Qué iniquidad hay entre las autoridades? Ningún alcalde ha dedicado esfuerzos especiales y efectivos en solucionar este problema.

Todos son disimulos, evasiones, apañamientos. Y apariencias de que se está haciendo algo. Solo rebrillan estos resultados que hablan por sí solos:

1. Las lagunas están cercadas por alambradas, como en los campos de concentración o de prisioneros.

2. Se informa que ya son de propiedad privada.

3. Santiago de Chuco, tierra de Vallejo, muere de sed, inanición y desaliento.


17. Gente sepultada en esos relaves

Quizá por eso sea que el último círculo del Infierno del Dante no lo traza ni concibe pululando allí el fuego restallante.

No está tampoco el capataz infernal achicharrándose en candelas devoradoras, sino que en ese noveno círculo están condenados los traidores de todo tipo. Y habitando un lago contaminado de “aguas de minas”.

Chapoteando en los relaves de lo que ahora aquí, en nuestro querido país, se destila, se acumula y se esparce por todas partes: ¡relaves!

El último círculo del infierno es precisamente de ese detritus que riegan y siembran aquí las minas con ayuda de las autoridades. Por eso, ¿no será esto un anuncio de lo que está por venir? Ver mucha gente sepultada en esos relaves.

¿La vinculación del agua que es vida y es bendita, con todo lo que es demoníaco, la envilece y corrompe, qué da como resultado?


18. “Agua de minas”

Porque es infierno que el agua ahora sea para las minas antes que para calmar la sed del hombre. ¿O, no?

¡Es infierno que estén cercadas las fuentes con alambradas de púas!

¡Es infierno estar contaminando el medio ambiente, envenenando ríos, sembrando muerte, hambre y desnutrición por aquí, allá y en todos los contornos!

Las minas están matando la vida natural de los pueblos, comarcas y campiñas.

Por eso, Dante caracterizó el último círculo del infierno no como llamas vivas, sino como un pozo de agua helada, que recoge el “agua de minas”.

Es el agua contaminada, dañada, putrefacta, hecha mala y perversa, lugar que como hemos dicho denominó Cocito.


19. El agua es Dios

Lugar terrible cuyo aire se congela con el eco de las quejas de las almas que se duelen sin tener Patria.

Ellos están enterrados en el hielo para significar que fueron duros, fríos e insensibles de corazón.

Sin ninguna piedad para con sus hermanos.

Tal y como ocurre ahora, que se vende el agua del pueblo que antes aplacaba su sed de esas fuentes.

Que no se explica sino por la frialdad de sus corazones y sus mentes que quieren aprovechar los últimos minutos que les quedan de gobierno para llenar sus bolsas repletas de dinero.

Sin embargo, el agua en su estado natural es la representación de Dios. Quizá del Dios mujer.


20. Luchar por el agua es luchar por la vida

Porque Dios es mujer en el agua. Mayor razón para defenderla. Es Dios mujer, o en forma de agua o hecha agua.

Por eso debemos aún más amarla y respetarla. Porque es la Pacha Mama amorosa. Por eso, habremos de desagraviarla.

Restituyendo nuestra primigenia cultura del agua. Y en una actitud coherente seamos seres morales, generosos y agradecidos.

Por todo ello, defendamos el agua de nuestras lagunas, ríos y nevados.

Y hagamos del agua y para siempre un motivo más de nuestras luchas, gestas y esperanzas.

Porque luchar por el agua es luchar por la vida.


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