
PIGMENTO DE AMOR
Norka Bríos Ramos
Traviesamente quise retenerte, 
por eso mordí tu pícaro corazoncito, 
así muy pero muy sutilmente despacito 
para así poder quedarme con un pedacito. 
Sentir y huum saborear su rico saborcito 
del beso de moza el chocolatito. 
Sería mi consuelo aunque así  de poquito, 
te quedarías con la miel entre tus labios 
como las  dulces uvas de Ica en verano, 
como el almíbar en los suspiros limeños, 
como el turrón de doña Pepa en octubre. 
Como la bella primavera en septiembre, 
estaré pensando en ti siempre, 
aunque no me veas seguido sentiré 
tu inmenso y eterno amor verdadero. 
En la lontananza estarás presente, 
y serás el timón de mi pequeña piragua, 
quien guíe siempre mi  horizonte. 
Serás el sépalo que sostenga mis brazos  
con los tuyos, y así nuestras manos y dedos  
entrelazados se cuenten sueños de amor, 
ilusiones  de esos tiempos que fueron.
Hoy, para no ceder al olvido dibujo en el cielo 
corazones con flores pigmentadas de amor. 
Lleno de besos, besitos, mil besitos. 
pido al viento te lleve ese corazón  de besos. 
Desde el silencio calladamente doy un suspiro, 
por mi ventana entra un rayo de luz en espera 
de ti,  y  yo aquí, sigo mirando la vida... 
DIME TÚ
Norka Bríos Ramos
Dijiste que siempre me soñabas,
mi dilecto ancashino.
Yo... anoche soñé contigo,
mas no fue una quimera,
te soñé entre las cordilleras:
Blanca y Negra, 
más la laguna de Conococha
donde nace el río Santa 
llevándose en su recorrido 
mis ilusiones.
Caminando hacia Monterrey,
se nos cruzó un colibrí de pico
plateado  y vivos colores,
se posó sobre la flor de un capulí
para chupar el néctar de su corazón.
Tú cogiste el fruto del capulí
para ofrecerme con  amor.
Así picaste mi flor, para
llevarte mi corazón...?
Y con canciones nos enamoramos
entre tu mirada y la mía,
sin apariencias nos dimos una caricia
para el corazón.
Entre ríos, lagos y  nevados,
cual vientos de pureza perfumados
por retamas, puyas y eucaliptos, 
que soplan en el cielo ancashino,
quedaste  atrapado porque picaste
mi flor y no tenias alas para volar; y
así me entregaste tu corazón.
Lo que las estrellas, el Huascarán,
 el Huandoy y el Pastoruri 
callaron en el ayer,
hoy, mi corazón lo sabe.
Dime tú... mi majo  ancashino,
si aún sueñas conmigo...?

