viernes, 9 de septiembre de 2011

ANÉCDOTAS DE PALINCA: "TRES AL HILO" - RECOPILADO POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)

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HOLA SHAY:

El 3 de setiembre, después de la segunda corrida de toros en Jircán, los motores de la fiesta de Santa Rosa bajan su potencia al mínimo. Ya en horas de la tarde del 4, con la elección de los nuevos funcionarios, pasa a "hibernación" hasta el próximo año.
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La tradición oral, como medio de comunicación, toma fuerza en las tertulias vespertinas durante la fiesta patronal, al abrigo de "don chinguirito", trago chiquiano que hace hablar hasta por los codos a beatos y tartamudos, en un concierto de ingenio, colorido, sana picardía, sabiduría popular y las nada santas shaplacadas (fanfarronadas), hasta pichirse de risa.
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Así los conocimientos y experiencias ancestrales, salpicados de vocablos típicos de la zona, se trasmiten de boca en boca, de zaguán en zaguán, de barrio en barrio, de generación en generación, de padres a hijos y de abuelos a nietos, bisnietos y tataranietos, conservándose en el tiempo como invalorables fuentes de información, alimento cotidiano que nutre el espíritu telúrico de nuestro pueblo, esencia de su vasta historia.

De esta polifónica cadena de trasmisión humana, los siglos han decantado relatos, canciones, versos, dichos, fábulas, chismes, chistes, mitos y leyendas, muchas veces de manera anónima, que hoy forman parte del acervo escrito de Chiquián, como estos tres cuentos "no tan chinos", de la expresión colectiva, que fluyen al pie.
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Con afecto,
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Nalo Alvarado Balarezo

TRES AL HILO

1

CON RAYA AL CENTRO

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Cuentan que en la fiesta brava de 1952, un chiuchi se pasó caminando toda la corrida debajo de las palincas, contemplando con los ojos desorbitados los encantos, casi ocultos, de las musas de shuplac.
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A la mañana siguiente se encuentra en la calle de los mercachifles con una de sus víctimas, una oropuquina de mirada profunda, y éste se pone a tararear:

- Hay amarillo, amarillito por qué te estarás amarilleando -la chica lo queda mirando y sigue su camino.

En la segunda corrida continúa su faena de observador. Después de dos días se encuentra con la misma chica en una panadería y se pone a cantar risueño:

- Tarapaqueño soy, camisa verde bien de adentro soy, todos me odian, todos me quieren porque soy campeón.
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Cavilando y cavilando la linda oropuquina ata cabos: 'en la primera corrida estuve con truza amarilla y en la segunda con verde.... ahhh ya sé', y colige que el chiuchi la ha ampayado en las dos corridas.
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En lo que queda del año planifica su venganza, y en la primera corrida del año siguiente sube a la palinca con una truza tricolor: verde, negra y colorada.
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Al día siguiente (segunda corrida), ambos coinciden ingresando a la plaza de toros y él se pone a cantar un huayno de viejo cuño:

- Quien te dio la cinta verde que te de la colorada, quien no te dio en la negra noche que te dé en la madrugada.
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La bella oropuquina, viendo que su sesudo plan falló, atravesó el ruedo hablando entre dientes, y como hincha osada del equipo guairuro, se quitó la truza al inicio de la corrida y serena esperó el desenlace, parada en la palinca.

Al finalizar la corrida, cuando los carros abandonaban Jircán, buscó al "zapallo" con la mirada y lo encontró contemplándola a cierta distancia. Se le acercó contorneando el indomable batán y le brindó una sonrisa con sorna. El chiuchi, en respuesta, le cantó esta canción con sabor a orzuelo:

- Despeinada jaja jaja, despeinada jaja jaja....


2

CUANDO LA NECESIDAD TIENE CARA DE HEREJE

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Después de la segunda corrida del año 1949, tres chiuchis maltones del barrio de Tranca se quedan en 'FA', y como es lógico, piensan satisfacer sus enanos instintos con una manoletilla bajo la sombra de un aliso.
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Para su buena suerte, cuando están por inmediaciones del Coso, ven a un borrachito dormido junto a unos manojos de putpush y deciden culminar la faena comunal con una chicuelilla al paso...

De tanto chinguirito ingerido durante la corrida, el borrachito ni siquiera se percató de su inocencia perdida de espaldas a la vida.
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Concluida la quiñada múltiple, los chiuchis maltones se fueron a sus casas, dejando en el ratash bolsillo del beodo un par de pencos por los servicios recibidos.
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El choborra al despertarse vio con sorpresa el dinero y, pensando que había sido favorecido con un milagro de Santa Rosa, se va sonriente al mercado de abastos del pueblo.
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De pie, en uno de los puestos de comida, pide:
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- Sírvame un buen caldo de mondongo, pero sin rocoto por favor, pues el locro del almuerzo ha estado tan picante que me est
á ardiendo el *


3


SHAPRITA EN LA RETINA

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'Shapra, fue un alquimista de la discreción, que hallaba su alborada en cada noche estrellada. Nuestro recordado amigo, comprometiendo las fibras más íntimas de su sentimiento, nos llevaba de la mano a un viaje mas allá de los límites de la amistad efímera, y nos sumergía en un mundo hasta ahora poco conocido por el corazón humano, donde reina el verdadero amor por los demás: EL ESPÍRITU TELÚRICO. Comentan los viejos arrieros, que en 1941 Shapra gritó en plena procesión de Viernes Santo: "cambio cien izcariotes por un amigo". Desde la otra vereda, el Indio Peruano le contestó: "ni mil serían suficientes, Shaprita"...
Nalo AB - OCT 84'.

A fines de la década del cincuenta funcionaban dos colegios secundarios en el 'Coronel Bolognesi' de Chiquián. Uno diurno para adolescentes y otro nocturno para rucus.

Cierta tarde de toros se encontraron dos viejas glorias en la palinca de las pallas. Uno de ellos estudiaba en la Nocturna. El otro era Shaprita.

D I A L O G O:

- Haber Shapra, dime ¿quién es Fedor Mijáilovich Dostievski?

- Pues, no sé quién será.

- ¡Qué tonto eres!, deberías ir a la Nocturna.

En la segunda corrida se encuentran caminando asustados cerca del Coso y le hace otra pregunta:

- ¿Y sabes quién es Alex Hrdlicka?

- Pues... no sé...

- ¡Qué tonto eres!, deberías matricularte en la Nocturna.

Pasa una semana y le hace una nueva pregunta :

- ¿Sabes quién es Friedrich Engels?

- Pues... no sé...

- ¡Qué opa eres!, deberías ir a la Nocturna.

Entonces Shapra, harto de tantas preguntas, le dice:

- Y tú, ¿sabes quién es Manuel Ñato Allauca?

- Pues, la verdad no sé Shaprita.

- ¡Qué tonto eres!, es el tipo que se acuesta con tu costilla, cuando vas a la Nocturna.

Al escuchar esto, el astado empezó a sudar frío y sin decir ni MUUU, caminó con la cabeza gacha arando el piso hasta Tranca. Ya cuando se aprestaba a lanzarse al abismo de Shapash, Shaprita le grita:

- !Cuidadooooo¡, tu gila te ha puesto cuernos, no alas...

Fuente:

Tertulias chiquianas de agosto fiestero, recopilado por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)