LA EMOCIÓN DE LA CAPITANA Y UN BALANCE FAVORABLE
Por Juan José Alva Valverde (Pepe)
La noche del 2 de septiembre, minutos antes de las 19 horas, después de la primera corrida de toros, me encontraba en compañía de mi esposa en la plaza de armas de "Chiquián Querido", junto a la reja de la Iglesia. Asistiríamos a la misa de familiares difuntos de ella; las notas musicales de la Huaylishada interpretada por la banda de músicos, se escuchaba algo melancólica, delante de ellos bailaban, el Abanderado, algunos acompañantes y al medio de ellos la Capitana Srta. Carmen Rosa Ríos Ortiz, y el Capitán 2011, Sr. Carlos Minaya; todos ellos entrelazados de los brazos; al pasar frente a la Iglesia, al compás de la huaylishada, hicieron la venia en repetidas veces, en señal de veneración y agradecimiento a santa Rosa de Lima; y creo en señal de haber cumplido con el compromiso de llevar adelante la festividad contra varios obstáculos; observé emocionado el gesto de llanto de Carmen Rosa, y comprendí la fe, la devoción y la emoción de los chiquianos, que tratan de cumplir y cumplen con el compromiso ante nuestra venerada protectora; la aplaudimos con fuerza, trasmitiéndole el aplauso creo sin temor a equivocarme, de todos los que vivimos instantes de identificación tradicional, instantes de emoción y algarabía, y de satisfacción, concientes que nuestras costumbres, nuestra tradición, perdurará por siempre; mientras existan chiquianos, hijos de chiquianos, o personas de buenos sentimientos que respeten y quieran a Chiquián. Agosto significará Santa Rosa de Lima, reencuentro de amigos y compañeros de estudios; significará conocer nuevas personas; y para los que estamos a mitad de nuestra existencia, será recorrer y recoger nuestros pasos, quizá los mas bellos, aquellos andados al lado de nuestros padres, hermanos, los amigos mas sinceros, a la par de la inocencia, en la niñez; y por que no, al lado del primer amor, aquel que no se olvida.
No tengo la paciencia de esperar ser atendido en la casa de los funcionarios, por ello generalmente bailo en la plaza de armas, cuando la quema de castillos, y los 30 y 31 luego de las procesiones. Me consta de la esmerada atención en la casa de la Capitana; luego de la entrada, el 1 de Septiembre en la noche, acudí a ella al llamado vía celular del estimado Pacho, y de mi hermano Vladimiro Reyes; querían compartir conmigo el agasajo con cerveza, de parte de la Capitana; observé que todos los grupos bailaban alrededor de cajas de cerveza, y el comentario general en torno al almuerzo era más que favorable.
Vladimiro, como buen Periodista, me preguntó sobre tres puntos resaltantes de la fiesta; le respondí que había muchos más:
- Las Bandas de músicos, de Llipa y de Huasta, excelentes; soy exigente con la disciplina y la responsabilidad; y ambas cumplieron; bien uniformados, buenos músicos con futuro; no se emborrachan, ni están esparcidos tomando, esperando que sus directores los busquen, como se ve acá en Lima en los festivales; el repertorio de ambos, variado y actualizado.
- El local donde la Capitana realizó su fiesta, casa del amigo Patuco; creo hasta ahora el más grande; anteriormente, atendían por la puerta que está frente a la casa del Sr. Rayo; en esta ocasión han atendido en los dos patios, y por las puertas frente a la casa del Sr. Rayo, y frente a la casa de la tía Ashuquita Lara.
- La hermosura de Santa Rosa, en esta oportunidad ha resaltado más; el anda nueva obsequiada por el Sr. Flores, más grande, y de mejor tallado; el vestuario ha brillado mejor aún en las procesiones del 30 por primera vez, y como siempre el 31. La noche del 29, víspera y procesión, ante una lluvia insólita, el párroco con buen criterio preguntó a los que asistimos a misa, si queríamos que saliera Santa Rosa, y ante un unísono no, la imagen no salió en procesión, preservando su integridad.
- El segundo día, 31 de agosto, la belleza chiquiana se vistió de gala y de sastre; Carmen Rosa Ríos Ortiz, no opacó su hermosura, al lado de sus acompañantes, cada una tan bella como la otra; nos pareció bien apreciar un detalle innovador, homenajeando así el género de nuestra santa venerada. Seguro que la Sra. Maca, mamá de Carmen Rosa, recordó con aquel detalle, cuando en la escuela la niña Carmen Rosa, fue elegida Dama, junto a Charito Ramírez Díaz y a otras niñas, celebrando la primavera.
- La Entrada se inició a las 4:17 de la tarde, ante la expectativa de los que nos dimos cita desde antes de las 3 de la tarde, en la plazuela Bolognesi, en Quiullán; pudimos observar entre otros a la conductora del espacio televisivo Costumbres, Mariela Sonaly Tuesta y su equipo, al amigo Hualín Aldave, quienes con sus cámaras fotográficas y otros, captaban los pormenores del acontecimiento. Lo que resalto de esta tarde es que detrás de los caballos de la Capitana y sus acompañantes, había una seguridad organizada compuesta por mas de 8 personas, que cuidaron en todo momento que algunos, inclusive personas mayores, no tiraran manzanas verdes, limones, que al impactar causan daño; incautaron una mochila llena de manzanas verdes y docenas de otros proyectiles que no fueran caramelos; es la primera vez que veo esto; me gusta participar en la Entrada, por lo que me ubico detrás de los caballos y delante de la banda de músicos.
CHIQUIÁN
Por Juan José Alva Valverde (Pepe)
Estoy corriendo a estrecharme en tus brazos pueblo añorado,
sentir tu regazo cálido, amoroso, como cuando niño,
sentir tu calor primaveral, tus vientos de eucaliptos aromados,
y llenar mis pupilas de tus bellas campiñas, y de tu cielo dibujado.
Chiquián, cuando el tiempo pasa, más te extraño,
será tal vez que por la edad nos va ganado el sentimiento,
o será la añoranza de recordar lo mas bello vivido,
siempre estás conmigo en mis mejores pensamientos.
Ansío caminar tus empedradas calles de barrio arriba,
beber sorbos de agua pura y cristalina del Oro Puquio,
sentir el olor a cedrón al pasar por la casa de Erick Morán,
y oír en el viento la guitarra de don Pedro loarte y de mi amigo Oshva Pardo.
Llegar al Tulpajapana fiel y mudo celestino,
testigo y sabedor de mis apasionadas vivencias,
campiña de eucaliptos altos y frondosos,
que se alegraban al mirar mis iniciales romances.
Mojarme en las tibias aguas del escondido Usgor,
Edén silvestre, rinconcito adecuado que invita al romance, y
contemplar desde allí la acuarela de Aynin y todo su valle,
Obraje, aquel que tuvo su esplendor en tiempos idos.
Rezarle al Señor de Cayac, bendito y milagroso,
sentir paz en el corazón al estar en su capilla;
rogarle por los hijos, por los padres y por el amor,
por uno mismo por la buena salud, y el trabajo.
Antes que todo, hincarme ante mi Santa
Rosita de Lima, virgencita milagrosa,
mirarle a los ojos y entregarle mi alma,
suplicarle su bendición, su guía y su protección.