29 DE JUNIO: SAN PEDRO Y SAN PABLO - PLAN LECTOR: EL PADRE FERNANDO ROJAS MOREY, PESCADOR DE ALMAS - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina


JUNIO:

MES DE LOS NIÑOS, DEL MEDIO AMBIENTE, Y DE LA IDENTIDAD ANDINA


CAMPAÑA MUNDIAL:

¡CIUDADANO QUE AMAS
A VALLEJO Y LA POESÍA!
DEFIENDE A SANTIAGO DE CHUCO
DEL INTENTO DEL ALCALDE QUIEN
INSISTE EN CAMBIAR SU PLANO URBANO
DESTRUYENDO ADEMÁS LA CÁRCEL
Y LA CASA DE LUIS FELIPE
DE LA PUENTE UCEDA


SÁBADO 2 DE JULIO, 2011

SIMPOSIO: DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA


AULA CAPULÍ:

Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República
Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia
Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860

planlector@hotmail.com

CALENDARIO DE EFEMÉRIDES

29 DE JUNIO:

SAN PEDRO Y SAN PABLO

PLAN LECTOR PLIEGOS DE LECTURA


EL PADRE FERNANDO ROJAS MOREY, PESCADOR DE ALMAS

Por Danilo Sánchez Lihón

1. Continuar esos pasos

Que nuestra especie haya realizado el prodigio de dar concreción a un ser como Jesús, es un suceso asombroso.

Que alguien como él haya sido capaz de darnos una versión de un mundo postrero a éste, que es el Reino de Dios, es sorprendente.

Que lo haya hecho con tanta entrega, luminosidad y compromiso, es estremecedor.

Que haya existido sobre el planeta un hombre de su intensidad, hondura y pasión, resulta ya ser un milagro.

Si Cristo no encarnara un hecho que se explica desde el plano de lo divino, sagrado y providencial, ya sería por sí mismo un hecho portentoso.

Visto descarnadamente desde lo humano es, inclusive, mucho más admirable su proeza.


2. Hondura y pasión

Que desde la condición humana se pudiera elevar tanto el espíritu al punto de remontarse más allá de las estrellas con Jesús, causa maravilla.

Que desde nuestra condición terrena pudiéramos aspirar al infinito, y horadar la eternidad, causa estupor.

Que desde nuestro ser mundanos se abra tan dulcemente el ámbito de lo divino, causa estremecimiento y fascinación.

Que Jesús haya deambulado por esta tierra, y que el ambiente de este mundo lo haya rozado, es sobrenatural.

Que se haya internado por las regiones de nuestra alma con tal hondura y pasión, enternece.


3. A seguir esa senda

Que se haya quedado para siempre en los rincones más oscuros del alma de la gente, es conmovedor.

Que un ser tan sublime haya estado entre nosotros produce pasmo y turbación.

Si solo se tratara de una travesía humana tal y como ocurrió la hazaña de Jesús ya sería una quimera por increíble, total y magnificente.

Y lloraríamos de emoción de solo ver que alguien se atreviera a intentarla.

Lograda y producida, ¿qué nos embarga? El estupor ¿Y si no fuera cierto? Cabría anhelarlo que ocurra, hasta dar la vida y morir por ese motivo.

A seguir esa senda, a adivinarlo por la vida y por la muerte, se ha lanzado sin desmayo el Padre Fernando Rojas Morey.


4. Documento vivo de esa fe

A seguir esa huella en el suelo y en el cielo, a continuar esos pasos en la superficie de los días y en el alma secreta, se consagra el apostolado y el magisterio de este hombre ejemplar.

A seguir esas pisadas se consagra con tal pureza y valor, que sentimos estar ante lo santo y deífico.

Porque él ama a Cristo de manera absoluta, raigal y misteriosa. Siempre, a la vez que palpable y secreta.

Cuando él celebra la misa la unción, el rigor y solemnidad con que la vive es tan grande, arrobada y sincera, que uno siente que se comunica efectivamente con una presencia divina. Y que esa relación también es de lucha, ardua y sufrida.

Y el fragor es tan auténtico que se cree en él como testimonio, y prueba de que Dios sí existe, porque él es un documento vivo de esa fe.


5. Poner el corazón

Siempre vi y sentí en el Padre Fernando Rojas Morey el pulso de quien bracea y nada para cruzar una fuerte y tormentosa corriente.

Por eso, me sentí fortalecido con su temple épico, con su lanza y su escudo. Por ser lo más fiel, lo más legítimo, lo más diamantino en su fe.

Bizarro, por ejemplo, para defender al humilde, al despreciado, al indefenso.

Y jugarse por él no con una migaja, no con un perdón, no con una caridad. Lo defiende con su vida.

Yo sé –y hasta creo que lo ha hecho ya– que un hombre en peligro de morir va a él, y pone su corazón delante de ese hermano, o de ese hijo.

Y entrega su vida defendiéndolo, aunque sea un réprobo o un indigno.

Eso incluso pienso que ya lo ha hecho. Estoy seguro de ello. Y lo sé.


6. La promesa

Eso lo sé de manera plena, total y evidente. Y yo también me acogeré y recurriré a él si la ocasión se me presenta.

Y buscaré su apoyo porque a su lado siento que seré indestructible.

A través de Cristo, él va al hombre sufrido, golpeado y ofendido.

Al parecer, cuando el Padre Fernando Rojas hizo sus votos de fe, su promesa fue para estar siempre al lado del hermano agraviado.

Lo entendió y lo cumple así, luchando siempre al lado de los pobres y con profunda humildad, cuando dice:

La voz del hermano escarnecido
que reclama la promesa que te di.


7. Piedra sobre piedra

Ahora bien, rebelarse ante la injusticia, el abandono y la miseria no es posible sin la pureza de alma.

De allí que quienes más se rebelen sean los niños, los ángeles y los santos.

Cristo también se rebeló.

Refiere San Lucas, el evangelista, cómo, ante el balcón de los fariseos, cara a cara frente a ellos, sin subterfugios ni eufemismos, Jesús les dice:

¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas! ¡Sepulcros blanqueados! ¡Avaros y ladrones! ¡Serpientes, raza de víboras!

Y los acusa de ser descendientes de los que mataron a los profetas.

Es Jesús, ese ser que anuncia la destrucción del templo, diciendo:

Aquí no va a quedar piedra sobre piedra. Todo será destruido.


8. Ruégote padre

Y luego llora por Jerusalén diciendo:

¡Ay Jerusalén, Jerusalén! ¡No volverás a verme!

Este hombre, ¿era un pasivo? ¿Era un conformista? ¿Era un conciliador? ¿Era un convenido?

No. Era un ser apasionado, intrépido y hasta furibundo. Es un ser rebelde e indomable frente a las injusticias.

Porque, ¿se puede ser cristiano viendo a la gente morir de hambre, sin reaccionar?

¿Se puede ser hombre de Dios y ver tranquilos e indolentes que un hombre se mata por no conseguir empleo?

Ruégote padre, que sean una misma cosa conmigo, como tú y yo somos una misma cosa.


9. Estrenar el alba

Eso le pide Jesús a Dios en su anhelo de consustanciarse con el Hombre y con su drama.

Pero no solamente piedad es lo que siente Jesús sino indignación santa. Y no se lo calla.

Lo mismo hace el autor del libro «Caminos y esperanza», Fernando Rojas Morey, diciéndonos que si sólo nos ocupáramos del reino postrero lo perderemos todo.

Lo expresa con estos versos:

Y si vuelo hacia el futuro
fuera del suelo, los pies,
sin redimir el presente,
pierdo el tiempo y la gracia...

Y hay una metáfora que quisiera no dejar pasar. Anuncia espléndidamente: «La Nueva Humanidad estrena el alba». Que es lo mismo a decir: tenemos que vencer aquí, «en este suelo», y si es así saldremos victoriosos contigo al final del tiempo.


10. Un Cristo de iras santas

Fue a través de don Fernando Rojas que yo escuché por primera vez en Santiago de Chuco –donde la iglesia era sombría, impenetrable y ritual– una nueva versión acerca de Cristo.

Esta no era la del doliente, ni del pasivo; ni del sufriente ni del contemporizador; ni del resignado ni del conformista, error en el cual se incurría, en presentarnos a niños y jóvenes que aman el arrojo, y que era la imagen y la estampa que nos daba la iglesia tradicional.

Surgía así un Cristo enérgico, de iras y cóleras santas, que arrojó a los mercaderes del templo; flamígero y guerrero, que decía: «Yo no vine a traer la paz sino la espada».

Y es precisamente, por fidelidad a Cristo como también por candor e inocencia, que se tiene que ser indomable defendiendo al pobre, indignándonos por la injusticia de que es víctima, por el desprecio de unos y la miseria, el desencanto y el dolor de los otros.


11. Llanto de las montañas

¡Cumpliendo el ideal de construir, a través de la palabra esperanzada, una sociedad mejor! Tenemos que luchar pero no sólo por el pan o el bien aquí en la tierra, sino por una redención más allá de esta vida. Porque ambos reinos: el mundo y lo eterno tienen que conciliar.

Debemos ser buenos aquí, en el mundo, para merecer la gloria de la morada eterna, proyectando cada acto cotidiano, cada hecho de la realidad fugaz y limitado a una dimensión mayor.

Hay en el libro del Padre Rojas un poema que tiene un simbolismo interior profundo, vinculado a la historia social del Perú y es el titulado: «El llanto de las cumbres».

Por distintos referentes, explícitos e implícitos en el poema, ese llanto es un aluvión, el desprendimiento de tierra, lodo y agua de las cumbres: una tempestad en los andes.


12. El parto doloroso

El aluvión, según el poema es un llanto de las montañas:

Por la raza, por el pueblo
centenario empobrecido...»
«Desbordado, ya sin cauce,
arrasó los puentes y poblados,
los sembríos y caminos nuevos.

Ese llanto de las cumbres:

¿Es castigo, destrucción...
de lo que está mal hecho?»
«¿Será el parto doloroso
de los hombres nuevos?

La reflexión de este poema es que la situación ominosa de la población en el Perú, produce catástrofes devoradoras de pueblos y que, quizás, ojalá, sea el parto de una nueva etapa, renovada y mejor.

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IMÁGENES DEL HOMENAJE Y DISTINCIÓN

AL FERNANDO ROJAS MOREY, "GUÍA, LUZ Y CAMINO"

EN LA IGLESIA DE LA MERCED - LIMA

POR CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA

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