viernes, 13 de mayo de 2011

MI HOMENAJE AL MAESTRO FELIPE PINGLO ALVA, EN EL 75 ANIVERSARIO DE SU SENSIBLE FALLECIMIENTO - POR DARIO MEJÍA

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Felipe Pinglo y su hijo - Foto: Dario Mejía - Edición: Nalo Alvarado Balarezo


Amigos,

Hoy se recuerda que hace 75 años, el 13 de mayo de 1936, falleció el Maestro Felipe Pinglo, por lo que quise compartir algunos de los escritos que a través de los años escribí sobre él. Desde el primero de mayo hasta el día de hoy, 13 de mayo, he compartido 13 escritos, uno cada día, que es mi humilde y sencillo homenaje al barrioaltino que, a pesar de haber pasado muchos años de su muerte, influyó mucho en mí, incentivándome a sentirme orgulloso de mi barrio de nacimiento, los Barrios Altos, y a tratar de hacer que se conozca su historia, tradiciones y los que lo engrandecieron a través de sus composiciones.

Pinglo continúa presente con nosotros a través de sus composiciones y estoy seguro que, en estos momentos, una sonrisa debe haber en su rostro, allá en el cielo, al comprobar que su esfuerzo y lucha por sacar adelante la música peruana no fue en vano. Más tarde, lo seguiré recordando con música en sendas reuniones con amigos criollos. Saludos.

Dario Mejia



CUANDO LAS GUITARRAS CALLARON

Por Dario Mejía

El mejor año de Felipe Pinglo, musicalmente hablando, fue 1935. Dicho año es conocido como "El año de oro de Pinglo" y es que, durante el transcurso del mismo, el Maestro nos entregó varias de sus grandes composiciones, como los valses "Aldeana", "Bohemia de luto" (conocido también como "A la memoria de Carlos Saco"), "De vuelta al barrio" (el canto de amor a los Barrios Altos), "El espejo de mi vida, "El inclusero", "La que fue", "Pecadora", "Por tu querer" y "Sueños de opio"; el one step "La canción del porvenir" y la polca "Los tres ases".

Al empezar el año 1936, la salud de Felipe Pinglo se hallaba delicada, sin embargo, logra componer el vals "Senectud", como fue señalado por Juan Rasilla Moreno, el cual fue estrenado por Samuel Joya en una función a beneficio del Club Atlético Lusitania; club por el cual Pinglo llegó a jugar fútbol. Su mal se acrecentó con dolores que no permitían dormir al bardo criollo. A pesar de ello, Pinglo no dejaba de componer y fue así que, enfermo como estaba, compone el vals "Una mujer" y el 13 de abril, sobreponiéndose a su mal, compone el vals "Abuelito", contaría Juan Rasilla Moreno en el diario La Crónica del 31 de mayo de 1945 .

El 15 de abril, ante la gravedad de su estado, Pinglo es internado en el Hospital Dos de Mayo, Sala Odriozola, cama No. 27. Allí fue visitado por su familia, amistades y también por el periodista Juan Francisco Castillo del semanario "Cascabel", quien lo entrevistó en su lecho de enfermo.

Estando Pinglo internado en el hospital, el 24 de abril de 1936, Samuel Joya estrena en público la polca "Los Tres Ases" que Felipe Pinglo había compuesto a fines del año anterior, lo señala Aurelio Collantes. Dicho estreno tuvo lugar en el Teatro Continental de la Plazuela Ramón Espinoza en los Barrios Altos de Lima. Un día después, el sábado 25 de abril, en la página 8 del semanario "Cascabel" se publica la entrevista que le hizo Juan Francisco Castillo a Felipe Pinglo.

Presintiendo que ya nada se podía hacer para aliviarlo del mal que padecía, el lunes 27 de abril Felipe Pinglo abandonó el Hospital Dos de Mayo por propia voluntad retornando a su hogar en la calle Penitencia. Sus amigos lo acompañaron durante esos días en que se extinguía la vida del bardo criollo, habiendo siempre alguien a su lado.

Un compositor de la talla de Pinglo sigue creando canciones mientras tenga algún respiro de vida. Es por ello que a pesar de estar muy enfermo, cuenta Ricardo Miranda Tarrillo, el 6 de mayo Felipe Pinglo escribe los versos del vals "Hermelinda", el cual se lo dedicó a su esposa Hermelinda Rivera. Pero las fuerzas ya no le daban para ponerle música al vals aquel por lo que le encargó a su esposa de que si moría, que sea Paco Vilela o Pedro Espinel quien le ponga música a su vals. Hermelinda Rivera guardaría para ella la letra aquella como el más grande tesoro de su vida.

Mientras Pinglo se debatía entre la vida y la muerte en su casa de los Barrios Altos, el periodista Heraldo Falconí Sevilla escribe sobre Pinglo y entrevista a Samuel Joya para la edición del sábado 9 de mayo del semanario "Cascabel". Falconí hace notar que el autor inagotable de canciones criollas, que lo consagró todo en aras de la música popular, estaba siendo ignorado de los Institutos y Academias Musicales.

Juan Rasilla Moreno, amigo de Pinglo, en La Crónica del 31 de mayo de 1945, refiriéndose a la muerte de Pinglo, señala lo siguiente: "El 13 de mayo, al amanecer, Felipe llamó a sus hijitos y se despidió tiernamente de ellos, emocionando a todos los que los escucharon. Nos cuentan que jamás se ha oído nada más sublime y cariñoso."

Cuando los relojes marcaban las cinco y media de la mañana de aquel 13 de mayo de 1936, la vida de Felipe Pinglo se apagó. El bardo criollo falleció en su casa de los Barrios Altos, sito en la calle Penitencia (Jr. Paruro 232). Se fue a la hora en que terminan las jaranas.

Sus amigos y los criollos de todos los rincones de Lima acudieron a su sepelio sumando más de mil las personas que acompañaron el cortejo fúnebre. Como señal de duelo, y por lo que Pinglo representaba para la música popular, sus amigos acordaron que las guitarras de los criollos se callen por varios días, respetándose este silencio musical en homenaje al gran compositor criollo.

Tres días después de la partida de Pinglo, Heraldo Falconí Sevilla da cuenta en el semanario "Cascabel" del fallecimiento de Pinglo acaecido el día 13 de mayo, relatando y mostrando una foto del sepelio: "Generoso con su dinero lo fue también con su espíritu. Arrojó a manos llenas su salud y sus canciones. Por eso a su entierro acudieron todos. Los que sirviéronle de tema a su inspiración inagotable. Los que escucharon su música tan nuestra. Los que embriagáronse en alguna hora de dicha y de amor en las tantas jaranas de la Lima viril y criolla. (...) Felipe era popular en los barrios. No hubo fiesta de alharacas y retorcimientos donde sus piezas dejarán de animar los pechos ávidos de emoción. (...) Sin oficialismos ni etiquetas que no dan lugar al sentimiento, los músicos que lo acompañaron en vida le llevaron a la fosa. Ha tenido, después de todo, suerte Felipe. La de que le portasen los mismos que estuvieron en su vida. Aunque, quizás, no podamos decir lo mismo de nosotros que hemos perdido a nuestro mejor compositor criollo."

El 17 de mayo, cuatro días después de la muerte de Pinglo, se funda el Centro Musical Felipe Pinglo en la calle Mercedarias de los Barrios Altos, Lima. Sus amigos con los cuales solía hacer música se reunieron en la casa de Obdulio Menacho y allí se decide rendir homenaje a Pinglo con la creación del Centro Musical que tuvo a Pedro Espinel como su primer presidente.

Pasado los días de silencio musical, las guitarras empezaron a llorar y el 21 de mayo Pedro Espinel estrenó el vals "Murió el Maestro" en homenaje a Felipe Pinglo. Dicha composición fue la primera creación criolla que hizo Pedro Espinel, según dijo a "La Prensa" el 21 de junio de 1938. Pero Espinel no sería el único que nacería como compositor criollo a raíz del fallecimiento del Maestro Pinglo. Samuel Joya, uno de los mejores cantantes de esa época, nació también como compositor con la muerte de Pinglo. Como gran amigo de Felipe, Joya sintió mucho la partida de Pinglo por lo que el recuerdo del amigo y Maestro lo llena de inspiración y compone su primer vals, "Ave de paso", dedicado a Pinglo. Más canciones aparecerían recordando al bardo criollo, las cuales fueron publicadas en "El Cancionero de Lima".

En el año de 1940, la poetisa Amparo Baluarte le dedicó unos versos hermosos a Pinglo que con música de Nicolás Wetzell se convirtió en el vals "Siemprevivas". Dicho vals fue estrenado por Jesús Vásquez en Radio Nacional. La poetisa Serafina Quinteras (letra) y Eduardo Márquez Talledo (música) rinden también su homenaje a Pinglo con el vals "Mi primera elegía", el cual apareció publicado en "El Cancionero de Lima" No. 1328, de octubre de 1940.

Felipe Pinglo influyó de una manera positiva en los músicos de su época, y de las siguientes, pero influyó, sobre todo, en el vals criollo poniéndole la etiqueta de vals peruano que lo diferencia ante el mundo. Por ello se habla del vals antes y después de Felipe Pinglo, porque él lo engrandeció e hizo que los peruanos se sientan orgullosos de su música y su gente.

Mucho se ha dicho sobre que Pinglo fue reconocido como gran compositor, y el mejor de música criolla, recién después de su muerte. El pueblo ya lo consideraba como su mejor compositor cuando el bardo criollo estaba aún vivo. El semanario "Cascabel", cuando Pinglo estaba vivo, dijo que él era el mejor compositor criollo de su época; según se menciona en la entrevista que le hizo a Pinglo y fue publicada el 25 de abril de 1936. Tres días después de su muerte lo volvió a decir.

Cuando Pinglo partió de este mundo se fue sabiendo que todo por lo que él luchó y se sacrificó estaba dando sus frutos. Se fue sintiendo el aprecio, cariño y reconocimiento del pueblo hacia su obra. Tiempo después, los Institutos y Academias Musicales reconocerían también la obra grandiosa del bardo inmortal.

En la actualidad, Felipe Pinglo sigue siendo el mejor compositor de música criolla que haya tenido el Perú, y contrastando con el homenaje que le hicieron los criollos cuando partió, de hacer callar las guitarras, en muchos lugares del Perú y el mundo, donde late un corazón criollo, las guitarras no dejan de entonar sus canciones recordando a nuestro bardo criollo inmortal.

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PINGLO Y LOS BARRIOS ALTOS


Por Dario Mejía

Felipe Pinglo, el bardo inmortal, estaba viviendo los momentos más dramáticos de su vida durante los primeros días del mes de mayo de 1936. Se encontraba postrado en la cama de su casa de la calle Penitencia en los Barrios Altos de Lima y, enfermo como se hallaba, logró escribir su última composición que estaba dedicada a su esposa Hermelinda Rivera, el vals "Hermelinda" que lo compuso el 6 de mayo de 1936.

Durante esos últimos días, Pinglo logró recuperar la guitarra con la cual compuso las notas musicales de su primer vals, "Amelia", y muchas de sus grandes creaciones, la cual había desaparecido durante una noche de jarana sin que sepa más de ella por varios años. Quien una vez se llevó la guitarra de Pinglo, la dejó en un rincón de la casa que paraba llena de sus amistades que estaban acompañándolo en sus últimos días de vida. Con ella, otra vez en sus manos, Pinglo pudo terminar los versos de su último vals.

Muchas cosas deben haber pasado por la mente de Pinglo en aquellos últimos días. Su mente debe haber viajado por los rincones de su barrio querido, Barrios Altos. Barrio que lo vio nacer y donde vivió toda su vida, con excepción de una corta temporada en que se fue a vivir a La Victoria, pero al regresar al barrio de sus amores compone uno de los mejores cantos de amor al barrio, su vals "De vuelta al barrio".

En cierta forma, la vida de nuestro bardo inmortal está ligada a la historia de las calles de Barrios Altos, porque todos sus biógrafos, cuando mencionan las calles por donde transcurrió la vida de Pinglo, señalan la denominación antigua que tenía la ciudad de Lima y no la actual, que para la gran mayoría es desconocida tanto en nombre como en historia: Carmen Alto, Carmen Bajo, Colegio Real, Buena Muerte, El Prado, Los Naranjos, Maravillas, Mercedarias, Penitencia, Rufas, San Ildefonso, Trinitarias, etc.

Felipe Pinglo nació el 18 de julio de 1899 en la calle del Prado No. 500. Dicha calle es lo que actualmente comprende a la cuadra 13 y parte de la 14 del Jr. Junín, Barrios Altos. En la actual cuadra 14 del Jr. Junín nació Felipe Pinglo (Jr. Junín 1456), frente al Convento Nuestra Señora del Prado. Sin embargo, cuando en 1861 se decide cambiar la antigua denominación de las calles de Lima y adoptar la nomenclatura que tenemos hasta nuestros días, dicha calle no se llamaba como El Prado sino que se llamaba "Mascarón del Prado".

Debido a que existían ya otras calles que llevaban ese nombre de Mascarón (calle del Mascarón se llamaban dos calles, la que es la actual quinta cuadra del Jr. Cusco y también la que es la actual séptima cuadra del Jr. Maynas), que podía confundir a la gente, la empezaron a llamar, solamente, como calle del Prado.

La calle del Prado (Mascarón del Prado) debe su nombre al Convento Nuestra Señora del Prado que queda en dicha calle y que fue fundado como Monasterio del Prado por el Arzobispo Villagómez el 1 de setiembre de 1640.

Contigua a dicha calle esta la calle de Cinco Esquinas, que viene a ser lo que actualmente es la parte final de la cuadra 14 del Jr. Junín (la cuadra 14 del Jr. Junín comprende parte de la calle del Prado y a la calle de Cinco Esquinas). Cinco Esquinas debe su nombre a que desde la época de la colonia son cinco las calles que se interceptan al final de lo que actualmente es la cuadra 14 del Jr. Junín: calle de Los Naranjos, calle Barbones, calle Ancha (actual cuadra 15 del Jr. Antonio Miró Quesada), calle Sequión (llamada también calle del Acequión, era una calle extensa que comprende a las actuales seis cuadras de la Calle Huari) y calle de Cinco Esquinas.

Felipe Pinglo realizó sus primeros estudios, el jardín, en una escuelita en la calle Barbones. Dicha calle es lo que en la actualidad viene a ser la cuadra 15 del Jr. Junín y está llena de historia ya que daba a la Portada de Barbones de la antigua Muralla de Lima. Tanto la Portada de Barbones como la de Maravillas vieron desfilar a las tropas del ejército en su ida y venida del centro y sur del país, especialmente durante las batallas por la independencia y la Guerra del Pacífico.

La calle Barbones debe su nombre a que allí, a finales del siglo XVII, se levantó el Convento de Betlemitas que pertenecía a la congregación de betlemitas que llegó, de Guatemala, al Perú en 1671 y que al ser elevados a Orden Religiosa por el Papa Inocencio XI, por bula del 26 de marzo de 1687, deciden construir su convento en Lima. Pero dicho convento fue conocido por el pueblo, desde su inicio, como "Convento de Barbones" ya que a los padres de dicha orden religiosa se les conocía como "Padres Barbones". Según las reglas de la orden de los betlemitas, les estaba prohibido afeitarse.

La primaria, Pinglo, la estudió en la Escuela Fiscal de Los Naranjos en la calle de Los Naranjos. Dicha calle era larga y está localizada entre el actual Jr. Huánuco y el cruce de Cinco Esquinas, comprendiendo a las actuales cuadras 12, 13 y 14 del Jr. Antonio Miró Quesada. Debe su nombre a la Capilla de Los Naranjos que se fundó en esa zona en 1750.

Para ir a su escuela, Pinglo, desde El Prado, debe haber subido hasta el cruce de Cinco Esquinas y de allí doblado a Los Naranjos. También cabe la posibilidad de que, unos años más tarde, haya bajado hasta la calle Manuel Morales, que conecta con Los Naranjos. Dicha calle, Manuel Morales, no existía en 1861, cuando se adoptó la actual nomenclatura que tienen las calles de Lima. Debe haberse abierto a inicios del siglo XX y por ello su nombre no tenía nada que ver con la tradición con la cual el pueblo limeño solía bautizar a sus calles. El gobierno local le puso ese nombre en homenaje al Doctor Manuel Morales, quien fue Ministro de Relaciones Exteriores en dos ocasiones, 1859 y 1878.

La calle Manuel Morales, actualmente llamada Matías Maestro, es una calle que conecta el Jr. Junín con el Jr. Antonio Miró Quesada y está, subiendo de la Iglesia del Carmen, al final de la cuadra 11 del Jr. Junín, a su mano derecha. Allí quedaba el antiguo Teatro Lima que pasó a ser cine y después un templo evangelista. Pinglo debe haber visitado muchas veces el Teatro Lima de donde se sabe que se organizó allí, el 8 de mayo de 1926, un festival a beneficio del músico Nicolás Wetzell contándose con la participación de Felipe Pinglo, el dúo Montes y Manrique, los hermanos Vilela, Carlos Saco, Guillermo D'Acosta, Juan Araujo y otras figuras más del criollismo de la época aquella.

En el número 114 de la calle Manuel Morales vivió y murió Alejandro Ayarza "Karamanduca". También vivió allí, sus últimos años, Abelardo Gamarra "El Tunante", quien vivió en el No. 106; según consta en el aviso de su defunción aparecido en El Comercio del jueves 10 de Julio de 1924.

Menciono que Abelardo Gamarra vivió sus últimos años en la calle Manuel Morales porque allí falleció, el 9 de julio de 1924, y también debido a que encontré en el semanario Integridad, que dirigía Abelardo Gamara, un aviso en su edición del 22 de mayo de 1909 que decía: "Abelardo Gamarra se ha trasladado del Barranco a Lima, calle de Mapiri número 123". La calle de Mapiri era el nombre anterior que tenía el actual Jr. Miguel Aljovin y su primera cuadra es el costado del Palacio de Justicia. El nombre antiguo de dicha primera cuadra, antes de 1861, era calle San Juan Nepomuceno y muy cerca de allí estaba la Muralla de Lima con su Portada de Guadalupe. No existía en ese entonces (1861) el actual Palacio de Justicia. Pero, como ironía de la vida, y quizás de la tradición, San Juan Nepomuceno es conocido como "El Mártir del secreto de confesión" y, años más tarde, en esa calle se construiría el Palacio de Justicia donde los que llegan allí tienen que dejar los secretos a un lado y confesar sus pecados en forma pública. Me salí de los Barrios Altos con esta pequeña historia, pero creo que valió la pena.

Ricardo Miranda Tarrillo sostiene que Pinglo terminó la primaria en el Colegio Sancho Dávila de la calle del Carmen Bajo. De Los Naranjos pasó a Carmen Bajo. La calle del Carmen Bajo es la que viene a ser la actual cuadra 10 del Jr. Junín. Su nombre se debe al Monasterio del Carmen, actualmente conocido como la Iglesia de la Santísima Virgen del Carmen de Lima, que está localizado en su esquina final, empezando la otra calle. Como en esa calle hay una pendiente de subida, en dirección hacia la iglesia que está a un nivel más alto, se le llamó Carmen Bajo.

Uno de los clubes para los cuales Felipe Pinglo jugó fútbol fue el "Alfonso Ugarte" que quedaba en la calle de San Ildefonso. Dicha calle es una cuadra grande que viene a ser actualmente, en numeración, la primera y segunda cuadra del Jr. Andahuaylas. En dicha calle vivió el General Andrés Avelino Cáceres. Yo nací a la vuelta, en la calle Tigre, primera cuadra del actual Jr. Ayacucho, pero acudía, a diario, al Mercado de San Ildefonso y a una panadería que había en esa calle, la cual preparaba los mejores y más deliciosos panes franceses que haya probado en mi vida.

Volviendo al nombre de la calle, debe su nombre a que allí quedaba el Convento de San Ildefonso, el cual fue destruído a fines del siglo XVIII o inicios del XIX (en unas estadísticas de Lima de 1839, ya se mencionaba que estaba destruído). Dicho convento fue inicialmente un colegio, para estudio de los religiosos de la orden de San Ildefonso, que se fundó en 1606 como Colegio de San Ildefonso. Mediante bula del 13 de octubre de 1608, expedida por el Papa Paulo V, se acordó que dicho colegio pasaría a denominarse Colegio y Universidad Pontificia de San Ildefonso. Después, ampliaron el área que abarcaba y pasó a convertirse en Convento de San Ildefonso. La parte del Convento ya no existe, pero queda todavía en pie la parte que se utilizaba como el Colegio de San Ildefonso y que ahora viene a ser la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Debe mencionarse también de que el club Alfonso Ugarte solía entrenar y jugar en las canchitas de Martinete, que estaba muy cerca de San Ildefonso, por lo que Pinglo debe haber jugado en esas canchitas, donde años más tarde jugaban sólo los valientes, y que hasta ahora existen en el actual Jr. Amazonas. Por su parte, Ricardo Miranda Tarrillo cuenta que cuando Pinglo estudiaba en el Guadalupe solía acudir con sus amigos barrioaltinos a las Tres Compuertas, para nadar en las aguas turbias del Martinete. Como dicho jirón Amazonas también tiene su historia, nombraré algunas de sus calles antiguas, que infinidad de veces recorrí de niño y adolescente, donde también se encontraba una de las antiguas Portadas de la Muralla de Lima.

Como no existía, antiguamente, la primera cuadra de la Av. Abancay, el Convento de San Francisco llegaba hasta el actual Jr. Ayacucho. La parte que corresponde al actual Jr. Amazonas entre la actual Av. Abancay y el Jr. Ayacucho, que viene a ser la segunda cuadra del Jr. Amazonas, se llamaba calle Barranca. Su nombre se debe a que muy cerca, donde ahora se encuentra una feria de libros, estaba una zona conocida como "La Barranca", por encontrarse a varios metros de altura sobre el nivel del río. Según el cronista José Gálvez, a mediados del siglo XVIII se construyeron allí varios callejones que serían los "modelos" que tomaron los que se levantarían después en Lima.

La calle Viterbo era la que actualmente es la tercera cuadra del Jr. Amazonas y debe su nombre a que a finales del siglo XVII se construyó en dicha calle un recogimiento de mujeres llamado "Santa Rosa de Viterbo". Luego empieza la zona aquella conocida como "La Barranca", en su actual intercepción con el Jr. Andahuaylas (calle de San Ildefonso), por lo que dicha calle tenía el nombre de Barranqueta y viene a ser la actual cuarta cuadra del Jr. Amazonas. En su esquina, donde empieza la Feria de Libros actual, se construiría el Puente Balta y, en esa misma esquina, estaba uno de los cines más antiguos de Lima, el "Cinelandia", donde, por su cercanía al río Rímac, las ratas desfilaban en el intermedio. Dicho cine y los callejones aquellos de "La Barranca", fueron demolidos en la década del 70 del siglo XX.

Sigue la calle Las Carrozas que viene a ser lo que actualmente es, en numeración, la primera parte de la cuadra 5 del Jr. Amazonas, entre el actual Jr. Paruro y el Jr. Huanta. Muchos se extrañarán al ver el nombre de "Las Carrozas" en el Jr. Amazonas y no en la primera cuadra del Jr. Huánuco, como se conoce actualmente. Según las estadísticas y planos de Lima del siglo XIX, de Manuel Atanasio Fuentes, la calle Las Carrozas era la que he mencionado en el actual Jr. Amazonas y la primera cuadra del Jr. Huánuco se llamaba calle Sauces. Pero hay que tener presente que era el pueblo quien muchas veces, sin ceremonias ni decretos, bautizó a muchas calles por algún hecho curioso que haya ocurrido en ellas y fue el pueblo el que, años más tarde, decidió rebautizar a la calle Sauces como Las Carrozas. La mencionada cuadra 5 del Jr. Amazonas adoptaría también el nombre de Manzanilla y después se quedaría con el nombre de calle de los Siete Pecados, debido a una casa de pecados que allí había.

Continuando por el actual Jr. Amazonas se llegaba a la nombrada calle Martinete, que viene a ser, actualmente, la segunda parte de la cuadra 5 del Jr. Amazonas, entre el Jr. Huanta y el Jr. Huánuco. Allí se encuentran las mencionadas canchitas de Martinete donde Pinglo debe haber jugado muchas veces con sus compañeros del club Alfonso Ugarte. En su actual intercepción con el Jr. Huánuco, donde empieza el Puente Huánuco, se encontraba la antigua Portada de Martinete de la Muralla de Lima, por ello la importancia que tiene el Jr. Amazonas en la historia de Lima y el que se escriba correctamente el nombre de la zona conocida como "Martinete", ya que en las estadísticas de Lima que hicieron José María Córdoba y Urrutia en 1839 y Manuel Atanasio Fuentes en 1858, ellos lo escribieron de esa manera. Sin embargo, he leído que últimamente algunas publicaciones, al momento de hablar sobre esa zona, lo escriben como Martinetti. El nombre de la calle se debe a que allí hubo un molino de pólvora de los llamados de martinete.

Pinglo realizó sus estudios secundarios en el Colegio Guadalupe, por lo que para ir a su colegio tenía que bajar por todo el Jr. Junín hasta la Av. Abancay y de allí podía tomar varias rutas. Dicha ruta por el Jr. Junín también la tenía que hacer para bajar al centro de Lima, por lo que el Maestro debe haber recorrido el Jr. Junín infinidad de veces. Dicho jirón junto al Jr. Ancash son los que más debe haber recorrido Pinglo ya que él hizo su reducto en el Callejón del Fondo de la calle Mercedarias, en el actual Jr. Ancash, y cuando se casó con Hermelinda Rivera se fueron a vivir a la calle Penitencia, en el actual Jr. Paruro. Dicha calle se intercepta con el Jr. Ancash, al igual que la calle Rufas, paralela a Penitencia, que fue donde vivía Hermelinda Rivera cuando Pinglo la conoció el 24 de mayo de 1925. La calle Rufas es una cuadra grande que viene a ser actualmente, en numeración, la primera, segunda y tercera cuadra del Jr. Huanta, entre el Jr. Amazonas y el Jr. Ancash. Rufas debe su nombre a una familia con ese apellido que vivió en dicha calle.

No se sabe realmente, aparte de la calle del Prado y Penitencia, donde más vivió Felipe Pinglo en los Barrios Altos. Se cree que Pinglo vivió también en la calle de Los Naranjos, ya que cuando fue matriculado en el Colegio Guadalupe su padre dio como dirección: Calle de los Naranjos 1270. Así figura en los registros del Colegio Guadalupe y no es que la dirección haya estado mal o confusa ya que, en ese tiempo, el actual Jr. Antonio Miró Quesada, se llamaba Jr. Ayacucho por lo que la dirección debió ser Jr. Ayacucho 1270. Y si utilizaban la denominación antigua tenía que haber sido calle de Los Naranjos trescientos y tantos. Esto lo deduzco porque la Escuela Fiscal donde estudió Pinglo estaba en el Jr. Ayacucho 1346, cuya denominación antigua era calle de Los Naranjos 430. Lo que sucedió es que, antiguamente, cuando daban la dirección de donde vivían muchos solían decir el nombre antiguo de la calle seguido del número actual, por ello su padre puso como dirección Los Naranjos 1270.

Gonzalo Toledo señala que Felipe Pinglo era devoto de la Virgen del Carmen. Debido a ello, Pinglo debe haber visitado mucho la Iglesia de la Virgen del Carmen, en la calle del Carmen Alto, y acompañado la tradicional procesión con que se le honra. La calle del Carmen Alto es lo que viene a ser las actuales cuadras 11 y 12 del Jr. Junín, entre el Jr. Huánuco y el Jr. Maynas. Debe también su nombre al Monasterio del Carmen, que se encuentra en su esquina inicial, y por estar la calle aquella en la parte alta, se le llamó Carmen Alto.

Manuel Atanasio Fuentes en su "Estadística General de Lima", 1858, señala de que por real cédula del 13 de febrero de 1625, el Rey Felipe IV concedió permiso para la erección del Monasterio del Carmen, hoy conocido como la Iglesia de la Santísima Virgen del Carmen de Lima. El 18 de diciembre de 1643 se inauguró el Monasterio, nombrándose por fundadores y patrones al Obispo de Arequipa Agustín de Ugarte y Sarabia, y Catalina Doria, una de las mayores benefactoras y propulsoras de dicha construcción.

La Santísima Virgen del Carmen de Lima es la Patrona de Lima, Patrona de los Barrios Altos y Patrona del Criollismo. Su procesión, el 16 de julio, es una tradición que tiene más de 360 años y que desde hace muchos años se viene celebrando, desde la víspera, con una verbena criolla.

En la calle del Carmen Alto, opuesta a la Iglesia del Carmen, se encuentra la Quinta Heeren. Dicha quinta data de fines del siglo XIX y tiene estilo arquitectónico de la época virreinal, habiendo sido sus jardines adornados con plantas japonesas. Allí existió el primer zoológico de Lima y, años más tarde, se acondicionó una cancha de fútbol en su interior donde casi todo barrioaltino tuvo la oportunidad de jugar. La Quinta Heeren también ha sido escenario para películas, telenovelas y series de TV que allí se han filmado.

Felipe Pinglo acudió en muchas ocasiones a la Quinta Heeren, porque allí vivía uno de sus amigos, así que se armaban también jaranas allí. Algunos, que han escuchado de la presencia de Pinglo en la Quinta Heeren, lo han relacionado como que vivió allí, pero no hay documentos que puedan corroborar ello.

Parte de la vida de Pinglo transcurrió en la calle Colegio Real, que viene a ser lo que actualmente es la sexta cuadra del Jr. Ancash. Debe su nombre a que allí estaba ubicado el Colegio Real de San Felipe, conocido como Colegio Real solamente, el cual fue fundado en 1592 por el Virrey García Hurtado de Mendoza. Dicha construcción antigua se encuentra todavía en pie y está ubicada frente a la Escuela Nacional de Bellas Artes, que queda también en dicha calle.

El Colegio Real, cuando dejó de ser colegio, pasó a ser cuartel del ejército, después lo convirtieron en Escuela de Artes, luego en Estado Mayor del Ejército, posteriormente estuvo abandonado y años más tarde la Universidad de San Marcos puso unas oficinas allí. Según "El Cumpa" Jorge Donayre, cuando el Estado Mayor del Ejército funcionaba en dicho local, Felipe Pinglo ingresó a trabajar allí como secretario, por lo que parte de su vida la pasó en dicha calle del actual Jr. Ancash.

En la calle Colegio Real vivió también, por un tiempo, el General José Luis Salmón Fosati, cuya casa estaba ubicada en Colegio Real 609, según lo señala el historiador Manuel Zanutelli Rosas. Dicho General, con su esposa, fueron los padrinos de matrimonio de Felipe Pinglo y nuestro bardo criollo solía visitarlo mucho en su casa. El General Salmón llegó a ser Ministro de Guerra en 1929.
Pinglo también solía visitar a su amigo y sastre Jorge Lázaro Loayza en su sastrería de la calle Trinitarias. Loayza muchas veces aseguró de que Pinglo se inspiró el vals "El espejo de mi vida" en el viejo espejo de prueba de su sastrería. Según Loayza, su historia de amor fue la que también inspiró a Felipe Pinglo el vals "El Plebeyo". Ninguna de las dos versiones han podido ser comprobadas fehacientemente. Sin embargo, debo dejar constancia de que en una oportunidad me contactó alguien que dijo ser hijo de la musa de El Plebeyo, de quien el sastre Loayza se había enamorado. Dicha musa vivió en la mencionada calle Trinitarias y quiso permanecer en el anonimato, pero como ya había fallecido su hijo deseaba contarme la historia. Lamentablemente, cuando le pedí pruebas más contundentes a la persona que me contactó, nunca obtuve una respuesta.

La calle Trinitarias viene a ser la actual séptima cuadra del Jr. Ancash. Dicha calle debe su nombre al Monasterio de las Trinitarias que queda en la esquina de la mencionada calle, en su intercepción con el Jr. Paruro, y que actualmente se le conoce como Iglesia y Convento de las Trinitarias. Su historia se remonta a 1673 cuando se estableció, en dicha área, el beaterio de Nuestro Señor Jesucristo, denominado también de las Hermanas Neiras. El Arzobispo Almoguera elevó dicho beaterio a monasterio el 22 de mayo de 1682, naciendo así el Monasterio de las Trinitarias que dio origen al nombre de la calle aquella.

En la calle Trinitarias se encuentra también la Casa Canevaro, en la acera opuesta a la Iglesia y Convento de las Trinitarias, que está considerada dentro de lo que es el Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El lugar que más frecuentó Felipe Pinglo fue la calle Mercedarias, que viene a ser, en numeración, las actuales cuadras 10 y 11 del Jr. Ancash. Su nombre se debe al Monasterio de Mercedarias que queda al final de la calle, el cual, inicialmente, fue beaterio que en 1734 fue elevado a monasterio. En la actualidad, la Iglesia de Mercedarias también se encuentra allí.

En la calle Mercedarias quedaba el "Callejón del Fondo", donde Pinglo solía reunirse con sus amistades para hacer música. Dicho callejón se construyó a fines del siglo XVIII y su dirección antigua era Mercedarias No. 105, que pasaría a ser Jr. Ancash 1092. El callejón aquel pertenecía al Monasterio de Mercedarias y fue demolido hace muchos años, por lo que ya no existe, y en su terreno se construyó el actual Mercado Mercedarias. La dirección antigua del Callejón del Fondo me fue proporcionada por el historiador barrioaltino Alejandro Reyes, quien gentilmente me hizo llegar un estudio de él sobre los Barrios Altos.

En la calle Mercedarias y el Callejón del Fondo fue que Pinglo se inspiró para crear su vals "De vuelta al barrio". En el Callejón del Fondo vivía Isabel Mejía, la buena Isabel de su famoso vals. También vivió allí Doña Cruz, que al lado de la puerta del callejón se ponía a vender picantes y té, al igual que lo dice el vals. Samuel Joya también vivió en aquel callejón, del cual sus paredes de adobe y piso de tierra fueron testigos de muchas jaranas criollas en las cuales participó Felipe Pinglo.

Se debe también nombrar al barrio chino que fue donde Felipe Pinglo se inspiró su vals "Sueños de Opio", especialmente en la calle Capón de los Barrios Altos. Al respecto, debo señalar que muchos están equivocados con el origen del nombre de esta calle, mayormente los chinos, ya que no debe su nombre a algún chino o palabra china.

Existe un mito o "cuento chino" con respecto al origen del nombre de la calle Capón, del cual conté anteriormente su verdadero origen. Los chinos han tratado de hacer creer que el origen del nombre de la calle aquella se debe a ellos y, en octubre de 2005, a raíz de que se conmemoraron 150 años de haberse los chinos establecido en Lima, la versión de los chinos fue recogida por varios medios de prensa, que no se tomaron la molestia de investigar.

Los primeros inmigrantes chinos llegaron al Perú en 1849 a trabajar en haciendas que no estaban en Lima. En 1855 empiezan los chinos a ubicarse en Lima, especialmente en la calle Capón que era una cuadra grande. La versión que cuentan los chinos es que la calle Capón debe su nombre a que en dicha calle se mataban a los animales para consumo, capándolos a algunos de ellos, siendo los chinos los que se dedicaban a este oficio. Dicha versión, sobre el origen del nombre de la calle Capón, es solamente un mito o "cuento chino", porque la calle aquella ya se llamaba Capón desde el siglo XVII.

Manuel Atanasio Fuentes en su "Estadística General de Lima", de 1858, señala a la calle Capón, la cual aparece también en el plano de Lima de dicho año. También se puede revisar la obra de José María Córdoba y Urrutia: "Estadística histórica, geográfica, industrial y comercial del Departamento de Lima", 1839, que fue impresa cuando los chinos, estando todavía en su tierra, ni siquiera sabían que existía el Perú. Hay documentos más antiguos, como estadísticas de Lima de 1785 y plano de Lima de 1787, donde figura el nombre de la calle Capón.

En el siglo XVII vivió en dicha calle un sacerdote de nombre Manuel Loayza quien tenía como apodo "Capón", según lo señaló el cronista José Gálvez, así que desde el siglo XVII, 200 años antes de que llegara el primer chino al Perú, esa calle se conoció con el apodo del mencionado sacerdote. La calle Capón, en el actual Jr. Ucayali, era también una cuadra grande que abarcaba desde el actual Jr. Ayacucho hasta el Jr. Paruro; lo que significa que comprendía a las actuales sexta y séptima cuadras del Jr. Ucayali. Sin embargo, hoy en día llaman solamente calle Capón, por desconocimiento, a la parte comprendida entre el Jr. Andahuaylas y el Jr. Paruro, que vendría a ser la séptima cuadra del Jr. Ucayali.

Felipe Pinglo visitó también la calle del Chirimoyo ya que allí estaba el Teatro Apolo, en lo que actualmente es la décima cuadra del Jr. Puno. En dicho teatro, situado en la calle del Chirimoyo 941, Alcides Carreño estrenó el vals "Rosa Luz" de Felipe Pinglo en 1929. El mismo Carreño también estrenó allí, en público, el vals "El espejo de mi vida" de Pinglo, en 1935.

Debo manifestar que no he podido encontrar, con exactitud, cuando cambiaron las numeraciones de algunas calles barrioaltinas porque en 1939 el Teatro Apolo figuraba, en el listín cinematográfico, como la cuadra nueve del Jr. Puno. Sin embargo, en un listín cinematográfico del año 1959 el Teatro Apolo figura con la dirección de Jr. Puno 1043. La numeración de las calles ya se habían cambiado, aunque si uno revisa planos actuales de Lima que hay en la internet y conoció donde quedaba el Apolo, puede notar que la ubicación del Teatro Apolo figura como cuadra nueve del Jr. Puno, por lo que se crea confusión.

Pinglo debe haber visitado los lugares de los Barrios Altos donde nacieron y vivieron grandes figuras de nuestras letras, como nuestro tradicionista Ricardo Palma quien nació en la calle Puno, actual tercera cuadra del Jr. Ayacucho, en un solar que todavía existe y tiene una placa señalando que allí nació nuestro ilustre literato. Manuel Ascencio Segura nació en la calle Mestas, actual cuadra 10 del Jr. Huanta. César Vallejo vivió en la calle Acequia de Islas No. 425, actual séptima cuadra del Jr. Huánuco. En dicha calle nació Nicomedes Santa Cruz Aparicio el 15 de setiembre de 1870, padre de Victoria, Nicomedes, César, Rafael, Rosalina, Pedro, Octavio, Fernando, Jorge y Consuelo Santa Cruz. Antonio Raimondi también vivió en los Barrios Altos, en la calle Peña Horadada que actualmente viene a ser la novena cuadra del Jr. Junín.

Felipe Pinglo falleció en su casa de los Barrios Altos, sito en la calle Penitencia (Jr. Paruro 232). Eran las cinco y media de la mañana del 13 de mayo de 1936. Por esas coincidencias de la vida, Pinglo se fue de este mundo a la hora en que terminan las jaranas.

La calle Penitencia es una calle extensa que actualmente, en numeración, viene a ser la primera, segunda y tercera cuadra del Jr. Paruro. Si uno se dirige a dicha calle y pregunta a sus moradores más antiguos sobre el origen del nombre de dicha calle, ellos le dirán que el nombre Penitencia se debe a que por ser una calle bien extensa, siempre ha sido una verdadera "penitencia" el recorrerla.

Aquella explicación sobre el origen del nombre de la calle está equivocada y los habitantes de dicha calle, al igual que en otras calles de Lima antigua, muchas veces, por desconocimiento, han creado una explicación que parezca la verdad.

Según el historiador Juan Bromley Seminario, en 1613 aquella calle se llamaba de "Da. Beatriz Rangel", quien era una vecina que dio origen al nombre primitivo de la calle en mención. Bromley añade de que Emilio Harth-Terré dio a conocer de que durante la colonia, el Tribunal de la Inquisición, que tenía sus cárceles secretas abarrotadas, consideró pertinente adquirir otro local donde tener a los penitenciados, condenados a largas penas de prisión, adquiriendo de esa manera un inmueble, alejado del local del Tribunal, en la calle que por dicha circunstancia pasó a llamarse de la Penitencia.

Barrios Altos es el barrio que Pinglo conoció y amó, donde nació y murió. Barrio donde se hizo compositor y creó sus más grandes obras musicales. Barrio donde se nutrió de su historia, cultura y tradiciones que, todavía, encierran sus calles, iglesias y construcciones coloniales. Barrio que en gran parte ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad pero que, en forma increíble, viene siendo descuidado por las autoridades locales.

Felipe Pinglo revolucionó nuestro vals, le puso etiqueta peruana, pero fue olvidado por los medios de prensa de su época. Sin embargo, sus amigos, sobre los cuales influyó con su personalidad y capacidad creativa, se encargaron de hacerlo valorar y conocer como se merecía. Hoy en día es considerado el más grande compositor de música criolla del Perú y sigue siendo estudiado, investigado y recopilado, a la vez que es fuente de inspiración de todos los que amamos nuestra música criolla, ya que su obra lo mantiene presente ante nosotros.


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Felipe Pinglo - Imagen: Nalo Alvarado


TU NOMBRE Y EL MÍO

Por Dario Mejía

Corría el año de 1933 y la fama de Felipe Pinglo como compositor ya se había cimentado en el ambiente criollo de Lima. El Maestro entregaba una composición tras otra, siendo todas tan bellas que no se podía saber cuál era la mejor porque, inmediatamente, creaba algo nuevo que asombraba a sus amigos y admiradores de ese maravilloso don que tenía Pinglo para crear canciones hermosas.

Las composiciones de Pinglo eran una demostración de la grandiosa vena literaria-musical del Maestro y tanto la letra como la música y la forma como fue creado el vals "Tu nombre y el mío" fue un ejemplo de ese manantial inagotable de talento, inspiración, creación y hermosa manera de describir, con versos, lo que acontecía alrededor que tenía el Maestro Felipe Pinglo.

Juan Rasilla Moreno (Juramo), amigo de Pinglo, contó en el diario La Crónica del 31 de mayo de 1945 como fue que nació el vals "Tu nombre y el mío". Juramo señala que un día domingo del año 1933, Felipe acudió a uno de esos paseos populares a las playas de Pucusana. Estando en dicho lugar, unos jóvenes amantes llamaron la atención de Pinglo. Ellos se encontraban grabando sus nombres en las húmedas arenas y Pinglo, observando aquel detalle de amor de la pareja aquella, se puso a escribir allí mismo, en la playa, los versos de un vals al cual al día siguiente, con su guitarra entre las manos, le pondría la música. En aquella playa de Pucusana nacería el vals "Tu nombre y el mío" que vendría a engrandecer el pentagrama criollo del Perú por la calidad de los versos y la armonía en los cambios musicales que tiene dicha canción.

Pinglo fue una persona sencilla, modesta, agradecida y generosa. El luchaba por sacar adelante la canción criolla, como se lo mencionó a su amigo Víctor Echegaray en una carta que le remitió en junio de 1931, para que sea conocida y reconocida tanto en el Perú como el extranjero con carta de ciudadanía peruana bien definida, y así algún día de contribución plena al progreso nacional.

Esa manera de ser de Pinglo le hizo regalar algunas de sus composiciones y poner como coautores de varias de ellas a amigos muy cercanos a él. Tal es el caso del vals "Tu nombre y el mío", del cual Ricardo Miranda Tarrillo cuenta que Pinglo puso a su amigo José Díaz como coautor del mismo y así apareció en el cancionero "La Lira Limeña". Sin embargo, a pesar de haberse publicado su nombre como coautor, José Díaz, por respeto al Maestro y sabedor de la generosidad del amigo, jamás proclamó haber participado en la creación de dicha obra ni en las otras en las que Pinglo lo puso como coautor.

La mayoría de los intérpretes, tanto hombres como mujeres, de la década de los 40 incluyó "Tu nombre y el mío" en su repertorio. Jesús Vásquez, quien desde que se convirtió en intérprete entonaba las composiciones de Pinglo, lo incluyó en sus presentaciones y haría, después, una grabación hermosa de dicho vals. La Orquesta de Jorge Huirse grabó "Tu nombre y el mío" en Buenos Aires en 1944, junto a otras composiciones de Pinglo, de él mismo, de su padre Rosendo Huirse y otros compositores peruanos.

Panchito Jiménez, el "León del Norte", también haría una magistral grabación de "Tu nombre y el mío":

http://www.youtube.com:80/watch?v=HKQSxVUJhbA&feature=related

La intérprete Victoria Villalobos, hija del cantautor barrioaltino Pepe Villalobos, le imprime su estilo al vals del Maestro para también realizar una bella interpretación de "Tu nombre y el mío" de Felipe Pinglo:

http://www.youtube.com/watch?v=3XeKWcclflw

Una vez más Pinglo, en su vals, nos muestra la grandiosidad de su poesía y lo que hace despertar en nosotros el amor: ilusión, pasión, también temor y dudas. Una persona que fijándose en detalles solamente, en cuestión de un momento, podía crear bellos versos que sumados a una armoniosa melodía los convertía en canción, no podía ser más que un grande de la música, y ello es lo que los amantes del cancionero criollo peruano reconocemos, valoramos y tratamos de difundir del Maestro de Maestros, Felipe Pinglo.

Tu nombre y el mío

(Vals Peruano)

Felipe Pinglo

Sobre la húmeda arena de la playa
donde dejaste las huellas de tus pies,
dibujé ansioso con amorosa mano
tu nombre y el mío al mismo nivel.

La brisa de la tarde presto secó la arena,
sus átomos tan finos el viento se llevó;
decepcionado he visto borrarse una tras otra
las letras que en la arena mi mano dibujó;
y el romper de las olas fue como carcajada
de burlona ironía para tanta pasión.

No es existir querer sin poderlo decir
y un ángel adorar que no más pueda oír,
mi mente al concebir ideas de pasión
es loca en sus deseos y exige el corazón.

La realidad nos trae una desilusión
que atrofia nuestra fe, dando muerte al amor,
el remedio fatal es querer sin amar,
soñar con la mujer por coquetear.
Muy negro es mi pasado; el presente, una duda;
aún más, me atemoriza el tiempo por venir
sin alma que alimente destellos de esperanza,
sin fe que la sustente, sin razón de existir.

Vagando por la playa donde grabé tu nombre
en las noches que vela la luna sobre el mar,
te envío con las olas que cantan su fiereza
mi único pensamiento y mi loca ansiedad;
del libro de mi vida convertido en ceniza,
sólo páginas negras me ha podido quedar.


Felipe Pinglo Alva - Imagen: Nalo Alvarado Balarezo


CONTROVERSIAS PINGLISTAS

Por Dario Mejía

En el mes que se celebra el nacimiento de Felipe Pinglo, quien nació el 18 de julio de 1899 en los Barrios Altos, se recuerda al bardo inmortal por las maravillosas composiciones que nos dejó y que enriquecieron el cancionero popular. Pero, también viene a la memoria ciertas controversias que se han dado a través de los años con respecto a algunas de las composiciones que le pertenecen o que, sin pertenecerle, le fueron atribuídas por otros.

Del Maestro Pinglo se ha hablado muy bien, engrandeciéndolo como se lo merece, pero también se habló mal de él ya que no faltaron los que lo calificaron de plagiario, sin tener pruebas suficientes para calificarlo de dicha manera. Pienso que está en nosotros el buscar la verdad sobre ciertas composiciones sobre las que pueda haber controversia, buscando pruebas escritas porque estoy seguro que debe haberlas en algún lugar, donde aún no se ha buscado e investigado, o quizá no se le dio la importanca debida.

En los últimos tiempos, han aparecido nuevos trabajos que aplicando otros métodos de investigación, y los recursos que aporta la tecnología, han profundizado más en estudios hechos hace muchos años, aclarando algunos conceptos que estaban equivocados o sobre los que había cierta duda o se conocía casi nada. Apoyemos dichos trabajos que nos van aclarando la historia de nuestra música popular.

Amalia o Amelia

Felipe Pinglo compone su primera canción en 1917, el hermoso vals "Amelia", cuya musa nunca pudo ser identificada, pero se cuenta que fue una muchacha de su barrio y el primer amor de Pinglo. Este vals ha sido interpretado y grabado por muchos Pinglistas.

Por otro lado, a través de los años se ha hablado mucho de otro vals de nombre similar, "Amalia" o "Amelia", contándose que pertenece la letra a Pinglo y la música a Nicolás Wetzell. Sin embargo, a pesar de haber sido nombrado por dos de sus biógrafos, muy reconocidos como historiadores de la canción criolla, nadie lo ha escuchado y ello ha creado la duda sobre el mismo, sobre si existió o no.

Acompañando un álbum de discos editado por la disquera "Virrey", en 1966, Ricardo Miranda Tarrillo escribió una biografía de Felipe Pinglo Alva y en la misma señala lo siguiente: "Aquel mismo 1926, Felipe accede al pedido de su amigo el laudista Nicolás Wetzell, y escribe los versos para la música del vals 'Amalia' dedicado por Wetzell a su madre."

Años más tarde, Ricardo Miranda Tarrillo, en su libro "Música criolla del Perú, Lima 1989, vuelve a repetir lo dicho en 1966, pero añadiendo algo más: "El primer vals que compuso Wetzell en 1926 estuvo dedicado a su madre, Amalia. La letra la puso Pinglo. No es conocido porque su ejecución demanda concentración y estudio, debido a las complicadas variantes de su línea melódica."

Aurelio Collantes manifiesta lo mismo en su libro "Pinglo Inmortal", Lima 1977, añadiendo que fue en el "Callejón del Fondo" adonde Nicolás Wetzell acudió en busca de Pinglo para que le escribiera unos versos para su vals "Amelia", dedicado a su señora madre. "Esta pieza no es conocida por lo complicada de su ejecución", señala Collantes.
Nicolás Wetzell daría su versión de los hechos en una entrevista que le hizo el periodista Raúl Vento, publicada en el suplemento VSD de La República, el 1 de abril de 1983. Wetzell cuenta: "Yo tenía una composición 'Amalia' dedicada a mi madre. Por ese tiempo todavía no musicalizaba. Felipe se enteró de 'Amalia' y me dijo que él iba a poner la música. Pero ya estaba enfermo. Siempre me decía: 'toca Amalia', 'toca Amalia'. En una de mis visitas al hospital Dos de Mayo lo encontré en el patio. Estaba en una silla de ruedas. 'Nicolás', me llamó enfebrecido, '¿Y Amalia?. Dame la letra', para calmarlo le recité la letra. El hacía apuntes en un cuaderno y tarareaba una música. 'Felipe, lo harás cuando te repongas. Ahora descansa', le dije al ver su esfuerzo. 'No', me respondió, 'sigue'. Pero no seguí más. Se lo llevaron. Fue el último día que lo vi. Esa noche murió".

"¿Y qué pasó con 'Amalia', don Nicolás?", le preguntó Raúl Vento. "Lo guardé, lo dejé igual. Fue mi homenaje a Felipe", respondió Nicolás Wetzell.

Felipe Pinglo murió el 13 de mayo de 1936 en su casa de la calle Penitencia, en los Barrios Altos. Con lo que contaría Nicolás Wetzell a La República, se comprueba que el vals "Amalia", que también lo han llamado "Amelia", si existió, aunque la letra le pertenecía a Wetzell y Pinglo le estuvo poniendo la música. Pero Wetzell no lo dio a conocer, guardándolo como si fuese un tesoro, ya que le recordaba al amigo que partió de este mundo a temprana edad. Wetzell se llevó la composición dedicada a su madre a su tumba.

Bouquet y Aurelio Collantes

En el LP Bodas de Oro de la Música Peruana, Vol. III, editado por FTA (Fabricantes Técnicos Asociados S.A.) a fines de los 60, Aurelio Collantes escribe en la portada posterior una breve introducción a los temas o compositores que allí se presentan, señalando lo siguiente: "(...) a Felipe Pinglo le atribuyen canciones que él nunca dijo que eran de él, sino que las interpretaba, tal es el caso del vals 'Bouquet', que firma el argentino Flores Cayo, según pieza musical del año 1938."

En su "Documental de la Canción Criolla", Lima 1972, Aurelio Collantes vuelve a repetir lo mismo sobre el vals Bouquet: "Referente al vals argentino 'Bouquet' que se le atribuye al preciado compositor, sabemos que el trío 'Mastra' se lo enseñó, cuando estuvo en Lima, allá por 1932 y que el verdadero autor es el compositor platense Armando E. Soto Cayo, creador también del vals 'Adiós-Adiós' que equivocadamente damos por nacional. Este documento consta en la pieza editada por Carlos Maldonado en 1938."

Cabe mencionar que Collantes basó sus afirmaciones guiándose en partituras publicadas por la casa Editorial de Carlos Maldonado, a fines de los 30, en las cuales aparecía el nombre de Armando Soto Cayo. Sin embargo, no reparó en que Soto Cayo había escrito solamente las partituras de dichas canciones, mas no era el autor de las mismas.

Del mismo modo, con el vals "Adiós, adiós" Collantes se equivocó ya que Elías Ascuez Villanueva, en el semanario Cascabel del 1 de febrero de 1936, ya había denunciado lo siguiente: "Los argentinos han robado muchas canciones nacionales - Así, 'Adiós, adiós, mis ojos ya no vuelven' y 'Si dos con el alma', han sido convertidos en tangos". El vals que Elías Ascuez se refirió inicialmente es "Adiós, adiós", que fue grabado por las Hermanas Gastelú, en Lima, el 5 de setiembre de 1913 (Disco Victor 67009 - Lado A), apareciendo dicha grabación en el Catálogo de Discos Victor de 1915-1916.

Con respecto al vals Bouquet, dicha afirmación de Collantes, sobre el vals aquel, generó muchos comentarios adversos entre los que conocían la vida y obra del Maestro Pinglo y, ante la contundencia de pruebas al respecto, Collantes tuvo que rectificarse, haciéndolo en su libro "Pinglo Inmortal", Lima 1977, donde, refiriéndose a Bouquet menciona: "Inexplicablemente la Editorial de Carlos Maldonado del Pasaje Carmen, hoy Correo, publicó en 1938 una pieza para piano, firmada por Armando Soto Cayo, autor también del valse 'Adiós-Adiós'."

Collantes rectificó su error con Bouquet, pero insistió en equivocarse con "Adiós, adiós".

Al respecto, el historiador Manuel Zanutelli, en "Felipe Pinglo... a un siglo de distancia", Lima 1999, señala que Bouquet se publicó en la edición No. 96 de "La Lira Limeña", de 1931, sin nombre de autor. Pero en el No. 118 de dicho cancionero, añade Zanutelli, Bouquet tiene las iniciales F.P.A., con una línea explicativa advirtiendo que fue corregido por su autor.

El Expósito

Sobre dicho vals he contado anteriormente, en conversación o intercambio de pareceres con amigos. El vals "El Expósito", de Pedro Espinel, algunos se lo adjudican a Felipe Pinglo, habiendo, incluso, el hijo de Pinglo declarado en una entrevista de hace un poco más de 20 años, cuando todavía estaba vivo, de que ese vals era de su padre (publicada en "Antología de la Música Peruana" de Jorge Donayre y Lorenzo Villanueva, Lima 1987). El hijo de Pinglo se basaba en que su padre nunca conoció el amor de madre y que sus tías le recordaban lo que dijo ella antes de morir de sobreparto: "Ay hijo, cuanto me cuestas". Pero, esa suposición no la considero seria ni tampoco una prueba puesto que no mostró nada escrito que sustentara lo que decía.

Un documento que refuerza la autoría de Espinel con el vals "El Expósito" es la publicación del mismo en la edición No. 1169 de "El Cancionero de Lima", de octubre de 1937. La publicación aquella tiene el siguiente comentario: "Gran Vals Nacional. Otro éxito de Pedro Espinel el autor de 'Fin de Bohemio' cantado con éxito por el trío peruano Costa-Monteverde-Odría por Puchito del Conj. 'Los Bonaerenses' y por Salvador Oda. Cortesía de Elías Castro D." (Cabe señalar que Elías Castro hizo llegar a "El Cancionero de Lima" la letra de varias de las composiciones de Pedro Espinel. Castro era integrante del conjunto chorrillano Santa Rita).

Es a partir de esa edición de "El Cancionero de Lima" que "El Expósito" empieza a publicarse, apareciendo de nuevo en las ediciones posteriores. Parece que Espinel lo acababa de crear, tal vez en setiembre de 1937, ya que en las ediciones anteriores del mencionado cancionero no aparece el vals aquel. Tampoco se le nombra en la edición No. 1136 de febrero de 1937, donde aparece la foto de Pedro Espinel en la portada, señalándose varias de las composiciones que le pertenecen, pero no nombran "El Expósito", porque todavía no lo había compuesto.

En una de mis visitas a Lima, buscando entre periódicos antiguos, pude encontrar la entrevista que le hizo "La Prensa" a Pedro Espinel el 21 de junio de 1938, a dos años de la muerte de Pinglo. El artículo lleva como título "La Música Criolla Nacional se halla en una situación de auge alentador", página 5 de la edición antes mencionada. Espinel dice: "A partir de 'Fin de Bohemio' he tenido otros éxitos con 'El Expósito', vals; 'Bom Bom Coronado', polca; 'Dos reliquias', vals; 'Celos míos', vals; y muchísimas otras creaciones que sería largo enumerar, que los editores han ido dando a conocer al público en forma casi periódica y que, desde la radio, los intérpretes vienen propalando continuamente, pero sin que ello signifique para mí, aparte del mero aplauso y del cariño, poco o nada desde el punto de vista económico."

Muy sabido es la gran amistad y respeto que Pedro Espinel sentía por el Maestro Pinglo, por lo que pienso que no se hubiese adjudicado la autoría de una canción que no le pertenecía y, por sus declaraciones ante La Prensa, se desprende, y comprueba una vez más, que "El Expósito" le pertenece al gran Pedro Espinel.

Fe verdadera, La fe verdadera o Con la fe verdadera

Este vals viene dando vueltas por mi mente desde hace algunos años. Y es que se lo atribuyen a Felipe Pinglo en forma equivocada, es lo que pienso. Me parece que quien crea la confusión es Julio Jaramillo, cuando lo graba y señala, en la grabación aquella, a Felipe Pinglo como autor de dicho vals. Sin embargo, ninguno de los que han estudiado profundamente la vida y obra de Felipe Pinglo lo ha señalado como un vals del Maestro.

Fe verdadera, llamado antiguamente "La fe verdadera" o conocido también como "Con la fe verdadera", es un vals de la Guardia Vieja. El historiador Manuel Zanutelli, refiriéndose a valses anónimos que se escucharon durante los inicios del siglo XX, de la época llamada como la Guardia Vieja, que fueron publicados en "El Cancionero de Lima" por esos años, menciona, entre otros, el vals "La fe verdadera" (Con la fe verdadera del alma noble y pura...).

He encontrado "La fe verdadera" publicada en cancioneros de fines de los 30 e inicios de los 40 y en todos ellos figura como vals de la Guardia Vieja. Por ejemplo, en la edición No. 1381 de "El Cancionero de Lima", de setiembre de 1941, se menciona lo siguiente: "La Fe Verdadera. Antiguo vals criollo de gran éxito". Parece que alguien revivió dicho vals a fines de los 30 ya que lo he visto publicado en ediciones de esos años tanto de "El Cancionero de Lima", como "Alta Voz" y "El Cancionero Porteño"... mencionándose que es de la Guardia Vieja.

Julio Jaramillo nació en 1935 y empezó a grabar en los 50. Cuando graba "Fe verdadera" ya habían pasado muchos años de la muerte de Pinglo y se habían hecho algunos estudios sobre su obra... pero no se mencionaba dicho vals como de Pinglo.

¿Cómo fue que se le ocurrió a Julio Jaramillo pensar que ese vals era de Pinglo? no lo sé, pero si sé muy bien que ninguno de los que han estudiado seriamente al Maestro Felipe Pinglo ha mencionado que ese vals le pertenezca... al menos, no he encontrado ninguna referencia escrita al respecto, que así lo demuestre.
Hermelinda
Otro caso de un vals que nadie ha escuchado es el de "Hermelinda", el último vals que compuso Felipe Pinglo, pocos días antes de morir. La duda, o confusión, se origina porque se cuenta que dicho vals fue dedicado por Pinglo a su esposa, pero en la letra que se conoce del vals de ese nombre se habla de la traición de una mujer, lo cual no tiene sentido porque se supone que era un homenaje a su esposa.

Lo que sucede es que el vals "Hermelinda" que se conoce, el que habla del engaño, fue compuesto por Pinglo cuando acababa de cumplir 20 años y como todo poeta y romántico volcó a versos el desengaño amoroso que tal vez experimentó en su juventud. Según Aurelio Collantes, ese vals "Hermelinda" fue compuesto por Pinglo el 6 de agosto de 1919. La letra, en parte, dice: "Yo he reflexionado en el silencio de una noche / acerca del amor de una mujer / al cabo ha gemido mi corazoncito / al ver la felonía de una ingrata infiel..."

Por esas cosas curiosas de la vida, unos años después, Pinglo conoce a otra mujer de nombre Hermelinda. Se trataba de Hermelinda Rivera, con quien se casa. Juan Rasilla Moreno señaló en el diario La Crónica del 31 de mayo de 1945 de que la esposa de Pinglo, Hermelinda Rivera, le contó que el Maestro, unos días antes de morir, le dijo: "Alcánzame mi cuaderno y un lápiz. Voy a escribir para ti mi última canción. Ella llevará tu nombre y si yo muero, que le pongan la música Vilela o Espinel". Rasilla añade: "Y con una facilidad que sorprendió a los presentes, escribió la letra del vals que sería su póstuma composición: Hermelinda."

Hermelinda Rivera no quiso dar a conocer aquella última composición de Felipe Pinglo; la guardó como el más grande tesoro de su vida. Es así que este vals, también de nombre "Hermelinda", como el que compuso a la edad de 20 años, corrió la misma suerte que el vals "Amalia" o "Amelia" de Nicolás Wetzell, nunca nadie lo escuchó; pero si existió y la misma esposa de Pinglo, Hermelinda Rivera, le contó la historia del mismo a Juan Rasilla Moreno.

Otras controversias

Se ha hablado que "El ruiseñor" no le pertenece a Pinglo, pero hay pinglistas que sostienen que dicho vals sí le pertenece al Maestro. Por ejemplo, Héctor Petrovich Agüero lo señala en su lista de composiciones de Pinglo, que fue reproducida por Willy Pinto Gamboa en su libro "Felipe Pinglo", Lima 1994. El historiador Manuel Zanutelli también lo señala como un vals de Pinglo y también lo he visto publicado en cancioneros de los 30 con el nombre de Pinglo como su autor (El Cancionero de Lima No. 1149, de mayo de 1937).

A inicios de los 40, en los cancioneros que se vendían en Lima se publicaba el vals "Herminia" señalando a Pinglo como su autor. Lo he visto publicado varias veces de esa manera. Juan Rasilla Moreno lo nombra en 1945 como una de las composiciones de Felipe Pinglo (La Crónica del 31 de mayo de 1945). Zanutelli también lo señala como un vals de Pinglo. Y es que el vals aquel apareció publicado en varias ediciones de "El Cancionero de Lima", que no podía pasar desapercibido. El cancionero "Alta Voz" también lo empezó a publicar con el nombre de Pinglo como su autor. Sin embargo, una carta que fue enviada al cancionero "Alta Voz", firmada por Roque Plaza, sostenía que el vals "Herminia" le pertenecía al compositor barrioaltino de la Guardia Vieja, Guillermo Suárez.

Hay dos detalles que debo mencionar. El primero es que Guillermo Suárez falleció a temprana edad en 1922 y se le atribuye el vals "La Cabaña", que también se lo atribuyen a Alejandro Sáez, siendo la autoría de Sáez la que más ha prevalecido. El otro detalle es que hace poco, respondiendo a un comentario sobre algo que había escrito, conté que en "El Cancionero de Lima" No. 1265, Agosto 1939, se publicó el vals "Ultimo Ruego" figurando entre paréntesis "Odiame" y el siguiente comentario: "Vals criollo. Letra y música de Roque Plaza, su verdadero autor". La letra publicada es del soneto "Ultimo Ruego" de Federico Barreto, publicado en la revista Actualidades el 21 de setiembre de 1903. Como se conoce muy bien, parte de la letra del vals "Odiame" de Rafael Otero fue tomado del soneto "Ultimo Ruego" de Federico Barreto, pero lo que, pienso, se ignoraba es que años antes, en 1939 (cuando Otero acababa de cumplir 18 años), alguien más ya le había puesto música de vals al soneto de Barreto. La foto mostrando dicha publicación la compartí en aquella oportunidad.

Volviendo a "Herminia", Roque Plaza, al parecer un criollo de la Guardia Vieja, señala en su carta de que fue muy amigo del ya finado Guillermo Suárez y que el vals en discusión ya tenía como 30 años (se habría compuesto a inicios de la década de los 10), por lo que no era admisible que Pinglo lo haya escrito. También menciona que el cantante Catter puede certificar lo que sostiene.
Es aquí cuando viene a mi mente lo que sobre Pinglo dijo Collantes a fines de los 60: "le atribuyen canciones que él nunca dijo que eran de él, sino que las interpretaba". Es por ello que pienso que se debe investigar más sobre este vals para despejar la duda que dejó la carta que fue enviada al cancionero "Alta Voz" a inicios de los 40.

Datos no mencionados

Cuando Pinglo se encontraba muy enfermo, sus amigos estaban a su lado acompañándolo en esos momentos difíciles de su vida. Uno de ellos, el cantautor Eduardo Villanueva del Conjunto Lince, le compuso un vals que lo tituló "Felipe Pinglo". Dicho vals fue publicado por "El Cancionero de Lima" No. 1095, de inicios de Mayo de 1936, cuando Pinglo estaba todavía vivo, señalándose que era cantado con mucho éxito en cines y teatros. En el vals aquel se resalta al compositor, se menciona que está enfermo y se pide que lo visiten, como un reconocimiento a su obra.

Para terminar por ahora, porque uno puede pasarse horas de horas contando sobre el Maestro, debo mencionar unos avisos que encontré y llamaron mi atención. En la edición No. 1145 de "El Cancionero de Lima", Marzo 1937, se publica un aviso en la página 7 anunciando una gran velada literario-musical, organizada por el Centro Social Musical Felipe Pinglo, que se iba a llevar a cabo el sábado 24 (marzo 1937) de 11 p.m a 5 a.m. en su local del Jirón Huánuco 347 (Colmillo) - Principal. "Gran Orquesta. Damas: Invitación especial", termina diciendo el aviso aquel.

Otro aviso publicado en la página 3 de la edición No. 1259 de "El Cancionero de Lima", Junio 1939, por el Centro Social Musical Felipe Pinglo, señala que la sección femenina de este Centro había organizado su Primer Gran Baile Social que, con motivo de su instalación y en honor del club Atlético Córdova, que había campeonado en fútbol, se iba a celebrar el sábado 1 de julio (1939), empezando a las 11 de la noche, en su local, Huánuco (Colmillo) 347 principal. "La parte musical correrá a cargo de la Orquesta La Rosa", señala el aviso aquel.

Estos avisos tienen su importancia porque cuentan detalles no muy conocidos, como que fue a mediados de 1939 que se instaló la sección femenina del Centro Social Musical Felipe Pinglo. También señalan una dirección del Centro Social Musical Felipe Pinglo que siempre la obvian cuando cuentan la historia de dicho Centro: Jr. Huánuco 347 - Principal, Barrios Altos.

Felipe Pinglo sigue dando que hablar y lo seguirá haciendo mientras haya un corazón peruano latiendo por su canción criolla. Pinglo es el más grande compositor de música criolla, hasta la fecha, y su obra nos deleita y hace sentir orgullosos de él; de todo lo que nos dejó y enseñó por ese gran amor que él sentía por la música de su país. Sigamos valorándolo como el Maestro se lo merece.


Felipe Pinglo Alva - Imagen: Nalo Alvarado Balarezo


LA OBRA DE FELIPE PINGLO


Por Dario Mejía

Setenta años después de su fallecimiento, la obra del Maestro Felipe Pinglo sigue siendo investigada y recopilada. Se debe tener en cuenta que hay algunas canciones que se conocen con nombres diferentes, por ejemplo, "Bohemia de luto" se conoce también como "A la memoria de Carlos Saco"; "Callao for ever" se conoce también como "Muchachos viva el Callao".

La presente lista, de 171 canciones, es una recopilación de nombres de canciones proporcionadas por diferentes personas que estudiaron, profundamente, a Felipe Pinglo, y que dieron detalles, en algunos casos, de la fecha en que fueron compuestas. Entre ellos están: Niko Cisneros, Aurelio Collantes, Jorge Donayre, César Miró, Juan Rasilla Moreno (JURAMO), Héctor Petrovich Agüero, Willy Pinto Gamboa, Ricardo Miranda Tarrillo, Samuel Joya, Antonio Vergara, Gonzalo Toledo, Luis Garland Llosa, Manuel Zanutelli Rosas, Carlos Alberto Leyva Arroyo y la colaboración valiosa que tuvo con ellos Carmen Pinglo Rivera. También se han consultado cancioneros de los años 30 y 40.

Luis Garland Llosa, en "Apuntes sobre la temática musical del bardo inolvidable", después de haber consultado con Carmencita Pinglo Rivera, señala que el vals conocido como "Semblanza" lleva el título de "Cautivadora". Del vals "Una mujer", su verdadera denominación es "¡Oh, mujer!" (debió ser con el vals "Inconcluso" cuya letra es bastante similar al de "¡Oh, mujer!" ya que la letra de "Una mujer" es completamente diferente). La polca "Locos suspiros" fue concebida bajo la denominación de "Ilusión". También añade la polca "Las Morenas" a los títulos de canciones ya conocidas de Pinglo. Pero debo aclarar que la letra de "Las Morenas", que Carmen Pinglo Rivera le alcanzó a Luis Garland Llosa, es la misma que la letra de la polca conocida como "Las limeñas", con excepción de una palabra que figura al empezar la segunda estrofa que en una dice: "Las morenas cuando bailan..."; y en la otra dice: "Las limeñas cuando bailan...". Por lo tanto, se trata de la misma canción.

En algunas producciones aparece el vals "Astro rey" ya que ese nombre ha tenido amplia difusión. Pero, Pinglistas de la talla de Juan Rasilla Moreno (JURAMO) y Héctor Petrovich Agüero lo llamaron "Decepción". En la lista que proporcioné, al lado de "Decepción" puse el otro nombre con el cual es conocido dicho vals, "Astro rey".

JURAMO llama "Semblanza" al vals que Luis Garland Llosa dice que es "Cautivadora". Por ello, al lado de "Semblanza" puse el nombre de "Cautivadora" ya que se trata del mismo vals.

En una lista de Luis Garland Llosa, que añade a las canciones de Pinglo ya identificadas, figura el vals "Loca juventud". Pero dicho vals, compuesto por Pinglo el 23 de abril de 1931, apareció como "Recuerdo mío" en el Cancionero de Lima, No. 1629. Por ello, al lado de "Recuerdo mío" puse "Loca juventud", ya que se trata del mismo vals.

La letra, en su inicio, de "Con el alma en los labios" y "El alma en los labios" (o "Radiante el corazón de gozo") se parecen un poco.

Hay que tener en cuenta de que hay canciones de las cuales se sabe el nombre de las mismas, pero la letra se desconoce por no haberse recopilado. Por ejemplo, en la edición de La Prensa del sábado 25 de junio de 1938, página 5, se detalla como fue la fiesta en la Pampa de Amancaes el día anterior. Cuando mencionan como se desarrolló el programa musical, entre otras cosas, señalan que el Conjunto Criollo de Canto y Guitarra ejecutó el vals de Felipe Pinglo "La Oración del Labriego. Se señala también de que el Trío Miraflorino, de canto y guitarras, se lució luego en la intervención de "A mis amigos", vals del malogrado compositor Felipe Pinglo. El Trío Miraflorino solía interpretar las composiciones de Felipe Pinglo.

Dos detalles surgen de esta información que encontré en La Prensa de 1938, el primero es que las composiciones de Pinglo solían interpretarse en la tradicional y, lamentablemente, desaparecida Fiesta de Amancaes. Lo segundo es que no había encontrado, anteriormente, alguna mención a dicho vals de Pinglo, "A mis amigos", por lo que resulta interesante dicha información ya que da a conocer otro vals más de nuestro bardo inmortal que, por no haberse recopilado a tiempo, debe haberse perdido o encontrarse escondido en algún lugar esperando que lo descubran.

(¿?) significa que no sé la clasificación que pueda tener.

Hay canciones que tienen el mismo nombre o nombre muy parecido, por lo que he escrito, ya sea, el año en que fue escrita o como inicia la letra de dicha canción.

Relación de canciones:

A mis amigos (vals)
Abuelito / El abuelito (vals)
Adúltera / La adúltera (vals)
Adversidad (vals)
A la memoria de Artemio Prada (vals)
Alberto Benites (polca)
Alberto Montellanos (¿?)
Al caer la tarde (vals)
Aldeana (vals)
Alejandro Villanueva (vals, según la clasificación de Juan Rasilla Moreno "Juramo")(16 de agosto de 1932)
Alianza Lima / Viva el Alianza señores (En el año de 1930 aparece como polca y en 1932 como marinera)
Alma latina (vals) (Letra de Felipe Pinglo, música de Juan Araujo)
Amelia (vals) (1917)
Amelia / Amalia (vals) (1926) (Letra de Felipe Pinglo, música de Nicolás Wetzell)
Amor a 120 (vals) (también lo han clasificado como polca)
Amor de vecino (vals)
Amor iluso (vals)
Amor que mata (polca)
Amorosa (vals)
Amor traidor (polca)
Amor y ritmo (polca)
Angélica (vals)
Bella adorada (polca)
Bella nena (¿?)
Bello Hawai / Hawai (vals)
Blanca Luz (¿?)
Bohemia de luto / A la memoria de Carlos Saco (vals)
Bouquet (vals)
Callao for ever / Muchachos viva el Callao (one step)
Carolina (vals)
Celos (vals)
Claro de luna (vals)
Clotilde (vals)
Combinado del Pacífico (¿?)
Como un papá (polca)
Con el alma en los labios (vals-serenata)
Corazón iluso (vals)
Crepúsculo de amor (vals)
Cruel dolor (vals)
Cuando tus ojos lindos (one step) / Cuando tus lindos ojos me miran (polca)
Dame un besito (fox criollo)
Decepción / Astro rey (vals)
De vuelta al barrio (vals)
Dolores (polca)
Dora (polca)
El alma en los labios / Radiante el corazón de gozo (vals-serenata)
El ángel de oro (fox criollo)
El cabaret (one step)
El canillita (vals)
El casino (polca)
El castigo del perdón (vals)
El espejo de mi vida (vals)
El ferrocarril (one step) (también lo han clasificado como polca)
El huerto de mi amada (vals)
El inclusero (vals)
Ella me amaba, yo no (polca)
El pescador (vals)
El plebeyo (vals)
El ruiseñor (vals-serenata)
El sueño que yo viví (En los años de 1920-1921 aparece como fox-trot y en 1932 aparece como polca)
El volante (polca)
Emilia (vals)
En esta hora gris (vals)
En la loza (vals)
En la paz del sepulcro (vals)
En paz la tierra (vals)
Evangelina (vals)
Falsas promesas (vals)
Haydee (vals)
He recorrido el jardín (vals)
Hermelinda (vals) (6 de Agosto de 1919: "Yo he reflexionado en el silencio de una noche...")
Hermelinda (vals) (6 de mayo de 1936, dedicado a su esposa Hermelinda Rivera, desde su lecho de enfermo)
Herminia (vals)
Horas de amor (vals)
Horas de dolor (vals)
Horas que pasan (vals)
Inconcluso / Oh, mujer (vals)
Jacobo el leñador (vals)
Jesús (vals)
José Herrera (polca)
Juan Mansilla (one step)
Juan Rostaing (one step)
Juan Valdivieso (polca) (Noviembre de 1932: "Conmueve el stadium una ovación clamorosa...")
Juan Valdivieso (¿?) (26 de junio de 1934: "Aplausos a los méritos del arquero sin par...")
Juventud Acevedo (¿?)
Ketty (polca)
La canción del porvenir (one step)
La chica del banjo (fox criollo)
La cieguita (¿?)
La ley de la igualdad (vals)
La limeña / Ven acá limeña (polca) (Ven acá, limeña, que mi anhelo / es el gozar por ti, / tu belleza...)
La oración del labriego (vals)
La que fue (vals)
Las golondrinas (vals)
Las limeñas / Las Morenas (polca) (A bailar con buen humor, / a gozar del dulce amor...)
Las praderas / La pradera (vals)
Lastenia (vals)
La última pena (vals)
Leonidas Yerovi (vals)
Linda morenita (polca)
Llegó el invierno (one step)
Libre albedrío / Albedrío (vals)
Loca porfía (polca)
Locos suspiros / Ilusión (polca)
Los años han pasado (vals)
Los limoneros (polca)
Los nuevos papás (pasacalle)
Los sueños sueños son (fox-trot)
Los tres ases (polca)
Luzmila (vals)
Mal abrigo (vals)
Martirio cruel (vals)
Matilde (vals)
Melodías del corazón (vals)
Medianoche (vals)
Mendicidad (vals)
Mi adorada niñez (vals)
Mi serrana / Linda serrana (vals)
Morir quisiera (one step) (también lo han clasificado como polca)
Nacida en el otoño (vals)
Negrita linda (polca)
Noche de dichas (serenata)
Noche de París (polca)
Oh dulce niñez (vals)
Palabras esdrújulas / Latín (polca)
Palmera (vals)
Pamela (vals)
Para el dulce nombre de mi madre (vals-serenata)
Pasión y odio (vals)
Pecadora (vals)
Perdón señorita (one step)
Princesita (one step)
Pobre obrerita (vals)
Porfiria (vals)
Por tu querer (vals)
Querubín (one step) (Era la monina / una chiquilla muy fina / con una linda boquita...)
Querubín (vals) (Luz de mis noches / flor perfumada / en tu mirada febril / hay fuego pasional y amor...)
Ramito de flores (vals)
Recuerdo mío / Loca juventud (vals)
Recuerdos de amor (vals)
Recuerdos de mi china (vals)
Reloj con chapa de oro (vals)
Rizos de oro (vals)
Rosalía (vals)
Rosa Luz (vals)
Salón Concert (one step)
Saltimbanqui (polca)
Seducción (polca)
Semblanza / Cautivadora (vals)
Senectud (vals)
Serenata (vals) (31 de diciembre de 1934, dedicado a la Sra. Eloísa Vda. de Rivera)
Serenata acróstico (vals) (Para el "gato" Juan Bulnes)
Serenata a una amiga (vals)
Si la vida te sonríe (¿?)
Silencio (vals)
Silente (vals)
Sucedió en Monterrey / Monterrey (vals)
Sueña tranquila (vals-serenata)
Sueños de juventud (vals)
Sueños de opio (vals)
Terroncito de azúcar (one step)
Tranquila está la noche (vals-serenata)
Tu nombre y el mío (vals)
Un amor que se va (fox-trot)
Una mujer (vals)
Vamos rodando (one step)
Verdad cruel (vals)
Victoria (vals)
Villanueva el As (polca) (Marzo o Abril de 1934)
Voluble (vals)
Zacatecas (one step)


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PINGLO Y EL TRÍO SUDAMERICANO


Por Dario Mejía

Cuando en una oportunidad mencioné al trío Sudamericano, durante una semblanza sobre la vida y obra de César Miró que compartí, un amigo me preguntó sobre dicho trío, lo cual trajo a mi mente que unos años atrás conté una anécdota sobre el hermoso vals "Bouquet" de Felipe Pinglo Alva y el trío Sudamericano.

Durante la primera mitad del siglo XX, los compositores peruanos publicaban sus creaciones en cancioneros que llegaban a manos del pueblo voceándose en las calles. "El Cancionero de Lima", fundado a fines del siglo XIX, y "La Lira Limeña", fundado en 1929, publicaron las canciones que Pinglo les enviaba.

Según lo menciona el historiador Manuel Zanutelli en "Felipe Pinglo... a un siglo de distancia", Lima 1999, en el año de 1931, el vals "Bouquet" fue publicado en la edición No. 96 de "La Lira Limeña", no figurando el nombre del autor. Sin embargo, en el No. 118 de dicho cancionero, vuelve a aparecer "Bouquet" con las iniciales F.P.A. y una nota al final que decía: "Corregido por su autor".

Cuando Pinglo compone "Bouquet", en 1931, él ya era conocido en los refugios que tenía el criollismo limeño por esa época, pero solamente sus amigos íntimos conocían la letra de sus canciones por lo que eran ellos los únicos que las cantaban.

Es en el año 1932 cuando recién Felipe Pinglo se vuelve popular, gracias a un detalle que sucedió en dicho año, es lo que cuenta Juan Rasilla Moreno (Juramo), amigo de Pinglo, en el diario La Crónica del 31 de mayo de 1945. Juramo señala que durante una fiesta íntima, a la cual Felipe Pinglo había sido invitado, se encontraban también presentes los integrantes del trío Sudamericano, Miró-Calonge-Castillo, quienes al escuchar cantar a Pinglo el vals "Bouquet", lo felicitaron y le pidieron la letra para divulgar dicha canción en los teatros donde actuaban. Poco tiempo después, todo Lima entonaba el tema aquel y empezó a ocupar un lugar prominente entre los músicos de los acentos populares. Fue gracias al trío Sudamericano, que popularizó "Bouquet", que la gente comenzó a preguntar y querer saber más sobre Felipe Pinglo.

El trío Sudamericano empezó cantando tangos y valses argentinos en el Teatro Municipal. Después añadirían a su repertorio temas peruanos, pasillos y rancheras. Sus integrantes eran: César Miró, Marcial Calonge y Eduardo Capetanóppulos. Marcial Calonge era un limeño tenor de ópera y primera voz, César Miró era segunda voz y Eduardo Capetanóppulos había nacido en Chile. Como el apellido del chileno era difícil de pronunciar y recordar, fue bautizado artísticamente como Castillo.

Debido a la gran acogida que tenía con el público, el trío Sudamericano decidió irse de gira por Chile en 1933 con gran suceso. Pero en Santiago de Chile el trío se desintegró al regresarse a Lima el tenor Calonge, sin comunicarle nada a los otros integrantes, debido a que ya se habían agotado sus vacaciones y licencia que había pedido en el Ministerio de Hacienda, donde trabajaba.

En forma inexplicable, cuenta Aurelio Collantes, la Editorial de Carlos Maldonado, del Pasaje Carmen, que luego pasó a ser Correo, publicó en 1938 una pieza para piano, el vals "Bouquet" de Pinglo, firmada por el argentino Armando Soto Cayo, quien era el autor del vals "Adiós-Adiós".
En 1945, en la ciudad de Buenos Aires, se presentó el dúo "Los Morochucos" integrado por Luis Sifuentes y Tito Ego Aguirre en la confitería "Tabarís" y Radio Splendid. En sus inicios ellos se llamaron "Los Chamacos", pero en Argentina se presentaron como "Los Morochucos". Cuando disfrutaban del éxito en sus presentaciones, repentinamente, Luis Sifuentes falleció de peritonitis el 26 de mayo de 1946, en la ciudad de Buenos Aires, pero antes de fallecer había grabado con Tito Ego Aguirre el vals "Bouquet" de Pinglo. "Los Morochucos" pasarían luego a convertirse en trío y escribirían muchas páginas gloriosas en la historia de la música criolla.

"Bouquet" pasó a formar parte del repertorio de una cantidad grande de intérpretes criollos, entre ellos Eloísa Angulo quien hizo una bella grabación del vals de Pinglo:

En los tiempos de Pinglo, nadie se imaginó que llegaría un día en que las obras del Maestro se interpretarían hasta en Japón... y por japoneses:



Bouquet

(Vals Peruano)

Felipe Pinglo

Las flores que he cogido del jardín
las he hecho un bouquet para mi amor,
tiene jazmín del cabo y tulipán,
también claveles rojos de ilusión.

Pensamientos limitan su confín
y blancas azucenas coloqué,
pero también llevo en mi corazón
a una mujer.

Tus ojos ternura reflejan,
me mata tu lindo mirar,
mi nena, me robas la calma y el alma,
mi vida tuya será.

Los rayos de la aurora al penetrar
la coqueta ventana del balcón
hallaron marchitado mi bouquet
y todo en completa desolación.

Aguaitaron más tarde su "boudoir"
y la vieron tan bella como ayer
besando las violetas
que ofrendóle otro querer.

(Versión publicada en "La Lira Limeña" No. 96, Lima 1931)


En el mes de abril del 2008, cuando me encontraba en Lima, pude ver en un canal de TV la última parte de la entrevista que le hacía el Dr. Marco Aurelio Denegri a Oscar Avilés, logrando escuchar lo que ambos conversaban sobre algunas canciones de Pinglo que, durante un tiempo, fueron prohibidas de que se pasen por las radios peruanas. Ello no sólo es desconocido por muchos sino que resulta inconcebible que al mejor compositor de música criolla que el Perú haya tenido hasta el momento se le vetara en las radios de su propio país, por lo que, pienso, es bueno que el pueblo esté consciente de ese atropello hacia nuestra música popular para que no vuelva a suceder otra afrenta similar con alguno de nuestros compositores.

El veto a Pinglo era un secreto a voces llenas que si muy bien no se dio a conocer públicamente, en su época, éste fue ordenado por el gobierno de entonces que desconocía, totalmente, no sólo la obra del bardo inmortal sino que también desconocía la obra de otra gran figura de nuestro criollismo, Pedro Espinel, quien sufrió también el veto aquel. Al menos el Maestro Pinglo ya había fallecido por lo que no sufrió la afrenta en vida, pero Espinel si estaba vivo y debe haberle dolido mucho que en su propio país se prohiba que sus canciones sean transmitidas por radio o se canten en público.

Corría el año de 1939 y las canciones de Felipe Pinglo se estaban popularizando cada vez más entre el pueblo peruano. Varias canciones de Pinglo, incluso, ya se habían interpretado en películas peruanas que se estrenaron un año antes. "El Plebeyo" se estaba convirtiendo en la canción preferida de muchos intérpretes y del público amante de la canción criolla.

El Perú estaba bajo la dictadura de Oscar R. Benavides, quien no sólo perseguía a Haya de La Torre sino a todo lo que era o parezca aprista. Un día de aquel año de 1939 llegó a las radiodifusoras de Lima el mandato de "Orden, Paz y Trabajo" mediante el cual no sólo se atentaba contra compositores peruanos sino que también se pretendió acallar la voz de la canción criolla.
El músico Enrique Pozo Zegarra trabajaba en ese tiempo en la radio Goicochea y a sus manos llegó la circular de la dirección de radio donde se comunicaba a todas las emisoras de Lima que quedaba prohibida la transmisión de diez canciones criollas, bajo amenaza de fuerte multa a la radio y suspensión indefinida a cantantes de ambos sexos.
Según cuenta Pozo Zegarra en un artículo publicado en el diario "La Tribuna" de Piura, el 30 de abril de 1948, y, posteriormente, en un libro pequeño editado en Lima en 1984, "Agravio no reparado a la memoria del inmortal ¡Bardo!", entre las canciones prohibidas estaban: El Plebeyo, La oración del labriego, Mendicidad, El canillita, El huerto de mi amada, El tísico, Droga divina, El expósito y Fin de bohemio. Pozo Zegarra se acordaba del nombre de nueve canciones solamente, la décima canción era "Pobre obrerita" de Pinglo. También él se confunde llamando "Droga divina" a "Sueños de opio" de Pinglo.
Los compositores a quienes sus canciones vetaron fueron tres: Luis Molina (El tísico), Pedro Espinel (El expósito y Fin de bohemio) y Felipe Pinglo (El Plebeyo, La oración del labriego, Mendicidad, El canillita, El huerto de mi amada, Sueños de opio y Pobre obrerita).

Las canciones aquellas fueron sacadas, inmediatamente, de la programación de las radios de Lima. Por ese tiempo, Delia Vallejos, a pesar de su corta edad, ya era figura estelar de radio Goicochea. Delia Vallejos estaba todavía en el Colegio Maria Auxiliadora y se presentó en la radio Goicochea animada por sus compañeras de aula. "El Plebeyo" de Pinglo era su canción preferida y la que más gustaba a los oyentes... pero ese día negro para la canción criolla se borró de la programación su número preferido.

Javier Gonzáles no había conocido aún a quienes serían sus compañeros de música, triunfos, aventuras y mil experiencias con los cuales formaría Los Trovadores del Perú. Sin embargo, él ya era ídolo de la radio Goicochea y tenía en su interpretación de "El Plebeyo" a su mejor carta de presentación... pero también le sacaron dicha canción de la programación habitual.

Tanto Delia Vallejos como Javier Gonzáles protestaron por haberse eliminado su mejor número de la programación radial. Se les tuvo que mostrar la circular con la prohibición de diez canciones criollas para poderlos apaciguar.

Según se ha contado, el gobierno dictatorial de entonces pensaba que Víctor Raúl Haya de La Torre era el autor de "El Plebeyo" y las otras canciones que fueron prohibidas, de allí que las quisieron acallar. Poco tiempo después Benavides dejaría el poder y aquel mandato mediante el cual se pretendió silenciar a la canción criolla terminó en el tacho de basura.

Felipe Pinglo falleció el 13 de mayo de 1936 y su composición "El Plebeyo" se convertió en la mejor carta de presentación del bardo inmortal, llegando a traspasar las fronteras del Perú y llenándonos de orgullo a los amantes de la canción criolla. Pero también nos puso en alerta para no permitir que a otra persona se le ocurra atentar, otra vez, contra la canción popular.
Dario Mejia


Melbourne, Australia
dariomejia999@yahoo.com.au



Tumba de Felipe Pinglo Alva

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