lunes, 13 de diciembre de 2010

MARTES 21 DE DICIEMBRE 7 PM. HOMENAJE A FERNANDO ROJAS MOREY . IGLESIA DE LA MERCED - CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina


MARTES 21 DE DICIEMBRE, 2010, 7.00 P.M.

HOMENAJE Y DISTINCIÓN:

FERNANDO ROJAS MOREY, "GUÍA, LUZ Y CAMINO"


PROGRAMA

– RECEPCIÓN, APERTURA Y SALUDO DE BIENVENIDA:

DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
Presidente de Capulí,
Vallejo y su Tierra

CONFERENCISTAS:

CARLOS CASTILLO MENDOZA
EDUARDO GONZÁLEZ VIAÑA
RAMÓN NORIEGA TORERO

– IMPOSICIÓN DE MEDALLA Y ENTREGA DE DIPLOMA:

“GUÍA, LUZ Y CAMINO” A FERNANDO ROJAS MOREY

ALOCUCIÓN:

RP. FERNANDO ROJAS MOREY

ACTUACIÓN MUSICAL:

JARAMI KILLARI "DULCE AMANECER A LA LUZ DE LA LUNA"

CONDUCCIÓN:

MANUEL VEJARANO SÁNCHEZ

Vino de honor

Ágape Vallejo

Ingreso libre

Se agradece su gentil asistencia

MARTES 21 DE DICIEMBRE, 2010, 7.00 P.M.

Salón Capitular. Iglesia de la Merced
Jr. de la Union 621, Cercado de Lima.
Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860

capulivallejoysutierra@hotmail.com
planlector@hotmail.com

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PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA

A SEGUIR ESTOS PASOS SE CONSAGRA


Por Danilo Sánchez Lihón


Si yo hablara todas las lenguas
de los hombres y de los ángeles,
y me faltara el amor,
no sería más que bronce que resuena
y campana que toca.
Si yo tuviera el don de profecías,
conociendo todas las cosas secretas
con toda clase de conocimientos,
y tuviera fe para trasladar los montes,
pero me falta el amor, nada soy.
Si reparto todo lo que poseo
a los pobres
y si entrego hasta mi propio cuerpo
para ser quemado, pero
sin tener amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, servicial
y sin envidia.
No quiere aparentar ni se hace
el importante.
No actúa con bajeza, ni busca
su propio interés.
El amor no se deja llevar por la ira,
sino que olvida las ofensas y perdona.
Nunca se alegra de algo injusto
y siempre le agrada la verdad.
El amor disculpa todo,
todo lo cree,
todo lo espera
y todo lo soporta.
El amor nunca pasará.
San Pablo

1. Continuar esos pasos

Que nuestra especie haya realizado el prodigio de dar concreción a un ser como Jesucristo ya es un hecho asombroso.

Que alguien como él haya sido capaz de darnos una versión del reino de Dios con tanta entrega, luminosidad y compromiso, es estremecedor.

Que haya existido sobre el planeta un hombre de su intensidad, de su hondura, de su pasión, es de por si un milagro.

Si Cristo no encarnara un hecho que se explica desde el plano de lo divino, sagrado y providencial, ya sería por sí mismo un hecho portentoso.

Visto descarnadamente desde lo humano, es inclusive mucho más admirable su proeza.

A seguir esa huella en el suelo y en el cielo, a continuar esos pasos en la superficie de los días y en el alma secreta, a adivinarlo por la vida y por la muerte se consagra el apostolado y el magisterio del Padre Fernando Rojas Morey.


2. Hondura y pasión

Que desde la condición humana se pudiera elevar tanto el espíritu al punto de remontarse más allá de las estrellas, causa maravilla.

Que desde nuestra condición terrena pudiéramos más allá de la vida y la muerte, aspirar al infinito, y horadar la eternidad, causa estupor.

Que desde nuestra mundanalidad se abra el ámbito de lo divino, causa estremecimiento y fascinación.

Que Jesús haya deambulado por esta tierra, por este suelo y que el ambiente de este mundo lo haya rozado, ya es sobrenatural.

Que se haya internado por las regiones de nuestra alma con tal hondura y pasión es conmovedor.

Que un ser tan sublime como él haya estado entre nosotros, ya es asunto que encierra pasmo y turbación.

A seguir esa senda se ha lanzado sin desmayo el padre Fernando Rojas Morey.


3. Documento vivo

Si solo se tratara de una travesía humana la hazaña de Jesús ya sería total y absoluta. Y lloraríamos de emoción de solo ver que alguien se atreviera a intentarla.

Lograda y producida, ¿qué nos embarga? ¿Y mucho más si todo ello es cierto? Y si no lo fuera, cabría anhelarlo que ocurra, hasta dar la vida y morir por ese motivo.

A seguir esas huellas se consagra el padre Fernando Rojas, y con tal pureza, que sentimos estar ante lo santo y deífico.

Porque él ama a Cristo de manera absoluta, raigal y misteriosa. Siempre, a la vez que palpable secreta.

Cuando hace misa la unción, el rigor y solemnidad con que la vive es tan grande, arrobada y sincera, que uno siente que se comunica efectivamente con una presencia divina. Y que esa relación también es de lucha, ardua y sufrida.

Y el fragor es tan auténtico que se cree en él como testimonio, y prueba de que Dios existe. El padre Fernando Rojas es un documento vivo de esa fe.


4. De por sí exultante

Jesús fue hijo adoptivo de un carpintero. Ni siquiera fue hijo legítimo, desde el punto de vista del orden del mundo o de la especie humana.

Fue, en ese sentido, un ser imperfecto si se lo estima desde el orden natural de una familia, dentro de una pareja formada por hombre y mujer.

Su nacimiento, su procedencia y su origen para su familia inmediata estuvieron sembrados de dudas, cavilaciones y sombras.

María estuvo a punto de ser apedreada, por resultar embarazada de quien no era ni su prometido ni su marido. Fue el de Jesús un embarazo oculto. Todo esto es abismal.

Si es que todo lo pensáramos desde el lado común y corriente, desprovistos de toda idea mesiánica, él es un resilente. Y quien siendo así, entonces se elevó muy alto, hasta el infinito, pero desde la marginalidad.

Que el ser humano siendo anejo ocupe después el centro, siendo barro se torne luz que inflama, y no siendo divino se divinice, es de por sí exultante.

A organizar cunas infantiles, comedores populares, instituciones educativas, cooperativas agrarias y muchos otros establecimientos y actividades con fines altruistas, pero a partir de todo desde ese misterio, se dedica el Padre Fernando Rojas.


5. Sabe bien

Pero, era también Jesús hijo ilegítimo de la tierra. Porque ésta no era ni su reino, ni su morada. Ni tuvo aquí siquiera una piedra en la cual reclinar su cabeza, como él lo dejó dicho y señalado.

Sin embargo, aquel hijo adoptivo de la esfera terráquea fue capaz de legitimarse como el máximo en bondad, coherencia y en pureza que por su superficie haya pasado y que ahora ilumina a esa grey.

Él, que era del mundo interior, fue el que más reconoció la belleza del universo externo, de las flores, de los pájaros, del agua y los frutos, de la mies y el aroma de los campos.

Que un hombre de carne y hueso haya levantado tan alto al linaje humano, sin ser la nuestra su condición, y no siendo esta su naturaleza, es para tiritar.

Que no siendo esta su morada, desde aquí haya subido y traspasando más allá de todos los soles y de todas las estrellas, es conmovedor.

A seguir esta verdad se consagra el padre Fernando Rojas Morey sin que en él haya dudas. Porque para él todo en relación a Jesús son verdades. Y él sabe bien y perfectamente por qué las asume.


6. Esa senda

Es inmensa y grandiosa la proeza de la especie humana de tener un Jesús. Y de quienes van valientes y convencidos tras él.

Y miremos lo que aquel hizo por algo que no es suyo. ¡Salvó a toda la humanidad que habita este planeta, ofreciéndole una esperanza que nuestros secos corazones reconocen difícil de creer!

Un marginado, un ser con otro sello u otra estirpe, de quien declaró que este no era su mundo, nos trazó la senda de un mundo posible para nosotros conturbados, aún mejor.

Nos abrió e iluminó una nueva casa. Nos dio la capacidad de mirar la muerte como un tránsito, como un salto hacia adelante. Ha redimido a la humanidad de todas sus miserias.

Le dio el mensaje de que el designio del monte Calvario y de la cruz es redención. A seguir esa senda se dirige íntegro, absoluto e incólume el Padre Fernando Rojas Morey.


7. Prueba de su excelsitud

Nos dio la moral de haber asumido primero todos los padecimientos y agonías; todas las culpas, errores, fracasos y debilidades.

Y nos ha dejado un camino, previéndonos que ese sendero es de abrojos, de renuncias y privaciones.

Pero Jesús no solo es un maestro de fe, un redentor del alma silente, sino que también es un magnífico poeta del lenguaje.

¡Qué belleza y esencia tienen sus palabras, en vocablos, giros y sintaxis!

Quien nos haya dicho cada sentencia con la palabra precisa en relación con la trascendencia de su significado, con la melodía y la cadencia pertinente en función del oyente, prueba de su excelsitud.

Quien nos ha contado aquellas parábolas inusitadas, en fondo y forma, solo explicables y posibles en un ser iluminado, prodigioso y divino, prueba el abismo del cual provenía.

A seguir esas huellas se dedica el padre Fernando Rojas también al hacer poesía y a publicar libros tras libros, como lo hizo Jesús.


8. A partir de su corazón

Como la parábola que Cristo nos contó: de un hijo que se dio cuenta de la fortuna que le pertenecía, no por merecerla sino por la herencia que le correspondía de tener el padre que tenía.

La reclamó y despilfarró. Allí no se dio cuenta de cómo vivía, ni lo que tenía y no tenía; para después disputar su comida con los puercos.

Y año tras año repetir las palabras de perdón y de regreso a los brazos de su padre y del lar nativo: “Padre, pequé contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo...”

Para después ser reconocido como magnánimo y pródigo por la inmensa capacidad de arrepentirse y pedir perdón.

Y otra de una oveja perdida, que para encontrarla el pastor, en noche tenebrosa, deja a todo el rebaño a fin de buscarla. Y la encuentra y este es su gozo estallante: dejar todo por una. ¡Qué majestuosidad y deslumbramiento!

Y el Padre Fernando Rojas nos obsequia también de manera continua apólogos y libros de poesía que él compone con su mano, a partir de su corazón, e insuflado del espíritu que lo anima.


9. Seguir esas huellas

Pero Jesús también era un ser gregario y sociable, quien no faltaba a las reuniones de familia, compartiendo todo con su comunidad.

Y se preocupaba porque hubiera vino en una fiesta. Además, “Tomaba sus copitas”, como me advierte un amigo. “Le gustaba echarse sus tragos”, enfatiza.

Y supo arengar y enfrentarse al poder y optar por una inmolación. Y pese a lo cual su evangelio se ha extendido por el mundo.

Era un ser humano cabal, completo, hecho y derecho. “Un buen cholo”, se entusiasma en precisarlo mi compañero.

Una persona que sabía ser emotiva, sentimental, y candorosa. Quien daba enorme importancia a los afectos.

Cristo no elige como cabeza o cimiento de su iglesia al más inteligente de su grupo, ni al más expresivo o locuaz.

Eligió al menos dotado de todos esos atributos, a Pedro; de pobre intelecto pero inmenso como ser común y corriente, sabio y protector en los afectos.

A seguir esas huellas se consagra el padre Fernando Rojas Morey.


10. Asidos a él

Al elegir a Pedro, Jesús tampoco se inclina por el más fuerte sino por el más simple y sensible.

Se inclina por aquel que está lleno de quebrantos y debilidades. Por quien lo negó tres veces, pero al final de cuentas quien no tuvo dobleces en enmendarse y corregirse.

Por quien llora por todo eso amargamente. Es decir, no elige al más convencido, sino a quien más lucha por su fe, sin descartar lo débiles que somos.

Y en eso tiene el padre Fernando Rojas Morey una mirada amplia, casta y profunda. Es un pastor de almas, un amigo de los niños, un ser virtuoso y honrado como Jesús:

“Que los niños vengan a mí”, decía aquel ser, quien tenía ojos luminosos para con los niños, quienes le inspiraron ternura, arrobamiento, adhesión plena y total.

A seguir esas huellas se consagra el Padre Fernando Rojas Morey, para el bien de todos nosotros, quienes nos abrazaremos fuertemente a él, para entrar al Paraíso.

Texto que puede ser reproducido citando autor y fuente

Teléfonos:

420-3343 y 420-3860

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