miércoles, 21 de julio de 2010

24 DE JULIO. LA BATALLA DE ZARUMILLA. PLAN LECTOR. VOZ Y PODER QUE VIENE DEL PUEBLO. POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

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INSTITUTO DEL LIBRO Y LA LECTURA,


INLEC DEL PERÚ, YCAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA


24 DE JULIO


BATALLA DE ZARUMILLA


PLAN LECTOR,PLIEGOS DE LECTURA


VOZ Y PODER QUE VIENE DEL PUEBLO



Por Danilo Sánchez Lihón


1. Mirándole a los ojos

– Carlos, anda, espanta esas gallinas.

– ¿Cuáles, mamá?

– ¡Esas que están picando el mote!

Corre donde le dice su mamá pero encuentra, ¡oh sorpresa!, que sobre el tendal hay una inmensa culebra que se desenrosca, lo mira y se va enderezando amenazante, su cuerpo lustroso lleno de fintas verdes y amarillas tornasoladas.

Sabe que es de las más grandes y venenosas que hay en el lugar.

Despacio y lentamente sin quitarle los ojos coge una rueca que hay cerca. Y espera en silencio. La culebra está frente a él, se ha erigido lo más que ha podido. Carlos lentamente va levantando el palo y lo sostiene a una altura en que sus nervios puedan reaccionar, si es que el animal salta o se abalanza.

Espera que la culebra se ponga en una posición de costado, de tal modo que si no acierta a darle en la cabeza por lo menos le rompería la columna, evitando que lo ataque.

Espera, sin pestañearle los ojos, con todos los nervios tensos.

2. La madre se asusta

No se mueve un milímetro, con el palo levantado. Tiene apenas cinco años

La culebra se anonada y ligeramente voltea la cabeza instante preciso en que él hace girar sus manos y le asesta un golpe certero.

La culebra se revuelca chicoteándole con la cola hasta hacerlo caer al suelo.

Al punto se pone de pie. Y termina matándola a palazo limpio. Y ahí la deja tirada al lado del tendal.

Y regresa tranquilo.

Pero su madre lo recrimina:

– Cuando se hace el mandado se regresa pronto. ¡Tú te has tardado! Cuando es momento de juego, hijo, se juega. Cuando se está ayudando en la casa, no hay que distraerse.

– Ya mamá.

– ¿Por qué te has demorado tanto?

– Había una culebra que estaba sobre el mote.

– ¿Qué? ¿Culebra, dices? –Se asusta la madre.

3. Yeso fue

– Sí. Estaba sobre el mote.

– ¿Y se ha corrido? ¿dónde está ahora?

– Ahí. La he dejado tirada.

– ¡Dónde!

– Al lado del tendal.

Mirándole espantada la madre corre a ver.

– Y, ¿cómo ha sido?

– La he matado con la rueca. –Dice él, juntando y acomodando la leña.

– ¡A ver! –La mamá fue a comprobar, incrédula, lo que su hijo le decía. Y ahí encuentra al bicho, todavía moviéndose y sangrando.

– ¡Dios Santo! ¡Y la más venenosa! ¿Y, cómo has hecho esto? ¿Tú solito la has matado? ¿Y sin gritar? ¿Sin avisar a nadie? ¿Sin llamar siquiera?

– Sí.

– ¿Pero, qué clase de cholito eres? –Le dijo abrazándole–. ¿Qué irás a ser con esta valentía, hijo de mis entrañas? De seguro ¡General del Ejército del Perú! ¡Eso serás!

Eso le auguró su madre y eso fue lo que se cumplió.

4. La victoria más resonante

Eso precisamente llegó a ser Carlos Miñano Mendocilla.

Y lo mismo hizo en la defensa territorial del Perú: destrozó sobre el mote, sin aspavientos, a varias culebras.

Sobre todo, la más importante y venenosa: la oligarquía de nuestro país enquistada en el ejército, que siempre revive, se enquista en el poder y nos gobierna, de turno en turno, rapaz, voraz y maligna en todo.

Porque él fue el vencedor total de la Batalla de Zarumilla, en el conflicto con el Ecuador el año 1941.

Y puso en jaque a monstruos del poder apátrida. Sin embargo, él era bajito, medía apenas 150 de estatura, trigueño y regordete. Sin embargo llegó a ser entonces el soldado más destacado y querido de nuestra infantería de guerra.

Se enroló como movilizable, en la leva del mes de diciembre del año 1918, presentándose como voluntario en el reclutamiento de ese año. Y, de soldado raso, llegó a ser Espada de Honor de la Escuela Militar de Chorrillos.

Y fue quien comandó, siendo teniente coronel, el Batallón Nº 5 Zarumilla, el 24 de julio del año 1941.

5. Aquella gesta

Obtuvo con esa batalla la victoria más resonante del siglo XX para el arma de la infantería y para el conjunto del Ejército Peruano.

¿Cómo ocurrió aquello? He aquí los hechos:

El año 1940 Ecuador ocupó zonas históricamente peruanas en la frontera norte del país.

El presidente Manuel Prado, sin saber al principio de qué se trataba, ordenó a las Fuerzas Armadas del Perú desalojar esa presencia, para lo cual se formó el Agrupamiento del Norte, al mando del General Eloy Ureta.

En ese contexto se produce la Batalla de Zarumilla que comprende los hechos de armas ocurridos en la zona fronteriza entre los días 23 y 31 de julio del año 1941, que culmina con la ocupación peruana de las provincias de El Oro.

Uno de los actos más destacados de aquella gesta fue el sacrificio del Teniente Coronel FAP Abelardo Quiñones en el combate de Quebrada Seca, ocurrido el 23 de julio de aquel mismo año.

6. Posición inmejorable

A esta contienda se la denomina la Guerra del Petróleo, detrás de la cual estuvieron actuando intereses ingleses y norteamericanos.

Ellos querían el dominio de ese territorio por países que le ofreciesen las mayores ventajas de explotación de aquella riqueza.

La posición del Batallón Nº 5 era inmejorable el día 24 de julio y lo único que faltaba era la orden de ataque.

Se había puesto como límite las dos de la tarde. Si no llegaba hasta esa hora se desistiría de avanzar.

Pero, ¿por qué si era un triunfo seguro?, cavilaba Carlos Miñano Mendocilla.

¿Qué ocurrió mientras tanto en la mesa de negociaciones? Algo raro. Nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero se lo puede deducir.

Las compañías petroleras y sus gobiernos llegaron a acuerdos con el Ecuador y ordenaron al gobierno del Perú ceder esos territorios indudablemente a cambio de prebendas a los títeres de la política y de la milicia.

Eso se colige.

7. Algo muy raro

Carlos Miñano Mendocilla, Jefe del Batallón, en la trinchera miraba cómo avanzaban las agujas de su reloj, ya cerca de las dos de la tarde.

Tenía la radio a su costado y no se produjo ningún timbre de llamada, ni campanazo. A las dos de la tarde tenía que llegar la orden. Y esa orden no llegó.

– Por lo menos han debido decirme que no, para que yo grabe esa orden. Hasta en eso se cuidan y son cobardes. –Habló consigo mismo.

Sus ayudantes de campo miraban su rostro donde no se movió un solo músculo.

La aguja del minutero sobrepasó tres minutos las dos y tres minutos, y no se produjo ninguna orden en la radio.

Para él se corroboraban las sospechas que tenía de que algo muy raro se negociaba en el nivel político: ceder territorios, porque así lo ordenaba una potencia extranjera.

8. Cambió de táctica

Pero él tenía un lema que era: “Decide con la voz del pueblo que viene de abajo, que viene de la tierra. Y con la voz de tu conciencia”.

– ¡Porfirio! –llamó a su ayudante, un cholo de Santiago de Chuco, proveniente de Huayatán, íntegro y valiente, que le cuidaba las espaldas–. ¡No llega la orden! Tú, ¿qué harías como soldado?

– Atacar, mi teniente coronel. –La respuesta fue contundente y no le sorprendió al comandante.

– ¿Aún a costa de tu cabeza? Porque lo único que me queda es el fusilamiento por desacato.

– ¡Aún así, mi teniente coronel! ¡Y yo pondré la mía, al lado de la suya!

¡Ése es el pueblo!, pensó. Corroboraba lo que él sentía. Y eso le bastó a Carlos Miñano Mendocilla. Asumió toda la responsabilidad de tomar por sí mismo la iniciativa del ataque.

– Bueno. –Dijo–. Tampoco me voy a quedar esperando. ¡Atacamos!

Reunió inmediatamente a todos sus jefes. Pero tuvo una intuición, la misma que la tuvo cuando despedazó a la culebra en el tendal con una rueca, aún siendo un niño de apenas cinco años: dejarla mover la cabeza:

– Si es lo que sospecho también deben haber revelado por donde atacaremos.

Por eso cambió totalmente de táctica.

9. ¡Tiene pena de muerte!

– ¡Bien! ¡Vamos a atacar! Pero en vez de hacerlo por el flanco derecho lo haremos por la izquierda.

– ¿Cómo? ¡Mi teniente coronel! Todas las columnas están dispuestas para atacar por la derecha.

– ¡Cambiamos de plan, he dicho! ¡El ataque es por la izquierda, carajo!

El resultado posterior de estos hechos le corroboraron después lo que había sospechado.

Venció y avanzó hasta la provincia de El Oro. Pero pronto fue llamado a una junta de guerra, en Chiclayo donde estaba el Comando Conjunto. Se le susurró al oído: ¡Ya está dictaminada la pena de muerte!

Su batallón hizo una manifestación tajante de adhesión a su jefe e hicieron saber que atacarían guarniciones cercanas de su propio ejército si algo le pasaba a Miñano Mendocilla en Chiclayo.

No fue fusilado. E hizo que se cambiara en parte el curso de la historia.

10. Cualidades de los grandes

Aún así, y pese a que el Perú ganó la guerra se perdieron territorios ricos en Petróleo por la presión de las potencias extranjeras.

De allí que las diversas armas del ejército del Perú le tenían ley.

Cada día de su cumpleaños los batallones de Infantería se apostaban en las calles adyacentes a su casa a manifestarles su saludo, su respaldo y su adhesión.

Y mientras él vivía, el ejército de base le rendía total y plena pleitesía. En la Av. Javier Prado donde quedaba su casa para el día de su cumpleaños el arma de infantería del Perú se enfilaba en las veinte anchas cuadras para que él saliera al balcón y saludara.

Movía el brazo y el ejército del Perú tomaba posición de firmes. Se llevaba enérgicamente la mano al casco o a la visera y presentaban armas. Él volvía a mover el brazo y bajaban.

Era valeroso.

Con esas actitudes había logrado una moral muy alta en el ejército.

Tenía las cualidades de los grandes. Cuando ejercía su don de mando lo ejercía con mucha autoridad.

11. Hombrede base

Sin embargo, su nombre ha sido borrado de la historia oficial del Perú, quizá por esa raigambre popular, telúrica y consecuente con lo andino y el Perú de base, como él la tuvo.

No aparece ni se hace la más mínima alusión ni referencia sobre su persona. Ha desaparecido por completo.

No figura una sola línea acerca de él en la monumental Enciclopedia Ilustrada del Perú de Alberto Tauro del Pino, publicada por la Editorial Peisa y el Diario El Comercio.

Empero, es significativo el monumento que el personal de base de la Guarnición Militar de Tumbes inauguró el 24 de julio de 1987 en su homenaje y a cuyo develamiento él mismo asistiera caminando ayudado de un bastón.

Dice en la placa recordatoria:

“Los oficiales, técnicos, suboficiales y elementos civiles del Glorioso BIM Zarumilla Nº 5, al vencedor de la Batalla de Zarumilla 1941 Teniente Coronel CARLOS MIÑANO MENDOCILLA. 24 de julio de 1987”.

12. Estudio para solucionar los problemas

Todo su ascenso y proeza lo debía a la aplicación y al desvelo por conocer y aprender.

Su sobrino Francisco Salvatierra Miñano, hijo de su hermana, cuenta que era fanático del estudio. Así, cuando él vino a Lima fue a visitarlo, le dijo su tío:

– Bueno, sobrino, ya que conoces la casa cada mes me vas a traer tu libreta de notas. Ya tú sabes: ni quinces ni dieciséis. Los Miñano son de 18 para arriba, casi siempre el 20. Cuidado con venir con menos. Ahí te agarro a patadas y te boto por esa escalera. ¿Has entendido?

– Sí, tío.

– Y vas a venir. Si no yo voy a ir a buscarte. Porque ¿sabes qué, hijo? ¡El estudio es lo más importante en la vida! Y el estudio para solucionar los problemas de nuestro pueblo. ¿Has entendido?

– Sí, tío.

– Y para que veas que no pido lo que no he cumplido, te voy a traer mis libretas de notas.

Y las traía, diciéndole:

13. De soldado raso a Espada de Honor

– Y te voy a dar cien soles por cada nota menor de 18 que tú encuentres en ellas, sea del año que sea, desde la primaria hasta la Ecole Spéciale Militaire de Saint-Cyr, en Francia.

Yo decía: cien soles es buena plata, puedo comprarme con ello una plancha, que necesito para desajar mi ropa. ¡Algún 17 ha de haber! ¡Siquiera uno! Y empecé a revisarlas desde un canto esas libretas, de izquierda a derecha, de arriba abajo. Y hasta las sacudía para que caiga un 17, que pensaba que podía haber escondido en algún pliegue. Boca abajo la ponía. Las volteaba. Nada, eran puros veintes.

Fue así cómo se formó para pasar de soldado raso a Espada de Honor en Chorrillos. Quien había nacido el 22 de noviembre del año 1901, en un lugar campesino muy humilde, cual es la pampa de Muycán de Santiago de Chuco, a unos seis kilómetros del pueblo.

Estudió la Educación Secundaria en el Colegio San Nicolás de Huamachuco, el año 1915. Y en el Instituto Moderno de Trujillo, en los años 1916, 17 y 18.

14. Solo pudo separarlos la muerte

Un año sirvió de soldado raso en el ejército. Y de la Escuela de Clases fue promovido a la Escuela Militar de Chorrillos, donde estudió durante 1922 a 1924, donde fue Espada de Honor, graduándose como Subteniente.

Por ser el primero de su promoción le correspondió estudiar en la Ecole Spéciale Militaire de Saint-Cyr, de Francia, en donde se graduó de Teniente.

Allí desposó a una hermosa mujer, Jeannette Rebsomen, de nacionalidad francesa, rubia y esbelta, con quien se unió y solo pudo separarlos la muerte.

Eran compadres con Manuel A. Odría, quien también tuvo actuación destacada en la Batalla de Zarumilla, fue ascendido a coronel, Jefe del Estado Mayor General del Ejército y quien luego asumió el más alto cargo en el gobierno del Perú, en el año 1948.

Durante el gobierno de Manuel A. Odría, Carlos Miñano Mendocilla fue llamado para ejercer el cargo de Ministro de Agricultura, en 1948. El de Ministro de Guerra, en 1951.

15. Tostar la cancha

Fue director de la Escuela Militar de Chorrillos.

Ya en el régimen constitucional de Manuel Prado fue Senador por Tumbes, entre 1956 y 1962.

Se ha desempeñado como Presidente Vitalicio de la Sociedad Héroes de la Independencia y Defensores de la Patria.

Pero nunca dejó de ser campechano. Cuenta Francisco Salvatierra que cuando le traía su libreta de notas y veía que no habían menores de dieciocho, se ponía alegre y vivaz. Y le decía:

– Hoy día sobrino, como te has portado bien, vamos a cocinar, ¿qué te parece? Yo hago lo más sabroso y difícil, ¡el cashallurto! ¿Te gusta? ¿Ah? ¡Ya ves que sé lo que te gusta! Tú vas a tostar la cancha.

Lo curioso es que ahí mismo sacaba su callana que es muy raro que en Lima alguien la tenga. Y allí tostaban la cancha, mientras seguía hablando:

16. A costa de su propia vida

– ¿Qué te parece? ¿Ah? Y encima voy a sancochar habas y freír ñuñas. ¿Crees que no tengo ñuñas? ¡Me envían habas y ñuñas de Muycán! ¡De nuestra tierra! ¿Quién crees? ¡Tu mamá! ella misma me envía por la agencia.

Eso era Carlos Miñano Mendocilla, un hombre sencillo y, como tal, auténtico.

¿Por qué nos olvidamos de ellos y encumbramos a tantos fantoches de feria?

Cuando yo era niño y estudiaba en mi escuela, y vivía en mi pueblo, la aureola de este héroe era grandiosa.

Ahora ha desaparecido. Lo rememoro aquí no para ensalzar de él sus proezas militares que debemos darlas por superadas entre pueblos civilizados y hermanos.

Lo evoco aquí, emocionado, por su raigambre de hombre de pueblo, honesto e incólume.

Lo evoco aquí por ser aquel que sabe oír la voz popular, atenderla y sublevarse a costa de su propia vida.

17. Una razón y a una fe

¡Porque ése es su significado trascendente!

Su ejemplo es rebelarse, cuando sospechó que las órdenes no eran correctas.

¡Cuando notó que las orientaciones no eran honestas!

¡Por eso debe estar presente como una referencia inolvidable en nuestras vidas!

Su ejemplo y paradigma es la decisión trascendental de: ¿A quienes obedecer?

Dicho de otro modo: ¿Cómo nos orientamos en la realidad actual?

¿Qué intereses hemos de defender? ¿Hemos de es escuchar y acatar la voz de los jerarcas o la emoción auténtica de la comunidad a la cual servimos?

Su trayectoria es la de un hombre que se debe a una razón y a una fe. ¿Cuál es ella? La razón y la fe de su pueblo.

18. Erigirlo como ejemplo

El suyo era el ejército real del Perú telúrico, mítico, ancestral.

Su país era aquel que hay que lograr que sobresalga para vencer todas las batallas y las guerras que la historia nos presente como desafío en el destino del Perú.

No el ejército de las prebendas, medallas, besamanos y mezquindades. Él pertenece al ejército de Grau, de Bolognesi, de Cáceres, de Alfonso Ugarte, de Ramón Zavala, de Leoncio Prado.

Él pertenecía al ejército de los montoneros de la Campaña de la Breña.

Rescatamos en su gesta el sentimiento que viene de abajo, de las profundidades de la tierra, del genio de la raza.

Rescatemos de él su raigambre Chuco, hecha de cultivo de la mente, de la sensibilidad, del esfuerzo, de la constancia y el coraje.

Ojalá que estas líneas sirvan como rendido tributo y que valieran en algo para reivindicarlo. Y de erigirlo como ejemplo.


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