jueves, 1 de abril de 2010

DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO? - POR LUCY MARTÍNEZ ZUZUNAGA

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Jesús del Madero - Nalo

DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?

Por: Lucy Martínez Zuzunaga

Dime Dios, ¿qué significa ser hombre? desde el llanto del recién nacido al gemido culminante, agonizante sentir cotidiano, a manos llenas.

El hombre, pareciera criatura emergente de suelos mundanos, tierra maldita, sin nadie sembrándolo, ni deseándolo, ¿qué hacer con esta raza atribulada?

Recuerdo esa Cruz, Jesús Nazareno, aquella que no elegiste, la asumiste, no con alegría, sino con esa paz que desde el cielo llegaba en sus misterios.

Obediente, sumiso, siervo de tu Padre después de estremecerte, sosegado te entregaste libremente al cáliz del dolor agotando tus últimos amargos sedimentos.

Los hechos de conspiración humana no cayeron sobre ti, Tú los tomaste conociendo no ser maquinación terrena sino porque tu Padre lo designó a viva luz; y Tú Nazareno, con amor cargaste tu Cruz.

Ahora comprendo Cristo amigo, mi firme interrogante, básica y humana, ¿ qué hacer con el dolor abrasador, candente y lacerante sufrir humano?

El sufrimiento no se vence lamentándolo, resistiendo o venciéndolo, es asumiéndolo y comprendiendo que la perfecta liberación no sólo es cargar una Cruz con amor, sino agradecer conscientes que se toma solidariamente el dolor humano, colaborando a esa tarea trascendental de la redención de nuestra humanidad, convencidos de la inmolación de Jesús con la sabiduría que nos viene de Dios.


Cristo autor de mi vida

de la muerte vencedor

que por ansias sin medida

e incomparable dolor

mi muerte aniquilaste

y mi vida rescataste

agradecida soy por tanto amor

mi bendito Redentor.


Fuente:

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Lucy Martínez Zuzunaga