lunes, 6 de julio de 2009

EN EL DÍA DEL MAESTRO - ESCUELA NORMAL MIXTA DE CHIQUIÁN


Por: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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Si nuestro recordado Centro de Formación Magisterial no hubiera sido desactivado por las manos invisibles del desacierto, después de cumplir un corto, pero fructífero período de funcionamiento, estaríamos celebrando su XXXVII Aniversario con una serie de actividades literarias y musicales llenas de colorido, ofrendas florales, actividades deportivas, diplomas y hasta de repente, un monumento en homenaje al Dr. Rubén Barrenechea Núñez, su excelente Director Fundador.

Como todos recordamos, el 29 de junio de 1962 inauguró sus labores académicas, de conformidad a su Ley de creación 13933 del 27 ENE 62, dispositivo legal que promovió nuestro ilustre amauta y parlamentario Guillermo Bracale Ramos, junto a su benefactor hermano Carlos (Senador de la República). Sin lugar a dudas este Centro Profesional Superior, constituyó una revolución sin precedentes en Chiquián en los campos económico, cultural y social, que de ser un apacible pueblo agrícola-ganadero, se convirtió de la noche a la mañana en promotor del desarrollo regional. Impulsó su comercio, incrementó su cultura sin dañar su identidad, y su vida social se vio engalanada por una juventud que se incorporó como elemento interactuante de primer orden en la vida provincial.

Recuerdo como si fuese ayer el primer Proceso de Admisión. Muchos llegaron de los callejones de Huaylas y de Conchucos, algunos de los poblados bolognesinos cercanos y otros tantos de la costa, siendo alojados por la familia chiquiana que les abrió las puertas de sus casas, proporcionándoles su fogón, el agua fresca de pilón y su solidaria mesa con lahuita, pojti, cancha, shinti, queso fresco y papas roqueñas al por mayor; pero sobre todo su cariño sincero, integrándolos al ceno familiar como a un hijo más. A este grupo de jóvenes se le sumaron una decena de paisanos que vieron en el magisterio la profesión ideal para conquistar sus sueños.

Después de los exámenes de ingreso, algunas caritas tristes retornaron a sus lugares de origen para continuar estudiando en pos de un nuevo intento en el año venidero. Los que lograron una vacante celebraron en grande el acontecimiento y no se dejó esperar la pronta llegada de sus familiares desde Huaraz, Huari, Huaytuna, Chavín, Caraz, Yungay, Carhuaz, Recuay, Catac, Aija... Muchas fotos del recuerdo en blanco y negro, nuevos amigos y lo más hermoso, algunos se incorporaron a las familias chiquianas por pertenecer al mismo árbol genealógico, siguiendo este dicho popular 'el que no tiene de inga, tiene de mandinga'.

Con el paso de los días se iniciaron las ansiadas clases en la casa de la familia Robles / Moreno del barrio de Jupash. Ya con los años esta 'Alma Mater' del saber ancashino se trasladó a su local propio en el mirador de Mishay, junto a la naturaleza y más cerca al cielo azul chiquiano. Poco después, el ritmo incesante del conocimiento se vio complementado con una serie de actividades extracurriculares programadas con pundonor e inteligencia por la Planta Académica y Administrativa; todas ellas de profundo sentido cultural, social y deportivo, que todo el pueblo asimiló con cariño y gratitud.

Las obras de teatro, los coros, las veladas, las tardes de fútbol, de basketball y volei, las gymkhanas, las carreras de maratón, las verbenas, kermesses, las fiestas de aniversario, el club de radio y periodismo, los bailes sociales, las excursiones; es decir toda una acuarela de sano esparcimiento para el habitante chiquiano. Asimismo se puso en funcionamiento un internado en una de las propiedades de la familia Núñez / Sánchez, ubicada en el jirón Comercio, a escasos metros de la Plaza de Armas (frente a la tienda de don Juan Alva Romero).

Cierro los ojos y me traslado con el pensamiento al estadio de Jircán entre el 63 y el 67. Años donde tuve el privilegio de estudiar en el Coronel Bolognesi, y veo en el arco al morocho Hernán Carbajulca Norabuena dirigiendo nervioso a sus compañeros, entre ellos al flaco Alcides Alvarado Huertas, al cerebral 'chivo' Landauro, al 'chino' Schereiber, a los hermanos Germán, Javier y Luis Osorio Toledo, a la zurda prodigiosa Juvenal Mariluz Veramendi, al 'pequeño' Manuel Barrón que de dos trancos se tragaba la cancha de canto a canto; es decir un concierto de quechuas parlantes 'togosh petacos' huaracinos y 'michi cancas huarinos', con uno o dos chiquianos de refuerzo. En la explosiva barra de la Escuela Normal, observo sudoroso y trémulo de emoción por una temida derrota del Coronel Bolognesi al oropuquino Miquish Romero Gamarra agitando su bufanda negra como banderín de luto. Con el tiempo se incorporarían otros valerosos jugadores, entre ellos el gringo Ronald Zambrano, cuñado del profesor characato Guillermo Bellido Guzmán y el recordado 'Choclón' César Alcibiades Ortiz Aranda, quien con 'Macollado' Pablo Martín Vásquez Veramendi, constituyen el binomio insignia del deporte chiquiano de todos los tiempos.

En las noches de teatro brillaron con luz propia Fátima Alvarado Campana del cálido Llaclla, las hermanas Wilne y Laura Rueda de la encajonada joya de Aquia, Ausberta Ramírez, la choclonita Alicia Chávez, la lunareja Graciela Montoro de Yungay, Noemí Bolarte Camones, Alicia Pacora Vicuña de Quihuillán, Lochi Reyes García, entre otras seguidoras del dramaturgo William Shakespeare. Tengo aun en mis retinas la escenificación del drama 'Ollantay' con sus personajes: Cusi Coyllur, Piqui Chaqui, Rumi Ñahui, Orco Huaranca, Ima Súmac, Mama Ranra, Huilca Huma, Pachacutec, Tupac Yupanqui, Ollantay, Anco Allin Auqui, Pitu Salla y la bella Coya.

En el canto hizo furor el quinteto 'Las Traviesas' integrado por Luchi Pacora Vicuña, Carmen Escobedo Balarezo, Zoila Ramos Aldave, Fabia Alvarado Montoro y Nelly Rivera Castillo, quienes llevaron sus voces de alondras chiquianas hasta la sierra central (Junín y Pasco). Este singular grupo deleitaba con música variada de todo nuestro querido Perú. Recuerdo sus canciones como: Todos vuelven, Provinciano, Cielo Serrano, Naranjitay, Melgar, Tacna y Carnaval Ayacuchano. Me viene a la memoria, por ejemplo, la exquisita entonación de Dolores:

Quién dice que no existe cariño verdadero,
amor palabra bella, sublime melodía
reluce como estrella si se ama de verdad.
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La realidad suele ser siempre falaz
y la amistad es ficticia y nada más.
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El amor es sincero cuando se tiene madre,
es el querer primero, la amiga de verdad.
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Mentira si se dice que existe amor sin penas,
feliz quien armonice la dicha y el dolor
porque el amor requiere a veces el dinero.
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También asoma nostálgica a mi disco duro la tierna canción de viento e ichu 'Cunumicita', taquirari del compositor boliviano Gilberto Rojas Enríquez, magistralmentre interpretada por este singular quinteto, que con seguridad hasta el lago Titicaca sonreía a la distancia con sus labios de agua dulce.
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Cunumicita linda que tienes
ojos de guapurú,
dame el encanto amada
de tu boquita de achachayrú.
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Cada vez que escuchaba esta canción surcaba mentalmente en tren las ondulantes mesetas de Juliaca junto a los excursionistas Tocho Robles Moreno, su hermano Rubén Dario y la encantadora maestra de artes plásticas Elisa Cossío de Collantes, con quienes compartí una semana de cultura a cielo abierto en el sur andino de nuestro Perú profundo.
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En el volei ni que se diga, todo era encanto, belleza natural, pases, levantes, net, piso de lija, silbato, pelota y mates por doquier. Ver saltar hasta las estrellas para lograr el punto de oro a Olinda Alvarado del caluoroso Llaclla, a Zoila Vásquez Veramendi, Luchi Pacora Vicuña, Fabia Alvarado Montoro, "Lucli" Gamarra Calderón y a Juana Enriqueta Rivera Sam, era la gloria misma con bincha, venda, bombacha y zapatillas blancas, con el infaltable 'pásame la e, pásame la ese, pásame la ce, pásame la u... !qué dice!!! Y siguiendo con la mirada, siempre atento a las jugadas estaba presente en cada partido el popular Roger Julián Rivera Valenzuela, quien nunca se perdió un encuentro deportivo en el acogedor Jircán, por más que su papá Arcadio lo amenazaba con desheredarlo.
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Entre los intelectuales que no dejaban de leer sus libros ni cuadernos a su paso por las calles chiquianas durante los exámenes, tenemos a los alumnos: Jorge Garro Ayala, Armando Ramírez Vicuña, Antonio Angulo, Armando Núñez Jara, Pancho Calderón Jaimes, Romeo Reyes Gamarra, al flaco Tuya, al 'doctor' Villavicencio, al filósofo Popi Romero, 'Chiripita' Alfonso Padilla, Carlos Garay, Chale Rivera, Nelson y Hugo Blanco, Javier Martínez Maguiña, Florencio Quijano, Fidel Dolores, Celestino Mayhuay, Casimiro Rashta, Epifanio Carbajulca, Hernán Fabián, Fernando Cáceres, Alfonso Valderrama, Andrés Celestino, Rubén Padilla, Juan Aranda, los hermanos Orellana, el carismático 'Firmo' primer corre camino andino, Pablo Sánchez, Juan Velásquez, Alejandro Salhuana, Pedro Tafur, Luis montenegro, entre otros formidables alumnos.

Las princesas que deleitaban con su gracia y donaire las pasarelas de Figueredo y Comercio, recuerdo a Elvira Bravo Padilla, Olga Blácido, Ruth Yolanda Noel Bravo, Domitila Romero Gamarra, Silvia Bolarte Sánchez, Jovina Obregón, Virginia Vergara, Natividad Primera de Agocalle, Evelina Atalaya Ramírez, Zoila Cárdenas Balarezo, Mery Romero Romero, Emilia Palacios, Elena Yabar y Ambrosia Gamarra.

Por motivos de memoria y algunas perlas en mis ojos que empañan mi entendimiento, los nombres de tan ilustres alumnos, hoy convertidos en magisterios vivientes que no he mencionado, los guardo en lo más profundo de mi corazón. A las promociones del 68 hasta el cese de la Normal, por razones de mis estudios en Lima, no tuve el honor de verlos desarrollarse como estudiantes; entre ellos a connotados compañeros del Coronel Bolognesi, como mis primos Eduardo 'Fraca' Dextre Balarezo y Juvilio Eulalio Alvarado Aldave, dignos ejemplos de la nueva generación de maestros Chiquianos.

¿Pero quienes fueron los que forjaron excelentes maestros en las aulas de la Escuela Normal?.
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Creo que todos los conocemos y los recordamos con eterna gratitud, pues fueron los nuevos CRISTOS que día a día alimentaron a los futuros MAESTROS con la hostia sagrada del saber.

Cómo no recordar a nuestro afamado escritor el Doctor Rubén Barrenechea Núñez, ilustre por más de un concepto, quien desde el día de la inauguración se puso la camiseta de apóstol del aprendizaje serio y productivo en todos los campos del quehacer académico, convirtiéndose día a día en hermano, padre y amigo, no solamente de los alumnos, sino también de los catedráticos y trabajadores administrativos; siempre enseñando con el ejemplo, cuya tesonera labor de líder, escuchábamos los estudiantes secundarios de boca de sus propios alumnos, de nuestros profesores y padres de familia; es decir, todo Chiquián siempre supo de sus logros en bien de la educación. Lástima que estuvo poco tiempo como Director, ya que tuvo que venir a Lima a integrarse a las ligas mayores de su profesión.

Ni qué hablar de los catedráticos Pablo Vásquez Ibarra, Nicanor Cerrate Valenzuela y Eleodoro Gamarra Salinas, los tres mosqueteros chiquianos que con sus espadas relucientes de conocimiento, estaban permanentemente prestos a cortar de cuajo la ignorancia para impulsar la educación. Muchos fueron los elegidos, pero sólo tres fueron los escogidos de entre un número considerable de excelentes maestros primarios.

¿Fue un reto para los tres?, ¡claro que sí!, no cabe duda alguna ya que fueron honrados para forjar MAESTROS, divina tarea que unos cuantos ostentan, pues en sus manos prácticamente quedó cifrada la educación en Ancash, y que hoy al haber transcurrido 37 años, con orgullo podemos gritar a todo pulmón
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!TAREA CUMPLIDA ILUSTRES AMAUTAS CHIQUIANOS!
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También entregaron su corazón con entusiasmo y sacrificio a toda prueba el Director Próspero Beltrán Arbizú y los excelentes catedráticos Arsenio Hervacio Cebreros, Manuel Aquino Valverde, Digno Malpartida Toribio, Macario Menacho, Domitila Palacios, Eusebio Maguiña, Manuel Orduña, Deciderio Angeles, Norka Alvarado, Marcos Linares Pérez, Aurelio Shereiber, Fortunata León Gamarra, Claudio Córdova Guimarey, Alfredo Castañeda Horna y Orlando Ñato.

Del mismo modo jugó un rol importante la Planta Administrativa integrada por don Alfredo Romero Valenzuela, Juan Roque Dextre, Antonio Zúñiga Flores, Abilio Jara, Martha Alvarado Romero, quien pese a ser muy joven se constituyó en una pieza fundamental de apoyo al proceso educativo; y don Gregorio Padilla Toro, siempre atento a cualquier requerimiento logístico de la Dirección, de los catedráticos y alumnos en general que veían en él a un verdadero padre.

Todos ellos funcionaron como engranajes de una maquinaria del saber perfectamente afinada, ubicando a la Escuela Normal Mixta de Chiquián a la vanguardia de otras de su género a escala nacional.

Mi homenaje a los maestros graduados en la Escuela Normal de Chiquián, para quienes educar es una profesión de fe y una irrenunciable vocación de servicio. Quienes sabiendo que las condiciones de vida de la carrera del magisterio peruano son extremadamente duras, la abrazan con espíritu solidario. Para finalizar, deseo invitarte a leer uno de los poemas más hermosos de Rudyard Kipling, se trata del espejo en el que debemos mirarnos todos sin excepción, como sí lo hacen los MAESTROS:

SI

Si la obra de tu vida puedes ver destrozada
y sin decir palabra volverla a comenzar
o perder en un día la ganancia de ciento
sin un gesto ni un suspiro.....

Si puedes ser amante y no estar loco de amor;
si consigues ser tierno sin dejar de ser fuerte;
y sintiéndote odiado, sin odiar a la vez,
luchar y defenderte......
Si puedes seguir digno aunque seas popular;
si logras ser del pueblo y, a la vez aconsejar a los reyes
y a todos tus amigos amar como un hermano,
sin que ninguno te absorba.......

Si sabes meditar, observar, conocer
sin llegar a ser nunca destructor o escéptico;
soñar, mas no dejar que el sueño te domine; pensar,
y no ser sólo pensador......
Si puedes ser severo sin llegar a la cólera;
si logras ser audaz sin pecar de imprudente;
si consigues ser bueno y alcanzas a ser sabio,
sin ser moralista y pedante...

Si conquistas el triunfo después de la derrota,
y acoges serenamente esas dos mentiras;
si puedes conservar tu valor, tu cabeza,
cuando los otros la pierden...

Los reyes y los dioses, el triunfo y la victoria
serán ya para siempre tus sumisos esclavos,
y lo que vale más que la gloria y los reyes:
SERÁS TODO UN HOMBRE, HIJO MIO.
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