lunes, 2 de marzo de 2009

EL TORO NEGRO - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)

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EL TORO NEGRO

Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)



Es medianoche, la Luna alumbra la Puna, de repente:

- ¡Muere perro, muere cholo…!

El grito del abigeo rompe la calma, resonando en los picachos del glaciar Tucu Chira, seguido de duros golpes de látigo que rebotan en los peñascos, perdiéndose en la oscuridad.

Desde el fondo del corral, apretujados como un puño, la manada observa la muerte del pastor y del perro guardián.

Junto a la choza un asno gris soba su cola en la pirca; es señal de muerte con aguacero.

- ¡Arre, arre, arre...!

El abigeo arrea el ganado que sale trotando y empiezan su lento ascenso por la rugosa senda de aceradas cornisas. A su paso las piedrecillas caen por la pendiente.
y


Por la “mente” del único toro negro de la manada, pasan imágenes del generoso pastor brindándole alimento, mientras acelera el paso abriéndose camino con disimulo y se pone a la cabeza del grupo.

Ya falta poco para coronar la cumbre del roquedal y siente que la sangre bulle a borbotones en sus venas.



El viento sopla fuerte en los riscos calvos, silbando con el ichu que se va cubriendo de escarcha.

- ¡Arre, arre! -grita el abigeo y se para al borde del peñasco.

El toro negro aprovecha la oportunidad y se acerca al abigeo resoplando con la cabeza gacha, ocultando su ira. Detiene su marcha a corta distancia. Ya lo tiene centrado. No hay escapatoria para el asesino. Escarba el piso con sus patas delanteras, muge potente y embiste, cayendo ambos al abismo.


Las demás reses lo siguen, y también se precipitan al vacío envueltos en un estruendo ensordecedor. A los segundos el silencio vuelve a reinar en la Puna, y el cielo empieza a llorar lágrimas… el augurio del asno se ha cumplido.


A la distancia, oculto en el serpentín de Incahuaganga, la baranda de un viejo camión espera la carga que nunca llevará.

Huaraz, DIC 1981



Fuente:

RELATOS CAMPESINOS - Bodas de Oro del Colegio Nacional Coronel Bolognesi - 2007 - NAB

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