viernes, 20 de febrero de 2009

UNA ROSA BLANCA PARA MAMÁ

"Cuando una Madre muere, una espina hiere los ojos de sus hijos y brotan puquiales que riegan sus almas hasta el final del camino. Nalo 20 FEB 2002".




DESDE TU TUMBA NO PUEDO YO SABERLO

Cuéntame del cielo mamita querida;
dime, qué sientes allí, junto a Dios,
pues mis pupilas son nubes
a punto de zozobrar.

Sé que donde estás te cuidan angelitos,
son pastores de caritas pispadas,
con alitas de pichuichanca
y corazones de trovador.

Dicen que allá tres estaciones no existen;
no hay verano, otoño, ni invierno
que todo el tiempo es primavera
y reina la paz en el Edén.

Háblame de tus compañeritas de estudio;
dicen que juegan con ollitas de barro
donde abrigan nuestros sueños
en fogones plenos de amor.

Dime si hay hambre y sed como en la Tierra;
cuéntame si es verdad lo que dicen de Él
pues desde tu tumba no puedo saberlo
y a través del cielo gris nada se ve.

Nalo - Lima, 20 FEB 2003

MADRE

En tus ojos fulguran las estrellas
que nos alumbran paso a paso
por los oscuros senderos
de la vida...

De tus manos vuelan ángeles
que velan nuestros sueños
convirtiendo fantasías
en realidades.

Brota de tu alma el canto
y la melodía humilde
de los puquiales
y la quena.

Pan de trigo recién segado
que alimenta día a día
el espíritu telúrico
de tus hijos.

Hilandera de amor maternal,
rueca de fe y esperanza
que brinda calor filial
al corazón.

Surco regado con lágrimas,
llanto de maíz maduro
del que destila
la chicha.

Linda cholita, ojos de capulí
que la Mano Divina pintó
en el lienzo blanco
del amor.

Espejo azul caído del cielo
donde los rayos del Sol
el rostro de Dios
reflejan.

Beso celestial como la brisa
que borra los lamentos
haciendo renacer
la risa.

Ante ti desfallecen las flores,
la luz se hace penumbra
el trueno se ahoga
y callan los trinos.

Gracias por darnos tus alas
para volar cielos lejanos
y por amar a tus nietos
como a tus hijos.

Nalo, Paris OCT 1984



“Llevando en su regazo a su niño moribundo, una Madre se abrió paso por un sendero alfombrado de escarcha, dejando en cada tropezón jirones de sus llanques rotos. Cuando subía una colina con sus pies sangrantes, vio opacas las pupilas de su hijo. Acercó el oído a su carita y sintió que ya no respiraba, pero ella siguió corriendo y corriendo, oprimiéndolo contra su pecho para darle calor. Cuando ya faltaban pocos metros para coronar la cima y descender al pueblo, la tormenta batió sus trenzas como alas y se elevó al cielo con su niño muerto”.

Una Madre es capaz de hacer lo imposible por su hijo, de ahí que cuando un hijo sale de noche o no llega hasta muy tarde, se pone inquieta y no pega una pestañeada hasta verlo y besarlo. Después continúa velando su sueño con sus oraciones.

Este breve relato es un modesto homenaje a todas las madres que noche tras noche velaron y velan nuestros sueños con la única satisfacción de vernos crecer felices. Elevo mis oraciones porque mi mamá este contenta en el cielo junto a sus maestras, amigas y familiares. Los que tienen a su lado a su mamita, ámenla cada segundo, es la mejor medicina para la felicidad.

No debemos olvidar que los años vuelan con ligeras alas que el tiempo impulsa sin cesar, como la tarde se lleva lo que nos dio la mañana al compás de las 12 campanadas de la vida; mientras tanto, sigamos sembrando amor en los corazones amigos y plantando raíces fuertes en nuestra tierra, para oír su voz que siempre será nuestra palabra, también nuestra oración.t


Tereza Jesús Balarezo de Alvarado - 20 NOV 1928 / 20 FEB 2002

Te amamos mucho Jeshu: tu esposo Armando, tus hijos Mirtha, Nalo, Felipe, Caty y Edy; tus nietos, bisnietos,sobrinos y familiares.