viernes, 16 de enero de 2009

AMINA RAYO DE ALDAVE


Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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Chiquián Cultura
Premio Música e Intérpretes
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Nació en Chiquián el viernes 21 de junio de 1937, fruto del amor de los esposos Simón Rayo y María Minaya de Rayo. Sus estudios los realizó en Chiquián y Lima. Contrajo nupcias con el joven maestro, músico y compositor Alejandro Aldave Montoro, de cuyo vínculo que floreció del arte musical que ambos profesaban, llegaron al mundo José, María, Simón, Jesús y Hugo.

Se desempeñó como maestra en Pomapata, Llamac, Chiquián y Lima, lugares donde cultivó en sus alumnos el amor por la música y el canto a través de coros polifónicos que ella personalmente promovía, organizaba y dirigía. La maestra Amina, además de cantar fue una virtuosa de la mandolina, ídem del acordeón y la guitarra, participando en diferentes actividades como integrante de grupos musicales en Chiquián y con el conjunto “Sinfonía del Hogar” de la familia Aldave-Rayo, en Lima. Compuso canciones con su esposo Alejandro, entre las que destaca el Himno al colegio Perú-Japón, que cada lunes a las 8 de la mañana le rinde homenaje entonando su creación.

Está registrado en el acervo escrito de “Espejito del cielo” que un día lluvioso de 1963, ante la mirada incrédula de un grupo de notables apostados bajo los umbrales de la plaza de armas de Chiquián, el Centro Filarmónico “Juan Sánchez Dulanto”, fundado el 6 de julio de 1962, partió hacia Lima para grabar discos en el sello Smith, gracias a la apertura del director del programa radial “Sol de los andes” don Luis Pizarro Cerrón. El Centro estuvo presidido por el maestro Alejandro Yabar Alva; su director Alejandro Aldave Montoro (acordeón), Carlos Alvarado Aldave (arpa), Valerio, Saturnino y Juan Jaimes (violín), Julio Carhuachín y Felipe Ramírez (mandolina), Eva Alvarado Palacios y Amina Rayo de Aldave (cantantes). Después participaron de una actividad pro-construcción del local del Club Chiquián en los salones del Centro Social Huancavelica, llenando de embeleso el corazón de los asistentes. Su consagración definitiva llegó con los discos conteniendo las 4 canciones interpretadas: entre ellas de grata recordación: “En las faldas de Cochapata hay una rosa por cultivar, yo no la riego ni la cultivo porque esa rosa no es para mí..”. También: “Tierra hermosa de Chiquián, eres un paraíso, con tu paisaje primaveral, eres muy admirada..”. Esta hazaña discográfica sin precedentes en una época tal difícil para los provincianos, se constituyó desde ese entonces en la señal luminosa que alumbra el camino de las nuevas generaciones.


El 25 de junio de 1995, a los pocos días de haber cumplido 58 años de edad la Maestra Amina Rayo emprendió el Viaje Eterno, dejando un profundo dolor en la familia chiquiana y como legado: su música, sus canciones y el ejemplo de magisterio viviente que flamea como llama votiva en el corazón de sus alumnos y colegas de aula.