lunes, 1 de diciembre de 2014

HA MUERTO UN ANCASHINO ADMIRABLE: ARNULFO MORENO RAVELO




El Sepelio de nuestro hermano ARNULFO MORENO RAVELO, será a las 11 de la mañana de hoy lunes 1 de diciembre en el cementerio Jardines de la Paz de LURÍN ( km. 32.5 de la carrtera Panamericana Sur). 

Nalo

Fuente:

Poetas ancashinos Norka Bríos Ramos y Danilo Barrón Pastor 


RECUERDOS


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ARNULFO MORENO RAVELO:

EN EL AZULINO VERDE PASTIZAL DE LA MAÑANA 

 Carlos Garrido Chalén 

Herbert Marcuse, repitiendo a Freud, decía que la historia del hombre, es la historia de su represión; que es la cultura la que restringe no sólo su existencia social, sino también la biológica, y no sólo partes del ser humano, sino su estructura instintiva en sí misma; pero que, sin embargo, tal restricción es la precondición esencial del progreso. Para el autor alemán, que tuvo a Husserl y a Heidegger como maestros en Brisgovia, aplicando la fenomenología a las cuestiones ontológicas e indagando sobre el ser en sí mismo, después de Hegel, el Eros incontrolado es tan fatal como su mortal contrapartida: el instinto de la muerte.

Marcuse sostenía en su obra “Eros y civilización” que las fuerzas destructivas del Eros, provienen del hecho de que aspira a una satisfacción que la cultura no puede permitir: la gratificación como tal, como un fin en sí misma, en cualquier momento; y que por esa razón los instintos deben ser desviados de su meta, inhibidos en sus miras. La civilización empieza, según él, cuando el objetivo primario, o sea la satisfacción integral de las necesidades, es efectivamente abandonado.

El abogado, poeta y escritor pallasquino Arnulfo Moreno Ravelo, no cree como Marcuse, que los impulsos animales se transformen siempre en instinto humanos bajo la influencia de la realidad externa. En su obra “La aurora natural”, que es un ensayo prodigioso del naturalismo expresivo que él mismo ha inventado, no entra a las disquisiciones metapsicológicas que atormentaron al pensador alemán, pero en sus “entreabiertas burbujas sueltas teñidas de arrebol”, logra sin querer demostrar que los instintos del hombre están a favor su naturaleza antes de que la cultura los mimetice y transforme y también los reprima.Para Moreno Ravelo, “la vida, sólo es un color licuado de arte”, enfrentando “los duros contratiempos del rayado destino” (“el amarillo contenido del trigo partido, esparcido debajo de la sombra”, “cuando repintando el alba, en cada rayo se agranda la esperanza”.

En su obra monumental, de la que podrían salir diez libros sucesivos más “como una sombra alargada de abismo”(“sobre la nitidez de la mañana quisiera escribir mi deseo de amarte y acariciar la brisa con las manos encrespadas del tamaño del mundo”)(ahora que “el sol ha hecho su tiempo circular de ausencia), el ancashino nos abruma con esa voluntad de entregarse sin devaneos a la generosa descripción de una naturaleza que está allí, a tiro de piedra, al alcance de todos, pero que sólo personas sensibles como él, logran describir, con la luminosa aquiescencia de un poeta genuino.

“Como un libro abierto en la tierra sembrada”, Moreno Ravelo nos lleva hacia límites impredecibles, aunque a veces “en el grosor del silencio, rayado al borde de la luz de aurora, se va parchado de sufrimiento al precipicio” y “en la última cuadra diseñada del olvido” aquieta su emoción “en el completo cero de la nada”, “como péndulo de campana sobre la cuesta dolorosa de la tierra”, “como un camino fallecido a la distancia”.

En “Aurora Natural” un ensayo poético, que coloca a la naturaleza como principal protagonista, no hay “esa luz apagada de cementerio que termina en el fondo del abismo”, sino un amor “levantando el estallido del ajuste”, por los colores y las formas de la vida que se percibe en el cielo y en la tierra, en “el empezar del color manuscrito de la rosa”.

“Como un abierto mundo en una herida”, el poeta va a sus fuentes de inspiración, con absoluta dignidad, a veces “sin advertir la insonoridad del ruido”(“mientras por sobre los surcos del rostro envejecido, en color de tempestad se descuelga la paciencia”, “la benevolencia nublada del viento”, ”el sol de plata mirando de costado dispuesto a hundirse en el aire frio de la cumbre”) o que “una luz violeta de tono apagado endurece la voluntad de las cosas” positivas.

“En donde la luz coagula como una lágrima de cristal” “tantas bocabajadas alegrías” el poeta y escritor, abogado por añadidura, observa “por la rendija de la puerta del día” esa alborada “volteada de luz” que “besa el alba” aunque gima la tierra y las nubes tomen distancia con la vida y termine “desmoronándose de universo” y “el cielo desatándose” de dudas.

Moreno Ravelo sabe su oficio, y por eso puede ver con los ojos del alma, “las aberturas del cielo, dilatándose en sus lumbreras y en el cóncavo asombro” de su canto.(“delicadamente cincelado de una prudente y sincera eternidad”, allí donde “el firmamento cuelga como una gota de agua seca” y “el despuntado amanecer asciende y desciende desbocado y regañón”, inmotivado.).

Cuando él dice: “la luna alejadamente voló hecho un cristal de plata destruida. Esa abandonada paciencia de caminos” “como un cubo inclinado en la lejanía, sostenido en el deletreado ángulo del tiempo” o cuando describe “las amplias oscuridades de contratiempo, cubriendo irremediablemente los cerros desganados” (“cuando se impone el instinto, los caminos no comienzan ni terminan”), no es empujarnos disimuladamente (“de abierta rosa se perfuma la sombra) adonde “la anónima oscuridad no llega, sino mostrarnos su visión de profeta y peregrino (“te das cuenta, que te hace falta un paso menos de retroceso en la mirada”, ”calando hasta el escapado profundo se riega de frío el sabor amargo”, “delgado de amo”, sobre “el vacío en redondel del miedo”, “envuelto de olor a incienso de un domingo”, “enmudecido de lejanía, en voltereta de horizonte”” la tarde va cayendo a plomo sobre el lomo de la horizontal tristeza”).

Arnulfo Moreno Ravelo sabe “agujerear la forjadura del pasado” y que “batiendo su destello de hoja al aire perdido de cuesta se llega al firmamento” y en “puntillas de aurora”, “vestido de vida” “cargado de viento” “aprovechando la exterioridad soltada de alguna empezada partitura” se deslinda “desclavado de amanecida”, para mostrarnos “la profundidad del firmamento” (“rascando el blanco cerezo del cielo”), esa “cristalina casa del alba” – “tendida el agua”, “la luna arrimada a un costado de la altura” - en la que la “luz descollada de aurora se define.(“nada ha demostrado la contrariedad del polinomio, menos la sepultura del factor recuerdo”).

Y “en las entradas y salidas” de esa travesía, - “en la sensación del resultado” -“rodando por la fría oquedad de los salientes”, “removiendo el aire bajo el puente”, “asomado al centro del reencuentro”, él –“teñido de retirada” -define los contornos vivenciales de una literatura noble, permisiva que se nutre de la propia vida ( no importa que “sobre la sequedad de los campos estén distantemente desunidos los abismos”; y que “como un oloroso membrillo de antigua planta”, “el sol bruña las ennegrecidas piedras, penetre en los escarpados cerros y repose en las faldas de las cumbres que se elevan hasta el cielo”). No importa que “las ideas se enreden con el viento” y “encorve de azul el firmamento”. 

Fuente: 

ARNULFO MORENO RAVELO: EN EL AZULINO VERDE PASTIZAL DE LA MAÑANA 

LIBRO "LA MONTAÑA DEL JURAMENTO" DE CARLOS GARRIDO CHALEN 






HERMANO DE LA PLUMA:  

ARNULFO MORENO RAVELO




Por Julio Oliverá Oré 

Una franja de senda se abre paso por entre la pizarra, atraviesa Chuquique y conduce a Tauca (Kakia), por esta entrada el hombre se resbala por la pendiente de las calles al centro de la población. Apiñada y repleta están las casas. Un inusitado movimiento anuncia la actividad del agro por las mañanas. Huachuspiña, Conculay Quisuarball, Parga, Asumachay y Huamapara son las campiñas de Tauca que ofrendan su sonrisa cascabelera y desairosa. Más abajo un clima tibio ofrece sus galas de balneario y estampas como las de Llactabamba, Tiñayoc, Hualalay, Quichua y Matibamba dán a Tauca con su vegetación barroca y sus praderas floridas, un gusto renacentista. El alfalfar absorbe las praderas y sus flores de azul-violeta se extienden como brochazos sobre un campo de arcilla amarilla. Por el cerro de Angollca las minas de plata ceban la ambición y la fantasía.

Aqui nace el 15 de agosto Arnulfo Moreno Ravelo el año de 1940, donde empieza a estudiar pasando a Cabana para concluir la Secundaria, despues Lima, a las Universidades de San Marcos y La Villareal, obteniendo titulos de abogado y graduado en Ciencias Administrativas. Aqui  en este parnaso del amor pasa su primera infancia. El idilio tiene la efusion del campo y el perfume de las flores. Por Parga los recodos anidan recuerdos y ponen hitos a la aventura.

La riqueza de las campiñas y el sabor artístico del pueblo está representado en su templo. El arte colonial agotó los recursos barrocos y erigió altares soberbios cargados de ornamentos inverosímiles, de volutas que se esfuman como esencias, de adornos quintaesenciados, de columnas esbeltas transidas de una ebriedad mística y otras cargadas de racimos de uva, grávidas y apasionadas. Los artistas vaciaron su fantasía y captaron la emoción del pueblo para plasmarlo en su templo. De aquí los ábacos llanos y severos del arte dórico o los remilgados y estilizados del corintio y gótico, capiteles, bazas y cenefas de ornamentación bizantina donde la imaginación se pierde, estrías de pilastras pulidas con pan de oro y tallados con lujo, frisos de alto y bajo relieve con motivos arabescos engastados entre arbitrales griegos y cornisas árabes, jambas, molduras y cenefas de oro que irradian vivos fulgores. Rejas toledanas de tipo renacimiento y ventanales con barrotes de madera tallada o esculpida; arcones esmaltados, relicarios de concha y carey; cálices, custodias y candelabros elegantes con incrustaciones de piedras preciosas tallados en el oro y la plata de la región; palios y casullas de seda y oro donde el arte se ha esmerado y agotado sus recursos y en los que enhebró la mujer tauquina su pasión angelical y su fe cristiana.

El púlpito de madera donde no hay una pulgada libre de talla o de motivo decorativo es el orgullo del pueblo y reliquia nacional. El artista se ha esmerado y su fantasía se ha excedido en el portento de la obra; la imaginación apenas puede seguir la prodigalidad decorativa. El oro burilado en el púlpito aumenta el fausto de la obra y excita la ambición de los extraños.

En Tauca la manzana es una planta silvestre. Los montes se repliegan en los ceros o se cuajan en las acequias o junto a los cercos de los corrales, abunda en los huertos y hasta invade el patio de las alquerías. Una fragancia de fruta aroma el ambiente. Y las gacelas de la campiña dulces y sonrosadas como unas manzanas llevan a los mercados vecinos su mercadería y el garbo de su belleza lozana y turbadora. Este caso singular de hermosura tenia que generar bardos y romances y por fuerza una música y una poesía romántica. El campo poblado de cadencias incitó a la aventura y las pasiones tenían que incursionar por el verso y la melodía. Y la mujer como un ángel o una vestal fue endiosada y venerada la campiña como un templo le ofreció el escenario de las sombras de sus montes o el furtivo recodo de sus caminos para dar a florecer una promesa o un beso. Es aqui donde Arnulfo pisa con sus versos este paisaje efusivo de su tierra brindadonos casi toda su produccion, que le han servido para ser reconocido, galardoneado y premiado por asociaciones nacionales e internacionales. Miembro de la Anea, del Ateneo Andino de muchas asociaciones cultruraes y directivo como en la Casa del Poeta Peruano. Distingudo con Los Laureles Poeticos Cesar Vallejo y es declarado Hijo Ilustre de la Provincia de Pallasca.
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Fuente: 

HOyC.


Mi foto
Carlos Ramirez Cuentas
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IMÁGENES DEL RECUERDO


Álbum: Nalo Alvarado Balarezo
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Chiquián


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Huari



Lima

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PARTE DE LA OBRA ESCRITA DE ARNULFO MORENO RAVELO


Fuente:

Casa del Poeta Peruano

Joan Viva

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Edición de la Entrada: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)


REYDA ALVARADO: CHIQUIANITA BELLA MUJER

JUDITH BALAREZO - LINDA CHIQUIANA

NIEVES ALVARADO

RITMO ANDINO DE HUASTA

La casa vieja - Nieves Alvarado

Hualín Aldave Palacios

ORQUESTA RITMO ANDINO DE HUASTA

Oswaldo Pardo Loarte

Chiquián - Marco Calderón Ríos

BANDA DE LLIPA

LUIS PARDO, EN LA VOZ DE CARLOS ORO

WET - COMO QUIEN PIERDE UNA ESTRELLA

WET - NO PUEDO ARRANCARTE DE MÍ

WET - BUENOS DÍAS TRISTEZA

WET - DÓNDE ESTARÁ MIPRIMAVERA

WET - LUNA DE MIEL

WET - DONDE ESTÉS