viernes, 16 de julio de 2010

LAS PANDILLAS AZOTAN LA SOCIEDAD PERUANA - PUBLICADO POR TIEMPO NUEVO AÑO 2 Nº 83

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LAS PANDILLAS AZOTAN LA SOCIEDAD PERUANA

Por Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara

Uno de los problemas más serios que azotan al Perú, y en especial a su capital Lima, son los causados por las pandillas. Acerca de las decenas de estos grupos de desadaptados que azotan la ciudad –fenómeno similar al que ocurre en otros países de América Latina- vale la pena echar una mirada a lo que escribe Jorge Yeshayahu, desde New York, en “La Diáspora Peruana”.

Enfoca los factores psico-sociales y señala : “Las pandillas han dejado de ser un problema exclusivo del centro de la ciudad. El incremento de las pandillas puede ser atribuido al ambiente que rodea a los niños física, mental, social y familiarmente. Un reciente reporte estima 532 pandillas en el Perú, y aproximadamente 9.129 pandilleros entre las edades de 9 a 36 años. Las pandillas suelen ser grupos de personas que tienen ideas o pensamientos en común y que se reúnen, para convivir, y hablar de algún tema agradable, como hasta cometer casos violentos. El jefe, de la pandilla representa la estructura de poder-autoridad, y los integrantes, constituyen la parte esencial de la familia. La violencia que incurren los pandilleros resulta en la golpiza, la cárcel o la muerte. La pandilla se desarrolla a través de un código de lealtad al jefe de la pandilla, a la simbología de la pandilla que representa la identidad de los pandilleros, y es el santuario que los acoge.

El distrito residencial de San Borja registra una fuerte presencia de pandillas. La contraparte es el distrito de Comas, en el cono norte, donde existen 40 pandillas. Una pandilla comúnmente es un grupo de personas que sienten una relación cercana, o íntima e intensa entre ellos, por lo cual suelen tener una amistad o interacción cercana con ideales o ideología o filosofía común entre los miembros; hecho que les lleva a realizar actividades en grupo, que puede ir desde salir de fiesta en grupo hasta realizar actividades violentas.

Las pandillas criminales callejeras han evolucionado hasta el punto de crear amenaza a la seguridad pública y privada tanto en vecindarios, áreas metropolitanas, naciones y en las zonas fronterizas. Las pandillas—conocidas como maras, gangas —no son sólo pandillas callejeras sino que se han transformado a través de tres generaciones debido a sus interacciones con otras pandillas y organizaciones transnacionales de crimen organizado, por ejemplo los carteles de narcotráfico , en complejas redes de amenazas. En el Perú las pandillas se han convertido en una amenaza social, la venta de droga callejera, la extorción, el robo y venta de vehículos robados, venta de documentos falsos o robados, y los ajustes de cuenta por el control de territorios para las actividades criminales, (venta y tráfico de drogas y armas). Mientras que las pandillas callejeras son generalmente vistas como preocupaciones criminales menores con grados variantes de sofisticación y alcance, algunas pandillas han evolucionado o se han transformado en entidades potencialmente más peligrosas. En muchas ciudades alrededor del mundo, especialmente en las zonas pobres carentes de leyes y con gobiernos débiles, la inseguridad e inestabilidad dominan a los grupos armados organizados: las maras, gangas o pandillas son las que reinan

La Pandilla en el Perú

El término pandilla suele tener especialmente connotaciones negativas, ya que su uso comúnmente se refiere para indicar a grupos, bandas o tribus urbanas que habitualmente realizan acciones violentas contra otras personas. Algunas formas de clasificar a una pandilla son las siguientes: pandillas culturales, cuyo fin es únicamente de "honor" y camaradería, y las pandillas industriales cuyos fines son por lo general ilícitos y van desde la violencia, el narcotráfico hasta asesinato y otras actividades más.

Los pandilleros típicamente son jóvenes de entre 13 y 21 años de edad. A la mayoría no le ha ido bien en la escuela y muchos hasta han abandonado sus estudios antes de terminarlos. A menudo tienen familiares que han estado en las pandillas. Usualmente los jóvenes más involucrados en la pandilla tienen historial de estar sin supervisión adulta diariamente por largos periodos de tiempo desde una temprana edad. Estos jóvenes se unen a las pandillas en busca de aceptación, compañía, reconocimiento y el sentimiento de pertenecer.

Cada miembro de estos grupos, generalmente se involucra con el mismo, partiendo de la necesidad inherente de todos los seres humanos de sentirse identificados socialmente. En tal sentido, la carencia afectiva y las necesidades de recursos básicos, terminan por agrupar a dichos individuos. Uno de los casos más interesantes, en cuanto a resocialización, son aquellas que guardan relación con los diferentes grupos religiosos.

La diversidad de pandillas en la desintegración social de la familia

Las pandillas de barrio: son las agrupaciones que actúan en su barrio, sus miembros se dedican exclusivamente al guerreo con pandillas aledañas a su zona o barrio para sentirse superiores.

Las de barra brava: es una de las más notorias por la violencia que ejercitan, aparecen en los clásicos U y Alianza o de diferentes equipos. A estas pandillas se suman gente de todos los conos de nuestra capital para identificarse con los colores del equipo que alienta.

Las pandillas agrupada por escolares: son conformadas por los alumnos de los principales colegios que se enfrentan, ocasionalmente, en las principales avenidas de su distrito.

Las pandillas de mujeres: la presencia femenina en el pandillaje es cada vez más notoria, tanto en el interior de la pandilla como en los espacios y actos en que estas actúan. Su participación es múltiple: "guerrean" junto con los varones; auxilian a los heridos en los enfrentamientos a modo de "socorristas"; o actúan como "soplonas"; las que llevan y traen amenazas de mensaje, desafíos o burlas de grupo enfrentados; alertan de posibles ataques o "mandan al desvió".

Según información de la Policía Nacional, el problema de las pandillas se agrava con el paso del tiempo, pues si bien el número no ha crecido significativamente, la edad de sus integrantes supera la imaginación, niños de 9 años ya son parte de algunos grupos. Lo peligroso del caso es que estos niños roban en las calles y en algunas ocasiones llegan al asesinato, influenciados por el alcohol y las drogas.

La desintegración de la familia y la violencia intrafamiliar

Entre una de las causa para que los adolescentes y jóvenes se integren a las pandillas esta la desintegración familiar, la violencia domestica y el abuso infantil y la explotación infantil. Familia cómo institución elemental de la sociedad está en crisis; hay un alto porcentaje de separaciones y abandono familiar. La falta de amor, educación y protección de los niños y niñas y jóvenes. El abandono moral y emocional que ellos sufren, la pandilla se convierte en el refugio.

La violencia domestica o familiar es un factor fundamental para que los niños, jóvenes y adolescentes se integren a las pandillas ya que en sus hogares, la violencia desintegra la familia , por otro lado la búsqueda de protección y refugio contra la violencia y abuso infantile, incluso abuso sexual, e incesto en la familia.

No encuentran la tranquilidad que cualquier adolescente quisiera hallar en su hogar si no al contrario encuentran violencia gritos y nada de comprensión hacia ellos . Por ello salen a buscar en las pandillas amigos con los que se sienten identificados y comprendidos, lo que no encuentran en sus hogares

La pobreza no es la justificación para robar ni pertenecer a una pandilla, pero esta situación si contribuye con esto. El 60% de las pandillas registradas por la policía proceden de hogares que carecen de condiciones mínimas de vivienda y en un alto porcentaje han abandonado sus estudios por la falta de recursos económicos o la desintegración familiar.

El director del Instituto Guestalt, psicoterapeuta Manuel Saravia, sostuvo que las pandillas son un mal social, cuyos integrantes lamentablemente están ligados al consumo de alucinógenos, drogas y licor, hecho que incrementa la violencia y la sensación de creerse los todopoderosos. Los jóvenes que integran pandillas están inmersos en una lucha de poderes, dominio territorial, incluso algunos grupos buscan crear un precedente de ferocidad para ser reconocidos como los más violentos, sanguinarios y crueles, lo cual los lleva a sentir el respeto de las demás agrupaciones, añadió Saravia. Pero eso no es lo más grave, pues los pandilleros han pasado de ser revoltosos y violentos para convertirse en delincuentes juveniles.

No sólo buscan llamar la atención y sentir poder, sino matar por convicción, lo cual preocupa a las autoridades porque si antes los ataques entre grupos se producían con palos y piedras, hoy ya utilizan armas de fuego y cuchillos. La tenencia ilegal de armamento y la creciente presencia de jóvenes desocupados y sin identidad que viven en zonas de pobreza y abandono de Lima, así como la proliferación de micro comercializadores de droga, son los tres factores que llevan a calificar a una zona como brava o crítica, convertida en intransitable y prohibida.

Los jóvenes invisibles & pandilleros visibles

Los jóvenes inmersos en pandillas se sienten invisibles ante la sociedad y sólo buscan defender sus convicciones para hacerse presentes en cualquier ámbito. Se aferran a códigos y a símbolos por los que pueden dar su vida y muchas veces no les importa arriesgar su integridad física con tal de seguir a su grupo o a sus líderes.

La palabra pandilla se ha hecho común en el país desde hace más de dos décadas, en que se ubicó a los primeros grupos de jóvenes que se reunían para protagonizar actos vandálicos, destruir viviendas y robar para comprar licor y drogas. Pero lo más importante para ellos, en ese tiempo, y ahora también, es proteger su área geográfica, la zona donde operan y que consideran suya.

El comportamiento de los pandilleros, los incidentes relacionados con pandillas y convertirse en pandilleros, son problemas que afectan tanto al centro de la ciudad como a los suburbios. Las pandillas han dejado de ser un problema exclusivo del centro de la ciudad. El incremento de las pandillas puede ser atribuido al ambiente que rodea a los niños física, mental, social y familiarmente. Las siguientes situaciones pueden ser incluidas dentro de las razones por las cuales empiezan las pandillas.

La familia y la identidad

Crecer dentro de una familia que es parte de una pandilla, es una razón importante para que los niños vean que pertenecer a las pandillas es algo normal. El ambiente hogareño que la familia provee a los niños puede ser dañino o negligente. Abuso y negligencia en la familia pueden conducir a los jóvenes a buscar protección y cuidado fuera del hogar.

Los jóvenes buscan formar su identidad en situaciones en las que ellos pueden tener éxito. Muchas veces ellos no consideran si esas situaciones son correctas o incorrectas. Algunos factores psico-sociales que contribuyen para que los jóvenes caigan en estas situaciones son :

• La pérdida del auto-estima personal.

• Pérdida de control sobre su propia vida.

• La falta de un estructura familiar y la democratización en la estructura familiar donde los niños, niñas, jóvenes y adolescentes se sienten parte integrante de la familia con los mismos derechos y responsabilidades entre a una estructura jerárquica y violenta.

• Falta de experiencias positivas y exitosas.

• La falta de apoyo emocional y moral de los padres, donde en el hogar se sientan protegidos.

• El abuso infantil y la violencia intrafamiliar.

• El uso y abuso de drogas y alcohol en el núcleo familiar.

• Las relaciones de incesto y abuso sexual contra los niños y adolescentes.

• La violencia doméstica.

Otros factores que afectan el punto de vista de los jóvenes respecto a su autoestima son el aprendizaje y algunas discapacidades de comportamiento. Muchas veces los problemas de aprendizaje y comportamiento resultan en bajas calificaciones y disminuyen su autoestima.

Una mezcla de estos factores, tanto como otros, puede ser una razón individual para volverse pandillero. Las pandillas se originan debido a los vacíos que existen en la vida de un individuo y que no pueden ser llenados por la familia. Estos vacíos se deben a la destrucción del ambiente familiar, social e individual.

Estos chicos han sobrepasado los límites. Si en algunos casos integran las pandillas para sobrevivir, porque sienten el rechazo de su familia, en otros tienen el trampolín para formarse como delincuentes y mafiosos, situación crítica que se da por la necesidad del dinero, de sentirse importantes y por obtener lo que siempre han deseado y que por falta de medios no han podido.

Sólo en el año 2007, 41 personas -la mayoría adolescentes entre 15 y 17 años- han muerto en manos de pandilleros. Las pandillas aparecieron hace 15 años en el Perú y hay una tendencia preocupante en el escalamiento de la violencia, actualmente se estima 532 pandillas en Lima (Los Olivos, San Juan de Lurigancho, Chorrillos, Villa María del Triunfo con mayor concentración de pandilleros) y 9.129 pandilleros. La pandilla en el Perú se ha convertido en un problema social de grandes dimensiones que entrapa la familia, pone en peligroso la seguridad social, y destruye el núcleo de la familia”.

Atte,

Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara

Fuente:

Tiempo Nuevo - Año 2 Nº 83



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